4 de junio 2025.
Por Pablo Álvarez P.
Fotografías por Francisco Aguilar A.
Un escenario adornado con angostas telas de color verde, amarillo, rojo y blanco, que se abrían desde el piso hasta la parrilla de luces y viceversa. Algo así como un haz la luz refractando o entrando al ojo humano, era el claro indicador de que el Visions Tour había aterrizado en Santiago. Con las plateas repletas el público que llegó hasta el Movistar Arena la noche de este miércoles sabía lo que iba a encontrar: músicos de primer nivel, entregando un show impecable tanto en sonido como en ejecución. Quizás por eso, cuando el reloj se acercaba a las 21:15 horas, la audiencia empezó a aplaudir para apurar la salida de los artistas a escena. Todo tras la presentación de la cantautora nacional Montse, quien entre folk y baladas matizó la espera, atreviéndose incluso a invitar a la gente a armonizar con ella y también a convocarlos para al cierre de su gira en Sala Máster en julio próximo.
Baja la música ambiental, y en formato quinteto sale a escena Norah Jones y su banda compuesta por 2 hombres y 2 mujeres. De inmediato interpretan un clásico: “What Am I to You?”, de su icónico álbum debut Come Away With Me (2002). Jones al piano, lidera con total delicadeza a su banda, con una voz impecable y hermosos arreglos en la batería jazzera de Brian Blade. “Gracias por venir. Vamos a hacer algunas canciones de mi nuevo disco”, dice Norah en inglés desde su enorme piano blanco, marcando la ruta para el resto de la noche. Así llegaron “Paradise”, donde destacaron las hermosas armonías con la guitarrista y corista Sasha Dobson, y la escurridiza “Running”, con el ritmo sincopado de la percusión. Ambas de su más reciente producción Visions (2024). Antes de seguir, la norteamericana presenta a su banda. Excelente timing porque venía una larga y muy virtuosa introducción musical para la azucarada “Sunrise” (Feels Like Home, 2004). Otro de los grandes éxitos de la cantautora, que en cuanto fue reconocida por la audiencia, los aplausos se dejaron escuchar y se repitieron tras las maravillosas armonías de las tres mujeres en escena.
Para “After the Fall” (Little Broken Hearts, 2012), la banda queda en formato trio, con Norah Jones siempre en el piano, pero ahora acompañada sólo por la batería y el bajo de Josh Latanzy. Logrando así una atmósfera aún más íntima, ayudado además por el bello juego de luces que parecían salir desde la espalda de la frontwoman. En “I’m Awake” (Visions, 2024), la protagonista de la noche toma por primera vez el centro del escenario. Con un vestido color sandía floreado, la cantante cambia su piano por un órgano eléctrico e interpreta una versión algo más chill que la versión de estudio, para preguntarse en cada coro “how do you know what is real?”.
Y es que Norah Jones se cuestiona la vida, le canta al amor, al desamor, a los problemas existenciales, pero siempre con un manto de dulzura y melancolía que envuelve hasta los temas más profundos que pueda abordar. Un manto que también está presente incluso cuando quiere evadir los asuntos más peliagudos, como lo hace en “I Just Wanna Dance” (Visions, 2024). Canción que tiene 18 líneas, donde 15 de ellas dicen “I just wanna dance” e increíblemente no se vuelve repetitiva. Mérito para la neoyorquina que deja en claro que no quiere hablar, ni hacer otra cosa más que bailar en ese momento. El mundo y todas nuestras tribulaciones pueden esperar un rato, al menos hasta que termine la canción. Notable interpretación vocal y musical, mezclando la voz potente pero siempre acogedora de Jones, con los staccato y bajadas rápidas de acordes de la banda. Impecable antesala para “Hurts to Be Alone” (Pick Me Up Off The Floor, 2020), ese hermoso cool jazz que pareció llevar a todos los asistentes a otro plano por algunos minutos.
Ya con el público cautivo, llegó el momento de agarrar la guitarra eléctrica y que la cantante tome nuevamente el centro del escenario para interpretar “Visions”, acompañada sólo por las 2 mujeres de la banda. Todo se vuelve un poco más rockero en “Little Broken Hearts”, pieza que con un tempo levemente más intenso, bien podría pertenecer a los Black Keys con ese sonido algo desértico (de hecho ese disco está producido por uno de los grandes colaboradores del dúo de Ohio, Danger Mouse). Con potentes riffs en su guitarra, la norteamericana demuestra que también es diestra con las 6 cuerdas, lo que intensifica con un hermoso solo en la country “Staring at the Wall” (Visions, 2024), y en la blusera “Queen of the Sea”, donde desde detrás de su guitarra y delante de una escenario que se tornó completamente verde, la cantautora medita sobre el no dejarse de lado en las relaciones amorosas y preguntarse si el amor nos liberará.
De vuelta al piano, una “sedienta” Norah Jones da un profundo suspiro antes de iniciar la romántica “Come Away With Me”. Acompañada por su piano, el contrabajo y la batería, nuevamente genera una atmósfera intimista que desató la ovación más grande de la noche hasta ese momento. Tiempo para otro clásico, aunque esta vez de su disco más visceral con “Happy Pills” (Little Broken Hearts, 2012). A banda completa y en una interpretación levemente más jazzera/blusera que la versión radial, lo cierto es que nunca sonó más dulce la petición de “please just let me go now”. Otra ronda de aplausos para el quinteto se dejó sentir.
En “All This Time” (Visions, 2024) destacaron los agudos potentes de Norah y sobre todo de su organista Sammy Stevens. Antes de “That’s Life”, Jones vuelve a agradecer al público y a su banda, para pasar a entonar esta dicotómica reflexión sobre los altibajos de la vida, con un coro alegre y saltarín, mientras la letra te dice lo contrario. “Muchas gracias” dice en español, antes de reunir a su banda al centro del escenario para una reverencia, mientras el público aplaude de pie.
Tras salir brevemente de escena, era hora del bis cargado a los covers. “Turn Me On” abrió la sección con ese blues de Mark Dinning, donde todo el público encendió las luces de sus celulares. Mientras que el Movistar se llenó de americana y aplausos rítmicos para el “Long Way Home” de Tom Waits. Para el cierre llegó “Don’t Know Why” (Jesse Harris & The Ferdinandos), canción incluída en su disco debut y que agarró otro vuelo con la interpretación de Norah Jones hace ya 23 años. Y la verdad es que la noche del miércoles no fue distinto, con una versión que recibió una ovación al comienzo, en el medio y al final, gracias al virtuosismo exhibido por los 5 artistas. Altísimo modo de terminar la noche, con una banda y la propia Norah que esta vez simplemente se despidieron desde puestos, para abandonar definitivamente el escenario.
1 hora y 45 minutos de show, donde la norteamericana y su banda mostraron toda su calidad, pero sobre todo Norah Jonesdfbvh gvv demostró una vez más que con su voz acaricia no sólo los oídos de su público, sino que también parece abrazarlos con su dulzura y potencia. Eso es parte de la esencia de la neoyorquina, quien con una voz perfecta para el soul logra llegar justamente ahí, al alma de todos quienes la escuchen.
Setlist:
What Am I to You
Paradise
Running
Sunrise
After the Fall
I’m Awake
I Just Wanna Dance
Hurts to Be Alone
Visions
Little Broken Hearts
Staring at the Wall
Queen of the Sea
Come Away With Me
Happy Pills
All This Time
That’s Life`
Turn Me On
Long Way Home
Don’t Know Why
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