Paul McCartney en el Estadio Nacional:
20 de marzo 2019.

Por Rodrigo Guzmán.
Fotografías por Francisco Aguilar A.

Sobre Paul McCartney se han escrito páginas completas. Se ha dicho de todo y por lo mismo, cuesta decir algo que no haya sido pensado con anterioridad por alguien más. Sin embargo, McCartney es un músico excepcional que, a pesar de lo que algunos digan, sorprende cada vez que sube al escenario con una bajo a cuestas. Paul es excepcional. Se escapa de toda medida y promedio y él lo sabe. Ante un estadio Nacional repleto, McCartney guarda su salida por casi 20 minutos más después de lo acordado. La muy famosa puntualidad inglesa hoy no brilla en dicho recinto y a las 21:17 el británico se deja ver junto a su banda, quienes tras un breve saludo, dan rienda suelta a uno de los shows mas esperados, si no el más, de todo lo que va del año.

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“A Hard days night” es la encargada de dar inicio a un concierto cálido, lúdico y extenso. Una de los cortes pioneros del conjunto de Liverpool se deja caer como una avalancha de emociones y la gente que comienza a corear los temas del británico empieza a multiplicarse de manera exponencial. De esta manera se suceden “Can´t buy my love”, “Let me roll it”, “Ive got a feeling”, “My Valentine”, “Lady Madonna” y “Eleanor Rigby” que suenan de la mano con hits mas recientes como “Fuh You”, “Here Today” o “Queenie Eye”. La tan mentada capacidad camaleónica de McCartney se hace presente y va desde el rock hasta el pop, pasando por varios otros estilos y corrientes musicales.

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“Live and let die” fue uno de los puntos culmine de la jornada, donde McCartney extremo recursos y no escatimó en gastos. Fuegos artificiales, llamas y lasers se sucedieron en medio de la puesta en escena de este corte, generando el delirio total entre los asistentes. Algunos dirán que esto es un recurso innecesario, efectista e incluso banal, porque a la hora de hacer música lo único que importa es la experiencia del sonido. Sin embargo, McCartney es un músico tan serio y detallista que no deja ni un solo cabo suelto. Resultado: audiencia extasiada.

A diferencia también de otras fechas y conjuntos, la extensa presentación del ingles en Chile no tuvo uno o dos momentos cúlmines. La puesta en escena de “Blackbird”, “Hey Jude”, “Love me do” y “Being for the benefit of mister Kite”, interpretada bajo un manto de luces de colores de clara inspiración lisérgica, dejaron al publico perplejo y satisfecho con lo que presencia.

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A diferencia también de otros conjuntos y solistas, McCartney se dio el tiempo para aprender español y practicarlo con las mas de 50.000 personas que abarrotaban el coloso ñuñoino. El británico se mostró cómodo, desenvuelto y lúdico, generando juegos espontáneos con el público y también con sus propios músicos. Pero no solo el cancionero Beatle tuvo espacio para ser interpretado en el Estadio Nacional. La mixtura entre cortes de la época Wings, cargados de una épica precisa, junto con otras composiciones de la etapa solista de McCartney, se sucedieron de manera natural y orgánica junto a los hits del cuarteto de Liverpool. Tal fue el caso de la interpretación de los cortes extraidos desde su último lanzamiento Egypt Station. A caballo entre esa sencillez pop y el rock algo mas distorsionado, confirma que McCartney no está para refritos y nostalgias vagas.

Ya hacia el final de la fecha y a modo de encore, se viene un bloque de canciones impresionantes. “Helter Sketer” se combina con “Golden Slumbers” y “Carry that Way” se entronca con “Sgt. Peppers Lonely Hearts club Bands”, para finalizar, cómo no, con “The End”. Paul agradece y el respetable le corresponde enfervorizado ante tal muestra de intenciones.

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Tras el concierto de Sir Paul McCartney, queda claro que a pesar de sus 76 años el hombre es capaz de interpretar todas las canciones que lo convirtieron en una estrella o una leyenda viviente. También queda clara su inmensa capacidad de convocatoria y con esto, la vigencia de su legado y de su capacidad creadora, que le permite salir de gira sin necesidad de echar mano de manera exclusiva a un repertorio antiguo. McCartney es, con bastante seguridad, el músico vivo y activo más influyente del mundo. Y esto queda muy patente luego de tamaña presentación, una fecha a la altura de una leyenda como él, demostrando así que el británico puede hacerse cargo sin el más mínimo problemas del nombre Paul Mccartney.

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Setlist:
A Hard Day’s Night
Junior’s Farm
Can’t Buy Me Love
Letting Go
Who Cares
Got to Get You Into My Life
Come On to Me
Let Me Roll It
I’ve Got a Feeling
Let ‘Em In
Maybe I’m Amazed
My Valentine
Nineteen Hundred And Eighty Five
I’ve Just Seen a Face
In Spite of All the Danger
From Me to You
Dance Tonight
Love Me Do
Blackbird
Here Today
Queenie Eye
Lady Madonna
Eleanor Rigby
Back in Brazil
Fuh You
Being for the Benefit of Mr. Kite!
Something
Ob-La-Di, Ob-La-Da
Band on the Run
Back in the U.S.S.R.
Let It Be
Live and Let Die
Hey Jude

Encore:
Birthday
Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band (Reprise)
Helter Skelter
Golden Slumbers
Carry That Weight
The End

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