Banda invitada: Dead Christine
12 de Noviembre 2023.

Por Francisca Neira.
Fotografías por Javier Martínez.

Hay personas que piensan que los domingos son aburridos o que están cargados de esa aura tristona que indica que se acaba el fin de semana y que hay que preparar todo para los días laborales que se avecinan. Pero nada de eso ocurrió anoche cuando la banda de rock gótico Lacrimosa que, después de cuatro años de ausencia por estos lares, regresó para abrir su séptima visita a nuestro país. A juzgar por el poco espacio para moverse dentro del recinto del centro capitalino, este concierto era algo que los fanáticos, que repletaron el Teatro Coliseo, esperaban con ansias.

Pero el show había comenzado antes de la subida al escenario de los europeos, cuando el dúo nacional Dead Christine se impuso ante un público exigente y ansioso que ya comenzaba a ocupar cada rincón del lugar. Comandados por la talentosísima Cristina Forno, Dead Christine hizo lo que mejor hace desde 2012, año de inicio de este proyecto: construir una atmósfera oscura, casi tenebrosa y con tintes ceremoniales un tanto hipnóticos que consumen a todos los presentes. En esta ocasión Forno, a veces guitarra al hombro, otras solo con su voz, fue acompañada de los potentes sonidos del sintetizador de Ramón Pasternak y, juntos, hicieron gala de una presentación musical de alto nivel que no dejó indiferente a nadie y que aprovecharon para mostrar algo de su último trabajo, Stregheria. Los aplausos no tardaron en llegar y la oscuridad de este primer show sirvió para dar cuenta de que en las lides nacionales se encuentran exponentes de todas las corrientes musicales, con un trabajo de nivel internacional y que son capaces de aportar novedad y frescura a géneros tan ajustados como pueden resultar aquellos que apuntan a un nicho específico.

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Así, a las ocho en punto, el segundo dúo de la noche (aunque este par venía acompañado por sus tres fieles músicos instrumentistas) salieron a escena. Tilo Wolff con su característico peinado, enfundado en negro y plumas, mientras Anne Nurmi resaltaba entre todos vestida de un blanco impecable. «Schakal» fue la primera canción en sonar y antes que cualquier otra cosa, puso a todos en el Coliseo a bailar y cantar. Y grabar, porque el show resultó ser muy atractivo también a nivel visual, con una pantalla que no dejó de proyectar el típico arlequín característico de la banda, intercalándolo con imágenes que evocaban un mundo de fantasía oscuro e intenso, a veces apocalíptico.

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Es imposible no destacar los momentos en los que sonaron “Ich Bin Der Brennede Komet” con el estribillo en español coreado por todos los presentes y “Durch Nacht und Flut” que causó una suerte de peak eufórico en la cancha del teatro. La verdad es que no hay nada que criticarle a Lacrimosa. Se notan de lejos los 30 años de oficio que tienen en el cuerpo y que los hace saber perfectamente qué hacer al enfrentar a un público del lugar que sea. En ese sentido los saludos en castellano, los bailes de Nurmi, la inteligencia de un buen setlist, la teatralidad presente aunque no sobrecargada y la referencia a quién agradecen la inspiración (en este caso David Bowie), generan una suerte de cercanía con estos personajes con los que ni siquiera compartimos el mismo idioma.

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Supongo que eso es, en parte, lo que quedó en evidencia anoche, en medio de la gira Leidenschaft que busca promocionar sus dos discos más recientes de igual nombre (publicados en 2021 y 2022), que más allá de las diferencias que puedan existir en las aproximaciones a la música, es inevitable que ella nos una a través de sensaciones y emociones que no dudan en desplegarse libremente con el transcurrir de cada nota. Aquello es un mérito, sin duda, afectar al otro, moverlo de su lugar emocional.

Anoche se respiraba nostalgia también. Un público más bien adulto copó el lugar y cantó tanto las canciones nuevas como las más antiguas. Se veían felices. Como si estuvieran recordando, pero al mismo tiempo, estaban viviendo la experiencia en tiempo real. Y entonces se entiende claramente por qué una banda que ha visitado siete veces este país, puede regresar, llenar un recinto y, cual profano y audaz titiritero, mover a todos a su propio ritmo.

Setlist:
Schakal
Lichtgestalt
Alleine Zu Zweit
Daughter of Coldness
Nach Dem Sturm
Fuhr Mich Nm Id Sturm
Wenn Unsere Helden
If the World Stood Still
Celebrate the Dark
Ich Verlasse Heut Dein
Ich Bin Der Brennede Komet
Alles Luge
Liebe Uber Leben
Rote Sinfonie
Apart
Durch Nacht und Flut
Flamme Im Wind
Der Morgen Danach
Copycat

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