24 de octubre 2025.

Por Pamela Cabello.
Fotografías por Francisco Aguilar A.

La noche del 24 de octubre en el Teatro Coliseo de Santiago no fue solo un concierto, sino la materialización de un reencuentro esperado. José Madero, el cantautor regiomontano que ha forjado una sólida carrera solista tras su paso por PXNDX, regresó a Chile para entregar una clase magistral de intensidad lírica y musical, demostrando por qué su «Sarajevo La Gira» lo tiene en la cúspide de su momento creativo.

Desde el primer acorde de «Hablemos del campo», el público chileno se rindió ante la atmósfera íntima y a la vez potente que Madero y su banda despliegan en el escenario. El repertorio, extenso y meticulosamente diseñado, fue un viaje profundo por sus seis álbumes de estudio. Temas como «Lamentable» y «¿A poco no?», esta útima del disco Carmesí, fueron recibidos con la devoción de quienes han hecho suyas estas letras, marcadas por la melancolía, la ironía y la autorreferencia.

La primera parte del show se centró en un recorrido por los cimientos de su proyecto solista. Piezas como «Suspira sobre mí» y la densa «Teoremas, etc.» mostraron la evolución de su sonido, donde el rock alternativo se funde con texturas más orquestales y una lírica cada vez más sofisticada. El público, entregado, coreaba cada verso, transformando el Teatro Coliseo en un coro masivo. Un momento álgido fue la presentación de los temas de su más reciente álbum, Sarajevo. Canciones como «Gardenias ’87» resonaron con la frescura y mostrando la madurez que definen su estado actual. Madero, con su característica parsimonia en el escenario, se dedicaba a cantar, dejando que la fuerza de la música y sus letras hicieran el trabajo, logrando una conexión emocional innegable.

La recta media del set principal fue una descarga de emociones y potencia. La épica «Soy el diluvio», la desgarradora «La petite mort» y la siempre aplaudida «Padre nuestro» prepararon el terreno para la sección más oscura con «Violencia» y «Cum laude». La aparición de Zaira Jabnell para interpretar «Codependientes» y «Dafne» fue un punto culminante, agregando una dimensión vocal que enriqueció enormemente estos temas. El set principal cerró con la emotiva «Vidrio por doquier», dejando al público expectante.

Sin embargo, el concierto de José Madero siempre se caracteriza por el encore prolongado y este no fue la excepción. La vuelta al escenario fue explosiva, combinando sus éxitos solistas con guiños a su pasado. El público enloqueció con «Campeones del mundo» y «Érase una bestia», para luego ser arrastrado por la nostalgia con los himnos que corearon en su juventud. El bloque final fue una fiesta de catarsis colectiva: «Narcisista por excelencia» de PXNDX desató la euforia total, demostrando que Madero ha sabido conciliar su legado con su presente. Finalmente, el cierre apoteósico con «Ojalá», una de sus canciones más aclamadas, y «Puerto partida (Soy un cobarde)” sellaron una noche perfecta.

José Madero no solo volvió a Chile; reafirmó su estatus como uno de los cantautores más relevantes de su generación. Su concierto en el Teatro Coliseo fue un testimonio de que su música trasciende la moda, apelando directamente a la sensibilidad de un público que lo sigue por la sinceridad brutal de su arte. Un show de culto que, más que un recital, se sintió como una conversación íntima y honesta.

Setlist:
Hablemos del campo
Lamentable
¿A poco no?
Suspira sobre mí
Teoremas, etc
Noche de brujas
Gardenias ’87
Plural siendo singular
Sólo a terceros
Soy el diluvio
La petite mort
Padre nuestro
Violencia
Cum laude
Sin ampersand
Documentales
Codependientes (con Zaira Jabnell)
Dafne (con Zaira Jabnell)
Cantar de gesta
Aplaudan en silencio
Nueva Inglaterra
Vidrio por doquier
Let’s All Go to the Lobby
Campeones del mundo
Érase una bestia
Sinmigo
Día de mayo
MCMLXXX
Narcisista por excelencia
Cerraron Chipinque
Ojalá
Puerto partida (Soy un cobarde)

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