Parque Bicentenario de Cerrillos.
17 de marzo 2024.

Por Jaime Farfán.
Fotografías por Francisco Aguilar A.

La última jornada de un festival de tres días debe ser la más difícil de superar. No es un domingo cualquiera, es uno de esos con olor a ropa planchada, con sabor a fin de vacaciones y de vuelta a la realidad. Ante eso no queda otra que hacer tripas corazón y darle rienda a la melancolía. Para olvidar las penas, ¿qué tal si nos vamos a bailar?. En el Lollapalooza Chile de este año había todas las opciones disponibles, incluyendo el regreso de unos verdaderos profesionales del ritmo. Por supuesto estamos hablando de Jungle, quienes en su regreso a nuestro país, armaron una verdadera fiesta a cielo descubierto, un excelente sahumerio de música disco y buenas vibras para empezar la semana con el pie derecho.

La popularidad de Jungle en nuestro país es innegable. Ya es la tercera fecha de los británicos en menos de cinco años, y con escenarios cada vez más grandes, partiendo el 2016 también en un Lollapalooza, en cada visita añaden algún nuevo creyente a la iglesia de estos arquitectos del neo-soul. La expectativa para esta ocasión era alta. El último lanzamiento de la banda, Volcano, publicado a mediados del año pasado, había pegado rápido con sus hits frescos, energéticos y memorables, por lo cual el espectáculo era una apuesta segura para pasar un buen rato.

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Cerca de las 18:15, con una temperatura que no tenía ninguna intención de disminuir, suben al Banco de Chile Stage los seis miembros que conforman el formato en vivo del grupo. Congas, flautas, varios grandes sintetizadores y un surtido set de percusiones, todo listo y dispuesto para transformar el árido pasto sintético del Parque Cerrillos en una pista de baile amplia y luminosa. Parten con “Candle Flame”, que pone de inmediato en movimiento a un público diverso y dispuesto. Independiente de la edad, desde los jóvenes hasta los mayores estaban preparados para ponerse a sacudir el cuerpo con los versos rapeados y el estridente coro que brotaba de los parlantes.

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El centro de la atención era, por supuesto, el cerebro detrás de la banda, compuesto por la dupla de Josh Lloyd-Watson y Tom McFarland. Los talentosos productores londinenses manejan los momentos de tensión y liberación de la celebración con la maestría del mejor DJ londinense. Los hits “The Heat”, “Heavy, California” y “Beat 54 (All good now)” fueron tres motivos razonables para motivar a los presentes a desempolvar sus mejores pasos de baile. Los marcos de los lentes de sol brillan por todas partes, como los espejos de una bola disco.

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Los versos memorables continuaron con “I’ve been in love”. Para esas alturas la producción del festival había sacado varias pelotas inflables de colores neón, que saltaban de un lado a otro impulsadas entre la multitud. Luego el éxito de tiktok, “Back on 74” salió a relucir a la pista, una deliciosa infusión de suave música sesentera, y armonías junto a la delicada voz de Lydia Kitto, siendo uno de los momentos de mayor liberación del show.

Con una audiencia que apreció desde la clásica “Busy Earnin’”, que como es habitual, cierra la presentación, hasta los samples de la última generación de canciones en “Problemz”, Jungle no trata de revolucionar la música con nuevas propuestas o sorpresas extravagantes. Solo vienen a hacer lo que saben mejor, animarte a bailar y a divertirte, a soltar las preocupaciones y la modorra del domingo con su ecléctica propuesta, sonoramente agradable, rica, renovando las energías y brotando sonrisas en la última tarde de la doceava versión de Lollapalooza Chile.

Setlist:
Candle Flame
Dominoes
The Heat
Heavy, California
Beat 54 (All Good Now)
Problemz
I’ve Been in Love
Back on 74
Casio
Coming Back
Don’t Play
All of the Time
Holding On
GOOD TIMES
Keep Moving
Busy Earnin’