12 de octubre 2025.

Por Rodolfo Galleguillos.
Fotografías por Francisco Aguilar A.

En el Teatro Caupolicán se vieron algunas tendencias que se resisten al paso del tiempo: cámaras digitales, ropa hecha a mano y consolas de videojuegos portátiles con capacidad para sacar fotos, que hicieron revivir el auge de las primeras difusiones por internet de principios de los 2000. Es en esa época, en Tokio, donde Lamp apareció en escena con su estética lo-fi y una mezcla de estilos de múltiples orígenes en un formato indie que los mantuvo activos solo en Asia y en las listas de reproducción de YouTube de muchos occidentales. El sueño de verlos fuera de oriente parecía lejano, hasta que se masificaron por TikTok y otras redes sociales después de la pandemia, lo que hizo factible su primera visita a Chile. Este preámbulo es solo un breve resumen de lo que fue su tan anhelado debut en el país, un espectáculo que, sin duda, quedará como uno de los más cuidados del pop asiático en Santiago.

Antes de seguir describiendo el show de Lamp, es justo hacer una mención honrosa a las teloneras, Amanitas. Con una nueva formación y reactivando su propuesta con el EP Todo es Circular, encendieron los motores ante un público impaciente que ya había abarrotado el recinto. Con canciones como “Me Derretí”, hicieron gala de su rock indie con tintes electrónicos, entusiasmando a la audiencia con la energía y el carisma de Loudy Guerra.

A las 21:00, el trío nipón, compuesto por Taiyo Someya, Yusuke Nagai y Kaori Sakakibara, subió puntual al escenario. Con el apoyo de cuatro músicos de sesión, recorrieron toda su discografía. A diferencia de otras paradas de la gira, donde promocionaron con mayor detalle su último álbum, Dusk to Dawn (2023), esta vez se enfocaron en sus tres primeros lanzamientos: Soyokaze Apartment Room 201, For Lovers y Phantasma, sus trabajos más aclamados por la crítica y los fanáticos. Sin duda, fue una elección muy valorada. La puesta en escena fue modesta, pero el desplante y el intercambio de instrumentos y roles caracterizaron el encuentro, que tuvo un sonido impecable y estable, sin saturación ni exceso de volumen.

“Hatachi no Koi”, “Telephone Call”, “Raindrop City” y “Windy Afternoon” fueron coreadas a todo pulmón por el público. Aunque la pronunciación del japonés representó un desafío, no fue un impedimento para conectar con la música del trío asiático. Los miembros de Lamp son músicos excepcionales que han sabido mostrar con modestia el placer y la belleza de hacer música, a pesar de que las condiciones materiales no siempre hayan sido las mejores.

Sin duda, la más admirada fue Kaori, la única integrante femenina del grupo, cuya dulce voz y el uso de la flauta traversa son un sello indiscutible de la propuesta indie pop de Lamp. Aunque parecía estar levemente resfriada, no mostró ninguna dificultad en su desempeño. “Moon Ride” entregó sonidos más experimentales, “The Night Squall” siguió jugando con ritmos latinos y la famosa “Yume Utsutsu” fue cerrando paulatinamente una noche que fue correcta en muchos sentidos, salvo por el momento en que un asistente se descompensó y tuvo que ser ayudado por el staff del recinto. Finalmente, después de un solo de batería y percusiones, sonó “Last Train At 25 O’Clock”, un referente del city pop que se suma a una gran lista de canciones que siguen demostrando que la música independiente, con tiempo y paciencia, puede cautivar los rincones más inesperados del planeta.

Setlist:
Hatachi No Koi
Telephone Call
Kimi Ga Nakunara
HIROGARU-NAMIDA
Raindrop City
Windy Afternoon
Moon Ride
Yokaze
Hisoyakani
The Night Squall
Autumn in City «A»
Sachiko
From the Window
For Lovers
Yume Utsutsu
Chilly Spectacle
The Other Side of a Rainy Night
Drum solo ((between the drummer and the percussionist))
Last Train at 25 O’clock

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