3 de Mayo 2023.

Por Paulo Domic.
Fotografías por Francisco Aguilar A.

La banda estadounidense Nothing llegó por primera vez a Chile, aterrizando en el Club Chocolate para hacer delirar a sus fanáticos que en buen número poblaron el recinto, ávidos de experimentar eso que por tantos años ansiaron. Por fin pudieron ver y sentir en sus cuerpos las vibraciones sonoras de esta joven banda, conocida por su sonido shoegaze y post-punk que combina la intensidad del rock con la emotividad del dream pop.

Formados en 2010 en Filadelfia, Pensilvania, la banda está compuesta por Domenic Palermo (voz, guitarra), Doyle Martin (guitarra), Christina Michelle (bajo) y Kyle Kimball (batería). Han sido aclamados por su sonido y su capacidad para crear atmósferas envolventes. Su elogiado talento para evocar emociones en sus oyentes les ha hecho crecer en popularidad, misma que les permite llegar mucho más profundo en su viaje hacia el sur de las tierras latinoamericanas y por fin visitar este austral rincón del mundo.

Actualmente son una de las agrupaciones referentes del Shoegaze, subgénero del rock alternativo que surgió en Gran Bretaña a finales de los años 80 y principios de los 90. Las principales características que lo definen son el uso de la distorsión para formar sus melodías, o de elementos como el reverb para crear climas de sonido espaciales e inmersivos. El nombre del género proviene de la tendencia de los músicos a mirar hacia abajo mientras tocaban en vivo, aparentemente absortos en los efectos de sus pedales. Algo que Nothing aplica totalmente en sus presentaciones en que los sonidos delirantes de guitarra son fundamentales en su propuesta.

Pasadas las 21:00, comienza el lisérgico viaje a través de la música y de la muestra audiovisual que apoya su presentación. Imágenes intensas e incesantes que no son un mario telón de fondo, sino que una verdadera apuesta artística adicional a la música y que es difícil dejar de observar y quedar hipnotizado. “Say Less” y “April Ha Ha” abrieron este viaje a través de un universo único que crean con su vanguardista visión estética.

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Hablando muy poco y prácticamente sin pausas, desarrollaron un repertorio que abarcó todos sus trabajos y que puso bajo un trance perpetuo a todo el Club Chocolate. La potencia de la batería de Kimball, la potencia del bajo de Michelle y la locura de las guitarras y voces de Martin y Palermo, atrapó a los asistentes en una tela de araña musical en la que le inyectaron su psicotrópico veneno. Una dosis no letal de sustancias lícitas extraídas de las raíces de sus metálicas cuerdas.

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El clímax de esta acariciante ceremonia ocurrió durante “The Carpenter’s Son”, que si ya es larga en su versión de estudio, en esta presentación se extendió por al menos 13 minutos de sosegado flote por suaves e introspectivas texturas musicales. Domenic aquí se dio el tiempo de comunicarse más con el público y agradecer su presencia, constatando que todas las maravillas que le habían dicho de Santiago y su gente, eran ciertas. Junto con prometer que regresaría pronto y darse un espacio para presentar a sus compañeros de ruta, parten con “Famine Asylum”, una de las canciones más rápidas que por fin hicieron saltar al público del Chocolate, despertándolo de su coma sónico para vivir la última parte del concierto.

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“Vértigo Flowers” y “(HOPE) Is Just Another Word With a Hole in It” fueron las elegidas para culminar con esta presentación a través de la cual mostraron sus credenciales musicales y testimoniaron por qué su reputación va en alza en el mundo del rock alternativo. Palermo y los suyos se fueron de regreso a su país con el corazón lleno del cariño de sus fans chilenos y llenando desde ya las expectativas para el, ojalá, pronto retorno a nuestro país.

Tal vez jamás lograrán el éxito masivo, ni coparán las charts de medio mundo, ni llenarán estadios gigantes. Pero tampoco pareciera ser que lo pretenden. Solo intentan sacar de su alma esos fantasmas que todos tenemos y que nos impiden caminar hacia adelante con determinación. La juventud de hoy difícilmente logrará entender todo lo que significa la música de Nothing. Ellos son el reflejo, el producto de unas coordenadas de un espacio tiempo pretérito. Sus afiladas guitarras, sus líneas de bajo sinuosas, sus baterías con ritmos matemáticamente imprecisos dentro de una concepción del ritmo única, les hace especiales dentro del panorama actual. Fieles a su estilo, no dan pistas de que quieran salir de ahí. Ese es su arte, su vía de expresión, y mientras haya quienes la disfruten, permanecerán transitando esa vereda difusa a mitad de las locas galaxias que dibujan con los colores de sus guitarras.

Setlist:
Say Less
April Ha Ha
Hymn to the Pillory
Fever Queen
Zero Day
The Dead Are Dumb
Chloroform
The Carpenter’s Son
Famine Asylum
B&E
Vertigo Flowers
(HOPE) Is Just Another Word With a Hole in It

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