18 de Abril 2023.

Por Amaranta Cartes.
Fotografías por Francisco Aguilar A.

En una tibia noche de septiembre de 1997, un joven español de solo 23 años, llega desde el norte del mundo a pisar por primera vez tierras chilenas para presentarse frente a miles de personas en el Estadio Nacional. Viene a rendir homenaje a Ernesto “Ché” Guevara. Ese mismo año, sonaba en las radios la canción que hace poco había visto la luz, una que hasta hoy no se ha apagado: “Papá cuéntame otra vez”, en la que cantaba, justamente, de “aquel guerrillero loco que mataron en Bolivia”. La popularidad de la tonada hizo que llegara en el momento preciso a los oídos de Ángel Parra, quien, sin dudarlo, lo mandó a llamar para participar del homenaje. Fue así como Ismael Serrano terminó compartiendo el escenario más importante de esta esquina sureña con los más grandes artistas chilenos que realizaron las hazañas que sus propias canciones relataban: Ángel Parra, Patricio Manns, Schwenke y Nilo, Pancho Sazo, Joe Vasconcellos, entre muchos otros, así como con dos de sus máximos ídolos, Silvio Rodríguez y Pablo Milanés. Envuelto en canciones de Víctor Jara, coros de niños y canciones escritas especialmente para el comandante, el joven Ismael cantó su canción con voz contenida, acompañado solamente por su guitarra, enfrentándose a la masa de gente más grande que jamás había prestado oído a su composición. Un aplauso cerrado y eufórico coronó su presentación y dejó una marca indeleble en su vida. Un año después, en 1998, la canción “Vine del norte” relataría su encuentro con Chile y forjaría la relación de cercanía y cariño que pervive hasta hoy entre el hombre del septentrión y su público meridional.

En marzo de este año, el joven cumplió 49 años de edad y 25 de carrera. “Estoy a favor de cumplir años”, comentó con la audiencia que lo escuchaba atenta en el Teatro Nescafé de las Artes, “estoy a favor de cumplir años porque la alternativa es bastante jodida”, dijo, sacando las primeras risas del público que no pararía de soltar carcajadas toda la noche ante sus salidas sarcásticas y graciosas. Guitarra y voz es el nombre de la gira que lo trajo a Chile por enésima vez. Sin embargo, aunque Serrano sea una visita recurrente, no deja de ser especial su presencia solo con su guitarra. Ni siquiera un pedestal de micrófono ocupaba el escenario. Como en 1997, el cantautor se enfrentó sin el resguardo de una banda a sus, ahora leales, fanáticos chilenos, abriendo su viaje en el tiempo con “Que andarás haciendo”, de su disco de 2002, La traición de Wendy. Su objetivo, “retomar la vieja costumbre de la guitarreada”. ¿Qué puede ser más íntimo que el trovador animando una velada en el living de una casa o alrededor de una fogata?

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El silencio era tal que el público podía conversar tranquilamente con el artista desde donde estuvieran sentados. Y fue esta la dinámica que se sostuvo a lo largo de toda la velada. Espacios de mayor escucha para las canciones más recientes como “Porque fuimos”, “Soltar” y “Cállate y baila”, todas de su último disco, Seremos, de 2021. O cantos a todo pulmón por parte del público ante clásicos como “Sucede que a veces”, “Recuerdo” o “Caperucita”. Burlándose de sí mismo, el español comentaba acerca de lo dramáticos que pueden ser los cantautores. De cómo la nostalgia es territorio fértil para las canciones de personas que tienen la necesidad de llenar espacios componiéndolas y cómo quienes las escuchan, extrañamente, la pasan bien yendo a sus conciertos a llorar. “Qué bien lo hemos pasa’o, cuánto hemos llora’o”, es lo que según él dice la gente luego de asistir a uno de sus shows. Pues bien, las entradas se agotaron y se abrieron dos presentaciones más para el miércoles 19 y el jueves 20 en el recinto de Manuel Montt. Parece que a los chilenos les gusta sufrir y llenarse de nostalgia en las noches de otoño.

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Avanzaba la noche y el diálogo continuaba. Pidió que aprovecharan de pedir matrimonio en “Pequeña criatura”, aunque él no se prestaba para ser parte de la instancia, en caso de que el matrimonio no funcionara y luego no pudieran escuchar nunca más su música. Esto terminó, inevitablemente, en gritos de varias personas del público pidiéndole matrimonio a él. “Burbujas de amor”, cover de Juan Luis Guerra y “Peces de ciudad”, de Joaquín Sabina, formaron parte de sus homenajes. Con “Eres”, desvió su itinerario por la petición de una mujer del público que no paraba de gritarle para que la cantara. Uno de momentos más emotivos, los sostuvo con “Vine del norte”, por supuesto, canción que anticipó diciendo que no estaba de acuerdo con Sabina, cuando decía que no había que volver a los lugares en los que uno ha sido muy feliz. Y dos veces se dijo “Te recuerdo Amanda” sobre el escenario, en el clímax de la canción sobre Santiago, pero también en su regreso, luego de haberse despedido por primera vez. Cantó la canción de Víctor Jara con la emotividad y seriedad que se merecía, dejando al público inmerso en un susurro de admiración y nostalgia.

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Por supuesto, cerró la primera parte de la noche con “No estarás sola” y “Papá cuéntame otra vez”. Y por supuesto, no duró más de un minuto detrás del escenario antes de tener que retomar. Cantó a Víctor y quiso finalizar con “Últimamente”, pero el público no lo dejaba partir. Luego de salir por segunda vez del escenario, tuvo que volver ante los incesantes aplausos, chiflidos y gritos, para darles en el gusto a quienes se rehusaban a abandonar el teatro. “Ana” fue la canción elegida para cerrar el encuentro. Mucha gente no se movió de su asiento. Siguieron gritando “otra, otra” a pesar de que las luces ya estaban encendidas. Si volvió o no, eso lo dejamos a la intimidad de quienes tuvieron la osadía de permanecer.

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En tres frías noches de abril de 2023, un trovador español de 49 años volvió al sitio donde alguna vez encontró refugio y compañía. En esas noches, los mismos ojos y los mismos oídos de siempre se hicieron presentes para compartir con él su música y su poesía. Una guitarra, dos Amandas, tres noches e infinitos recuerdos, son las huellas que dejará su paso por Chile esta vez. No hay duda de que Ismael Serrano volverá a cantar en esta ciudad y que estará en el panteón de los grandes cantautores de las personas que lloran por gusto. Ahí estarán la próxima vez, esperando la conversación, la risa, la simpatía y la voz quebrada de su artista predilecto. Hasta la próxima.

Setlist:
Qué andarás haciendo
Porque fuimos
Vértigo
Sucede que a veces
Soltar
Ahora que te encuentro
Pequeña criatura
Recuerdo
Burbujas de amor
Vine del norte
Cállate y baila
Y mientras tanto
Caperucita
Eres
Sin ti a mi lado
Ven
Peces de ciudad
No estarás sola
Papá cuéntame otra vez

Encore:
Te recuerdito Amanda
Últimamente
Ana

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