Artista invitado: Holman Trio
14 de septiembre.

Por Constanza Paredes.
Fotografías por Matías Schwartz.

En la música chilena hay muchos estilos que destacan a nivel mundial, el jazz no es la excepción, sin embargo, pasa un poco desapercibido pues no necesariamente es popular. Y no me refiero al hecho de que sea mejor o peor en comparación con otros estilos, sino que para apreciarlo es necesario pulir el oído, poner atención a elementos sutiles y avasalladores en muchos casos, saber un poco de teoría musical o saber apreciar en realidad la exposición del virtuosismo al tocar un instrumento. Es justamente esto último lo que se pudo apreciar la noche del jueves en el Teatro Nescafé de Las Artes con la presentación de Melissa Aldana en formato cuarteto.

Puntualmente a la hora anunciada, el etnojazz del precursor Ernesto Holman y su banda hicieron su aparición iniciando una noche llena de mística, bohemia y fecundidad musical, pues los ritmos a mano de bajo, batería y piano hicieron nacer un sinfín de emociones entre las y los asistentes que casi llenaron el teatro. Los tres músicos en escena confirmaron en una muestra de casi 45 minutos un sonido lleno de magia y newen, algo que los caracteriza muchísimo, dejando en al aire como un abrazo de bienvenida la canción “Atardecer”.

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Melissa Aldana llegó al Nescafé presentando un adelanto de lo que será la sexta producción de su carrera y vaticinando el mismo éxito que tuvo 12 stars, la predecesora y que también fue la primera producción de la mano del sello más prestigioso en el mundo del jazz: Blue note. La trayectoria de la artista es una muestra de su desarrollo musical y profesional en el mundo de las artes, pero también un ejemplo de crecimiento, ya que cada nuevo lanzamiento evidencia un poco más el espectro de un sonido novedoso con toques personales, pero también respetando las raíces del jazz, algo que probablemente provoca fidelidad en sus seguidores.

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El jazz en Chile es muy underground, sin embargo Aldana lo acerca a la luz lleno de exploración en espacios de un sonido suave y firme con gran destreza en su saxo, instrumento que la ha llevado a grandes escenarios y hecho ganar uno de los galardones más importantes a nivel mundial en esta área musical, el Thelonious Monk Jazz Competition. “Echoes of the Inner Prophet”, canción que le pone nombre al disco que estrena en el teatro como un regalo de lo que pronto saldrá masivamente, es la elegida para saludar al público asistente, quienes la reciben con gratitud y aplausos acompañados de gritos de apoyo y de emoción por tenerla en esta noche aún de invierno pero que adelanta la primavera que está al caer.

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La saxofonista se luce con una sencillez y destellos de generosidad, ya que en ciertos momentos se aparta de la escena para ser una oyente más de los maravillosos músicos que la acompañan, dejando así que su banda muestre el gran talento de cada uno en batería, contrabajo y piano, para luego incorporarse como una guinda de un pastel virtuoso, una imagen completa de lo que se necesita para triunfar en este mundo.

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El jazz es conectarse, pero sin límites, es pasar de un sonido a otro sin la necesidad de saber qué estaba sonando en el compás anterior y qué está después, pero bajo la línea de lo emotivo, de la conexión entre lo que está escrito musicalmente pero incorporándole lo que se siente y quiere trasmitir; sin duda Melissa Aldana quartet logra sincronizar cuatro melodías absolutamente distintas entre sí como una sola, suponiendo una improvisación talentosa mas no siéndolo. En ese sentido, escucharse es clave, el pentagrama ayuda obviamente sin embargo no define los sonidos emanados de cada instrumento. Eso es justamente lo que acarrea fanáticos de este estilo, ya que en el jazz no hay definido nada, ni en la manifestación de disfrute entre las y los asistentes, eso es lo lindo y particular de espectáculos de esta índole, escuchar los instrumentos es escuchar el mundo interior de la artista, abrirse paso para explorarlo, para dejar también el sello propio con los aplausos espontáneos que marcan los cambios de movimiento en cada canción.

“Ritual”, fue una de las más aplaudidas de la noche y que marcó el espacio de la artista para agradecer a cada persona que la acompañó y a sus músicos, que sin duda tienen toda la destreza musical necesaria para estar al nivel de Melissa, una artista de la que Chile debe sentirse orgulloso y que sin duda seguirá conquistando rincones en dicho espacio musical. Al ir culminando la noche la saxofonista ofreció sacarse fotos con su público y firmar discos al terminar el espectáculo, lo que las y los asistentes tomaron como un gran gesto y que selló la noche de la mejor manera posible. Fue así como llena de aplausos Melissa Aldana se despidió del escenario junto a sus músicos, quienes sin duda mostraron lo hermoso de lo que es la sincronía a destiempo en el jazz.

Setlist:
Si
Echoes of the Inner Prophet
Unconscious Whispers
Free Fall
Ojos de Chile
Ritual
Short – N1
En la Orilla de Mundo

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