Artista invitado: Richard Ashcroft.
19 de noviembre 2025.
Por Francisco Aguilar A.
Fotografías por Big brother Recordings.
La noche de este 19 de noviembre en el Estadio Nacional de Chile no fue solo un evento musical, sino una cita de 64.000 personas, con la historia del rock. La expectación, densa y casi eléctrica, presagiaba el encuentro con la majestad del Britpop. Oasis no solo prometía rock and roll, sino un setlist que sería un compendio inigualable de su era dorada, demostrando por qué sus himnos trascendieron generaciones.
Antes de que la realeza tomara el escenario, el ambiente fue templado por la presencia imponente de Richard Ashcroft, el ex-vocalista de The Verve. Su presentación fue un estudio en contrastes, pasando de la melancolía introspectiva a la grandiosidad que solo él puede evocar. Abriendo con la delicada «Weeping Willow» de The Verve, preparó el ambiente, y su voz inconfundible resonó con una elegancia dramática que lo distingue. “Break the Night With Colour”, pieza de su carrera en solitario, demostró su estatura como letrista y performer, infundiendo una energía sutil pero potente en el vasto recinto. A medida que avanzaba la presentación, Ashcroft no dudó en complacer a los miles de fanáticos presentes. La atmósfera se tornó solemne y emotiva con baladas fundamentales como «The Drugs Don’t Work» y la esperanzadora «Lucky Man», que transformaron momentáneamente el estadio en un emotivo coro acústico. Sin embargo, el clímax llegó con el cierre monumental. Después de ofrecer «Sonnet», «Ricardo» (como el público lo llamó cariñosamente) desató la euforia con el himno generacional «Bitter Sweet Symphony». El riff de cuerda inconfundible y la percusión épica hicieron vibrar el Nacional, creando un momento de éxtasis colectivo que demostró que el telonero era, en sí mismo, un acto de cabecera. Fue el calentamiento perfecto, dejando al público al borde de la histeria, listo para la llegada de sus compañeros generacionales.
Cerca de las 21:00 horas, se concretó lo que muchos consideraban impensable: Oasis pisaba nuevamente suelo chileno. El espectáculo arrancó con la bienvenida atronadora de «Hello», seguida inmediatamente por la potencia coral de «Acquiesce». Desde ese instante, la banda dejó claro su plan: dominar el escenario sin reservas. Liam Gallagher, con su postura característica y las manos detrás de la espalda, escupía las letras con una mezcla de arrogancia juvenil y pura melodía, mientras Noel, inamovible, tejía las complejas capas de guitarra que sostienen cada canción. El bombardeo inicial continuó con la euforia de «Morning Glory» y la inyección de optimismo de «Some Might Say», que transformaron al público en un coro monolítico, gritando cada palabra como si la vida dependiera de ello. La esencia más cruda y garage de la banda llegó con «Bring It On Down» y el himno fiestero «Cigarettes & Alcohol», reafirmando la herencia del rock británico en su máxima expresión, un golpe sonoro que hizo temblar el suelo del estadio.
Un punto y aparte, imposible de no mencionar, fue la puesta en escena. Pantallas de última generación generaron atmósferas únicas en cada una de las canciones presentadas por los hermanos Gallagher. Adicionalmente, la presencia de Paul Arthurs, conocido mundialmente como Bonehead, quien se sumó especialmente para la gira sudamericana de la banda, dio un toque único a lo que presenciamos. Tras la adrenalina inicial, la banda navegó con destreza por su catálogo esencial. La pegada constante de «Supersonic» y la marcha imparable de «Roll With It» mantuvieron el pulso alto. En un momento crucial, la luz se centró en Noel para el segmento acústico, donde la atmósfera se volvió de repente íntima, casi mágica. Con una guitarra y su voz, ofreció la melancolía reflexiva de «Talk Tonight» y la dulzura melancólica de «Half the World Away». Los treintañeros (y más) que llenaban el estadio utilizaron sus teléfonos para crear un mar de pequeñas estrellas, honrando la pausa conmovedora. Este respiro sirvió como un puente emocional perfecto, antes de que el show regresara a la escala épica con la belleza de «Little By Little» y la pesada y compleja cadencia de «D’You Know What I Mean?», un tema que demostró la profundidad rítmica que Oasis sabe alcanzar.


La parte final del set principal fue un viaje por los picos emocionales de su discografía. La épica deslumbrante de «Stand by Me», la introspección de «Cast No Shadow», y la emotiva «Slide Away» prepararon el terreno para el clímax. El final llegó en un torrente incontrolable de energía, culminando con el himno que encapsula el espíritu de la banda, «Live Forever», que fue recibido con una ovación ensordecedora. La inevitable declaración de principios, «Rock ‘n’ Roll Star», cerró el set con una explosión de luces y ruido, dejando a la multitud al borde de la histeria colectiva.
El regreso para el encore se sintió como una segunda oportunidad para la leyenda. Abrieron con la majestuosidad orquestal y ambiciosa de «The Masterplan», una joya poco común que recompensa la fidelidad de los verdaderos creyentes. Luego, el tiempo pareció detenerse. Noel Gallagher se acercó al micrófono con su acústica, iniciando los acordes de «Don’t Look Back in Anger». El coro masivo y espontáneo que se levantó del público chileno, coreando cada sílaba incluso antes de que Liam cantara, fue el momento definitivo de la noche, una muestra de la conexión inquebrantable que tienen estos himnos con la cultura local. Finalmente, la noche se despidió con la sencillez universal de «Wonderwall» y la psicodelia expansiva y trascendente de «Champagne Supernova», que cerró el telón dejando al público exhausto y con la certeza de haber presenciado algo verdaderamente eterno. Al cierre, los fuegos artificiales dieron el broche de oro a una noche perfecta.
Oasis no solo ejecutó un setlist perfecto; entregó una demostración de poder, validando la fuerza atemporal de sus himnos. Una noche de rock and roll puro, resonando en el corazón de Santiago, y confirmando que, para el público chileno, el legado de los Gallagher es, eterno.
Setlist Richard Ashcroft:
Weeping Willow (The Verve)
Space and Time (The Verve)
Break the Night With Colour
The Drugs Don’t Work (The Verve)
Lucky Man (The Verve)
Sonnet (The Verve song)
Bitter Sweet Symphony (The Verve)
Setlist Oasis:
Hello
Acquiesce
Morning Glory
Some Might Say
Bring It On Down
Cigarettes & Alcohol
Fade Away
Supersonic
Roll With It
Talk Tonight
Half the World Away
Little by Little
D’You Know What I Mean?
Stand by Me
Cast No Shadow
Slide Away
Whatever
Live Forever
Rock ‘n’ Roll Star
Encore:
The Masterplan
Don’t Look Back in Anger
Wonderwall
Champagne Supernova
