Moral Distraída en Teatro Caupolicán: La revancha
24 de enero 2020.

Por Amaranta Cartes.
Fotografías por Francisco Aguilar A.

Unos meses atrás, varios medios publicaban noticias acerca del show doble que preparaba Moral Distraída en el Teatro Caupolicán. Era como la versión dividida en dos del masivo concierto realizado el año anterior en Movistar Arena con motivo del lanzamiento de su segundo disco Qué cosa es el amor. Dada la popularidad que han alcanzado en los últimos años, incluso a nivel latinoamericano, fácilmente llenarían el recinto en ambas fechas: 18 y 19 de octubre. Por supuesto, estos conciertos no ocurrieron y, citando las palabras de Camilo Zicavo, este show fue una revancha por todo lo que tenían preparado para aquellas noches de primavera.

La propuesta de La Moral, siempre es espectacular, tanto escénica como musicalmente, preocupados del ambiente y del estado de ánimo que debe alcanzar el público para que sientan que, no sólo que fueron a un concierto un viernes por la noche, sino que salieron a carretear con los amigos y bailaron como nunca en su vida. Hasta el volumen de la música previa al inicio declara esto. Estuvo a cargo de Radio Carolina e hizo bailar al Caupolicán una hora antes de que lo hiciera la banda con los últimos hits del reggaetón radial y algunos clásicos de antaño. Puntual, a las nueve, se acabó la música envasada, pero la banda no salió inmediatamente, por lo que el público llenó el silencio automáticamente con gritos de protesta, para no bajar la energía. Los músicos entraron contagiados por el entusiasmo de la masa a ubicarse en las plataformas de distintas alturas que conformaban la escenografía, al más puro estilo de los grandes salseros. Percusiones en lo más alto, vientos un poco más abajo a la izquierda y una plataforma a la derecha donde irían las chicas del coro, que en este caso, fueron ocupadas ocasionalmente por Camilo y Abel cumpliendo ese rol incluso con movimientos coreografiados.

Al igual que en sus discos, y como acostumbran hacer en sus presentaciones en vivo, comenzaron con una cortina musical que no habíamos escuchado antes, para introducir a los frontman, Camilo y Abel Zicavo, vestidos con chaquetas de hombreras brillantes y pantalones ajustados, combinando con la estética ochentera que de a poco irían componiendo con las luces. “Y no te dejes llevar por el ritmo que no te provoca”, fue la frase que abrió el show, de la canción “Pégate”, tan potente como sus bailes sensuales que no hacían más que amplificar el escándalo en la galería. Luego las luces cambiaron a los colores del arcoíris para dar paso a “Orgullo”, canción que toca temáticas de diversidad sexual, tolerancia y libertad de amar sin discriminaciones.

La Moral Distraída transita entre contenidos románticos, livianos y canciones con tintes sociales y políticos, sin que exista una discontinuidad en su línea editorial. Porque incluso en sus canciones de amor hay declaración de principios. Como en la que siguió, “Mango con Petazetas”, en su segunda versión, más lenta y parecida al trap, siempre planteando el amor de pareja relaciones de apoyo mutuo y respeto. El escenario adquirió una atmósfera de discoteca de los ochenta, con luces perpendiculares a las que venían desde arriba, que tiñeron de rojo el aire. Se burlan de ellos mismos en canciones como “Lais” y critican desde su propio lugar de privilegio a aquellos que no se dan cuenta que los tienen.

Con “Óyelo” empezaron las sorpresas. Invitados tras invitados comenzaron a salir, todos vestidos de blanco. Los primeros fueron los raperos de Liricistas, quienes se hicieron cargo de las partes rapeadas de una de las canciones más prendidas. Fue entonces cuando Camilo explicó lo que había ocurrido con los conciertos antes programados, haciendo referencia al estallido social, recordando las consecuencias negativas que éste ha tenido, pero también celebrando que “las calles se llenaron de nosotros mismos”.

La segunda sorpresa vino de la mano de Yorka, quienes fueron invitadas a cantar “Anonito”. Ya estamos acostumbrados, en bandas chilenas a encontrar parejas de hermanos. Como sucede en Los Búnkers o Chancho en Piedra, los hermanos Zicavo se aliaron con las hermanas Pastenes para interpretar la canción llena de imágenes de familia e infancia compartida. Luego de eso, sorprendieron con una versión de “Hace falta un guerrillero” de Violeta Parra, canción que homenajea a Manuel Rodríguez y a la que dieron un tinte mucho más afro que la original. La noche larga siguió con “Quédate acá”, canción sobre las dificultades que viven día a día los migrantes, para la que invitaron a Junior, cantante haitiano a acompañar la canción cantando en créole.

Llama la atención como luego del estallido social, muchas canciones se actualizan y adquieren más potentes significados frente a la realidad que hoy vivimos. “Qué pasará” o “Promesas” son algunas de ellas, donde frases como “porque aunque estemos heridos y golpeados, en un país dormido el que imagina es el mejor soldado”, hacen pensar y emocionan a la luz de la idea que se ha instalado de un país despierto o “Y en la calle respetarnos siendo distintos. Y en la calle, tratarnos como iguales y resistir”. Más sorpresas llegaron con “La Funa”, en la que por supuesto, fueron respaldados por Joe Vasconcellos y desde entonces se abrió el segmento más crítico del concierto con “Promesas” y “Los hombres no lloran” y se dio paso al último invitado de la noche, con quien compusieron “Desangrar” a raíz de los hechos del 18 de octubre: Manuel García.

Como era de esperarse, el cierre estuvo a cargo de los hits “Recreo”, “Canción Bonita” y “Hacerlo de día”. Veinte canciones de la Moral Distraída es un rato bastante largo, considerando la duración de cada una de ellas. Pero esto no fue impedimento para que volvieran al escenario a tocar tres más, hacer cantar y hasta enseñarle unos cuantos pasos del baile al Caupolicán. La revancha fue con todo (si no, ¿pa qué?), como sólo ellos saben hacerlo, con un alto nivel de profesionalismo y preocupación por cada detalle. Y el público siempre podrá encontrar en esta agrupación un canal de crítica y descarga y el carrete de viernes por la noche.

Setlist:
Pégate
Orgullo
Mango con petazetas
Lais
Óyelo
Sencillo
Anonito
Hace falta un guerrillero
Quédate acá
Qué pasará
Nada que hacer
Probarlo todo
La Funa
Al mal tiempo
Final de fiesta
Promesas
Los hombres no lloran
Desangrar
Recreo
Canción Bonita
Hacerlo de día

Encore:
Puto final
Menú
Mermelada de hermanos

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