Luego de dos años reagendando su fecha por la pandemia y con un cambio de recinto que mantuvo en vilo su realización hasta hace muy poco, Metallica finalmente llegará a Chile este 27 de abril para ofrecer su sexto concierto en estas tierras. Un nuevo capítulo de una larga relación de mutuo cariño que ya está próxima a cumplir treinta años y que ahora también ratifica la apertura final de los conciertos masivos en nuestro país, luego de que a través de Lollapalooza 2022 y sus tres días de gran asistencia, se demostrara empíricamente que la música en vivo al aire libre no trae ningún impacto mayor a los contagios.

Para la postergada visita del 2020, el cuarteto liderado por James Hetfield venía en el marco de una segunda presentación en Chile del WorldWired Tour en apoyo a su undécimo trabajo en estudio titulado Hardwired… to Self-Destruct, lanzado en 2016. Sin embargo, el mundo giró al revés, todo se detuvo y luego cambió. Ahora vienen tocando un repertorio especial por su cuadragésimo aniversario. Una cabalgata que partirá aquí y luego saltará a Argentina y Brasil para completar seis fechas en dos semanas. En todas ellas, con Greta Van Fleet como banda soporte, tal como estaba también determinado desde hace dos años.

Surfeando el aluvión

Siempre que Metallica ha llegado a Chile, ha sido un acontecimiento. Porque sólo ha venido desde que están en la cima del mundo de la música. Su primera vez fue una fría noche de 4 de mayo de 1993, aterrizando aquí con su Nowhere Else To Roam Tour aún promocionando su Black Album, pieza fundamental en su discografía que los catapultó a lo más alto y les dio fama a nivel mundial. Por ese entonces, el cambio climático aún no secaba a Chile y en esas fechas las lluvias eran algo habitual en la zona central. Y tanta fue la que cayó en la previa, que el día antes del concierto ocurrió un gran aluvión en la Quebrada de Macul, dejando decenas de víctimas fatales y miles de damnificados. El día del show, ya el clima fue favorable y pudo realizarse en el Velódromo del Estadio Nacional, aunque el contexto de emergencia lo tuvo en suspenso. Una jornada en la que más de quince mil personas cumplieron un sueño, pero en la que también hubo una violencia importante por parte de los policías que resguardaban el orden. Con menor dotación producto de las labores de rescate, la fuerza bruta fue la mejor forma que encontraron para mantener controlado al público.

El adiós de Jason y la sepultura incógnita

El segundo aterrizaje de Metallica en Chile fue el 12 de mayo de 1999, durante la gira llamada The Garage Remains the Same, un juego de palabras donde el nombre del disco Garage Inc. que venían apoyando, se combinó con el título de un clásico disco en vivo de Led Zeppelin: The Song Remains the Same. En esa oportunidad fue la Pista Atlética del Estadio Nacional la que cobijó a los más de veinte mil asistentes que la repletaron. Por esos días, la popularidad de Metallica ya no era la misma, aunque continuaban siendo una banda muy relevante a nivel mundial. Sus apuestas menos agresivas y más cercanas al rock que al metal con los discos Load y Reload tuvieron dispar acogida entre sus fanáticos y tampoco lograron reverdecer los laureles que se llevó su clásico disco negro. Sin embargo, y tal como lo son hasta hoy, su carácter de clásicos jamás ha estado en entredicho y la convocatoria fue abrumadoramente multitudinaria. Aquella presentación fue la última con Jason Newsted en el bajo. Un miembro que se ganó el cariño de los fans, primero por haberse puesto tan bien en el lugar del trágicamente fallecido Cliff Burton y sumarse al camino que puso a la banda en la cúspide. Segundo, por ser el que más actitud metalera demostraba, incluso en los tiempos en que decidieron ablandar su sonido. Una buena razón para darle valor histórico a esa oportunidad, junto con la presentación de sus invitados de esa noche: Sepultura. Los brasileños enfrentaron a sus seguidores chilenos por vez primera con Derrick Green en las voces, reemplazando al icónico miembro y fundador, Max Cavalera

El concierto que no ocurrió y el magnético regreso

La tercera visita a Chile de Metallica debía ocurrir el 28 de octubre de 2003, en el contexto de la gira del disco St. Anger. Sin embargo, y tal como se registra en el documental Some Kind Of Monster (2004), la banda estaba pasando un momento muy delicado. El ingreso de su nuevo bajista, Robert Trujillo, no fue suficiente motor para darle nuevo equilibrio a un cuarteto que se adentraba en la oscuridad. Aduciendo “agotamiento físico y mental” de sus integrantes, Metallica canceló su paso por Latinoamérica. Como reza el dicho, “las cosas pasan por algo”, y tal vez fue mejor no atestiguar el estado del grupo en ese momento tan malo en lo personal y, para muchos, el más bajo en lo musical. Su regreso a nuestro país, en cambio, fue muy distinto. Bajo el brazo traían el disco Death Magnetic, que contó con la producción de Rick Rubin y que los trajo de vuelta al metal que sus fans querían volver a escuchar. El 26 de enero de 2010, los cuatro jinetes del Apocalipsis cabalgaron con toda su potencia por el Club Hípico de Santiago, congregando a más de cincuenta mil personas. Una jornada que tuvo a los nacionales de Criminal como invitados de apertura, cálidamente recibidos por el público. Y que también estuvo marcada por la presencia de toda una nueva generación que conoció y creció con la banda a través de esos largos once años de ausencia. Muchos padres con sus hijos disfrutaron esa tibia noche de la música imperecedera de los californianos. 

Una banda monumental a pedido

La cuarta visita de Metallica a Chile es recordada por muchos como una de las más memorables. Y es que en la gira By Request, eran los mismos fans los que votaban qué canciones debía tocar en cada país. Por lo tanto, el repertorio de esa noche fue simplemente perfecto para quienes querían recibir una descarga inmisericorde de los más grandes clásicos del grupo. Nuevamente fueron más de cincuenta mil los asistentes que en esta oportunidad se congregaron en el Estadio Monumental de Colo Colo para disfrutar de este karaoke masivo en que se convirtió esa noche del 27 de marzo del 2014. Un show que también acalló a tantas voces fundamentalistas que permanentemente criticaban las canciones elegidas para presentar en vivo. Ya no era momento de inventar ruedas ni de apostar a cambios de sonido. Ya en esos años la banda comprendía que su vigencia dependía de la conexión emocional con sus fanáticos y por eso era muy necesario darles lo que venían a buscar.

Metapalooza

La última presentación de Metallica en Chile fue el 1 de abril de 2017, como el número estelar de cierre de la primera jornada del Lollapalooza de ese año. Un día en que las camisetas con el logo de la banda predominaban en el Parque O’Higgins, adelantando que ellos eran los amos absolutos de la atención y expectativas de ese día. Y con lo poco populares que son los precios a este Festival, a las afueras del recinto eran miles también los que se ubicaron para al menos escuchar desde ahí el atronador sonido que el cuarteto desplegaba en la fresca noche santiaguina. Los afortunados que estuvieron adentro, más los casuales que tal vez no fueron por Metallica pero que claramente sabían reconocer la estatura de quienes estaban al frente, pudieron presenciar un espectáculo de altísimo nivel en el que por primera vez tocaban aquí el material del hasta la fecha su último disco, Hardwired… to Self-Destruct

De vuelta a cabalgar por el Club Hípico

Ya en la antesala de la sexta visita de Metallica, la expectativa como siempre está en lo más alto. Más aún después de todo lo que ha pasado en los últimos días y que afortunadamente concluyó con una buena gestión de emergencia por parte de DG Medios para lograr suplir el indisponible Estadio Nacional por el Club Hípico. Un recinto que ya la banda conoce y en el que sin duda podrán congregar con comodidad a sus hordas de seguidores, ávidos de volver a verlos después de las reprogramaciones y de tanto tiempo alejados del disfrute único que es vivir la música en vivo. La vara siempre les queda alta, jamás han defraudado en alguna de sus presentaciones. Y en esta oportunidad, nada hace presagiar que esta vez lo hagan, ya que en videos recientes se les ve en excelente forma musical y artística. Por lo tanto, la única preocupación ese día debe ser el ir a disfrutar de una de las más grandes bandas de la historia desarrollando en plenitud ese arte que los ha hecho protagonistas de la historia de la música popular y que ha marcado tan profundamente a millones de personas en el mundo a través de cuarenta años. Aquí estamos esperándolos para correr nuevamente juntos por esa pista y por todas las que vengan en el futuro.