Pat Metheny en Teatro Caupolicán: La majestuosa elegancia de una leyenda del jazz
30 de septiembre 2022.

Por Paulo Domic.
Fotografías por Francisco Aguilar A.

La leyenda del jazz Pat Metheny, regresó a Chile tras 26 años para ofrecer tres conciertos en Santiago. Una visita que debió postergarse por más de dos años producto de la pandemia y que tenía impacientes a toda una generación completa de nuevos seguidores que han esperado toda una vida para verlo en vivo. Una cita con un prodigio musical que ha dejado profunda huella, uno de los eventos más esperados del año. Un Teatro Caupolicán que lo recibió al máximo de su capacidad para apreciar la belleza y elegancia única de sus dedos sobre la guitarra.

En casi 50 años de carrera, Pat Metheny ha cruzado permanentemente los límites del jazz, colaborando con glorias del género como Ornette Coleman, Herbie Hancock, John Scofield y Jim Hall, pero también entablando alianzas con músicos connotados como David Bowie, Carlos Santana, Milton Nascimento, Pedro Aznar y Enrique Morente, entre otros. El regreso del ganador de 20 premios Grammy no ha estado exento de incertidumbre, ya que su vuelo se retrasó y su primer concierto de gala debió reprogramarse para el sábado. Así que la de anoche fue la real bienvenida a Chile de este titán de la música de todos los tiempos.

En Chile, lo acompañan el baterista mexicano Antonio Sánchez, ganador del Grammy 2003 al “Mejor Álbum de Jazz Contemporáneo” por Speaking of Now; la bajista Linda May Han Oh y el pianista británico Gwilym Simcock. Junto a él forman un cuarteto de las estrellas más brillantes del firmamento del jazz contemporáneo, una alineación dorada de talento inconmensurable que sólo podían brindar un espectáculo de clase mundial.

A las 21:00, un solitario músico se sentó al frente del escenario con su bandoneón a interpretar sin ningún acompañamiento, tocando piezas de Aníbal Troilo y Astor Piazzola. Se trataba del bandoneonista y arreglador Rodolfo Jorquera. Su destreza cautivó al público que lo recompensó con generosos aplausos y vítores. Un invitado de lujo para ambientar excelentemente lo que estaba próximo a comenzar.

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Media hora más tarde, el maestro Pat Metheny apareció desde atrás del telón, recibiendo una bienvenida conmovedora en que todo el público se puso de pie para darle un aplauso que remeció todo el Caupolicán. Se colgó su famosa y única guitarra de 42 cuerdas con las que ejecutó una pieza introductoria. Poco a poco se sumaron sus músicos a escena y comenzaron con “So May It Secretly Begin”. Inmediatamente dejaron en claro a lo que veníamos: una clase magistral de música interpretada al más alto nivel.

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Al inicio del concierto se le solicitó a todo el mundo apagar los celulares. Instrucción que afortunadamente respetó el 99% de los asistentes, entregando una visión muy limpia y cómoda de la presentación del cuarteto. Cuesta a veces entender por qué no puede seguirse una petición tan simple y aún algunos deciden filmar. Pero más allá de esos misterios indescifrables de la mente humana, el pedido fue escuchado y sin duda fue un valor agregado para el momento. De hecho, el ambiente era tan solemne, que si algunos querían manifestar emoción antes de tiempo o en partes suaves, muchos comenzaban a chistar inmediatamente para acallar esas heréticas aclamaciones que interrumpían la delicadeza del instante único que se estaba viviendo.

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Cada músico brindó una cátedra en su rol. La banda en su conjunto, ajustada como un reloj suizo que funcionó a la perfección. Y Pat, siempre generoso con el protagonismo, siempre les dio espacio para que ellos también pudieran demostrar el enorme talento que tienen. Pero nunca con una exageración de virtuosismo, nunca llegando a un derroche insistente de velocidad y destreza. Al contrario, privilegiando la emoción y la sensibilidad por sobre cualquier estridencia.

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Una presentación de casi dos horas que pagó con creces cualquier interés que haya generado la deuda de no visitar Chile por 26 años. Un momento largamente esperado y tremendamente disfrutado por el público de todas las edades que repletó la cita y que se llevó consigo un recuerdo que probablemente atesorarán por mucho tiempo. Pat Metheny, casi sin hablar con su audiencia, la sumió en un trance fantástico y la transportó por su repertorio lleno de clásicos y estándares del jazz. Una noche en que pudimos observar la vigencia y majestuosidad de una leyenda viviente del estilo y que así como lo vimos, tiene aún muchísimo más que entregar al mundo de la música y de la cultura.

Setlist:
Pikasso Solo
The Sound of Water
So May It Secretly Begin
Third Wind
Have You Heard
Farmer’s Trust
Phase Dance
Better Days Ahead
Are You Going With Me?
Phase Dance / Antonia / Minuano (Six Eight) / Last Train Home / This Is Not America

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