Por Francisca Neira.

El próximo miércoles 11 de abril se llevará a cabo la sexta versión del festival SUE o Santiago Urbano Electrónico, evento que convoca desde 2004 a un segmento importante de la comunidad amante de la música a través de la presentación de artistas tan diversos como Morrissey, Daft Punk o The Mars Volta. Para esta ocasión, el line up no tiene nada que envidiar a las versiones anteriores del certamen, incluyendo al Dj y productor californiano Flying Lotus, la banda multicultural Junun, los nacionales Föllakzoid y, como broche de oro, los británicos de Radiohead.

Son estos últimos, precisamente, los llamados a atraer a la mayor cantidad de seguidores que se espera repleten el Estadio Nacional, tarea que en ningún caso parece imposible considerando las credenciales que la banda ostenta: la prensa especializada considera dos de sus nueve discos dentro de los mejores de la década (2000) o de la historia del rock, han publicado trabajos con grandes casas musicales así como también de manera independiente, la banda está en las listas de las mejores de Inglaterra y de todos los tiempos, han evolucionado cómodamente de un rock puro a una electrónica análoga (por llamarla de alguna forma) y han sido influencia innegable para varias generaciones de artistas.

Pero la historia de Radiohead no ha sido solo de éxitos y reconocimientos sino que las dificultades e incomprensiones también han estado a la orden del día y desde el primer momento. Nacidos como banda en 1985, no fue sino hasta principios de la década siguiente que comenzaron a grabar sus primeros demos y sistematizar sus presentaciones en vivo. En 1992 publicaron Drill, un EP que no tuvo ninguna repercusión y que incluía la (ahora) súper conocida “Creep” que, en ese momento, no tuvo ni siquiera difusión radial por ser considerada excesivamente depresiva. Cabe destacar que frente a una controversia muy posterior se incluyó en los créditos de la canción a Albert Hammond y Mike Hazelwood, como coautores, debido a la similitud entre “Creep” y “The Air that I Breath” de The Hollies.

No obstante, el tema se volvió a incorporar en el disco debut de Radiohead, Pablo Honey (1993) que también pasaría, en un primer momento, sin pena ni gloria, pero que gracias al éxito que esta vez sí tuvo la canción, lograría poner a la banda en la mira de la industria y de un público ávido de guitarras ruidosas, baterías potentes y letras crudas. En ese sentido, nadie supo muy bien cómo clasificar a Radiohead y su trabajo, algunos los llamaron grunge, otros indie y otros una mezcla de todo ello y más. Lo cierto es que más allá de las categorías, el quinteto había logrado darse a conocer, aunque quizá no como ellos hubiesen querido, ya que no fue poco el sufrimiento que les trajo la popularidad de un tema que no apreciaban, ni la presión que significó al convertirse en la vara para su próximo trabajo.

En marzo de 1995 Radiohead publicó The Bends, su segundo disco de estudio y el primero con el que se sentían realmente cómodos, ya sea por el tono que adquirieron las canciones que lo componen, las líricas más críticas que en el primer LP o, bien, por la recepción de la crítica, quienes en su mayoría aplaudieron este álbum reconociendo también que apuntaba a forjar la verdadera personalidad de esta banda que utilizaba la nostalgia y melancolía como sus herramientas de base pero que, al mismo tiempo, vomitaba rabia a través de la guitarra de Johnny Greenwood apoyada por el intenso bajo de su hermano Collin. En esta entrega se encuentran muchas de las canciones más “radiales” de los británicos tales como “High & Dry”, “Just” y “Fake Plastic Trees”.

De todas formas, esa identidad que todos comenzaron a vislumbrar que se asentaba con The Bends resultó ser nada más que una ilusión, ya que la edición de OK Computer (1997), el tercer disco de estudio de la banda, incorporó sonidos provenientes de la electrónica, otorgándole a la impronta del quinteto una característica más envolvente que en sus trabajos anteriores. De esta manera y sin dejar de lado el origen rockero de Radiohead, OK Computer se transformó en un concepto, tan oscuro y nostálgico como los anteriores discos, pero más enigmático, de canciones más largas y repetitivas, con secuencias que hacían imaginar un paisaje urbano a ratos desenfocado o violentado. “Karma Police” fue el hit del álbum, que por cierto tuvo una excelente recepción por parte del público y de la crítica, así como los sencillos “Paranoid Android” y “No Surprises”.

Con el lanzamiento de Kid A (2000) el cambio que se vislumbraba en OK Computer se asentó en lo más profundo de las raíces de la banda, dando pie a una segunda etapa en la carrera musical de Radiohead, una que, al parecer, les acomoda bastante más que la primera, lo que queda demostrado con los dos premios Grammy a Mejor Álbum de Música Alternativa obtenidos por estos dos últimos discos. Kid A, Amnesiac (2001) y Hail to the Thief (2003), las grabaciones que le siguieron, están caracterizados por un sonido mucho más electrónico y experimental, abandonando a ratos el formato canción tan utilizado en la música popular e incluyendo instrumentos que tienden a crear una atmósfera antes que un golpe al oído; de la misma forma que significaron, de alguna manera, un retorno a sus raíces de crítica al sistema y al mainstream.

El séptimo trabajo de Radiohead, In Rainbows, se lanzó en 2007 después de una venta online al precio que “el consumidor considerara pertinente”, y mantiene la línea que ya se venía forjando en sus anteriores entregas. No obstante, pareciera ser que este disco es un poco más agresivo en cuanto al beat electrónico que manifiesta, desenvolviendo (ahora sí) una personalidad propia, ajena a circuitos y etiquetas y que fue sumamente bien recibida por el público en general. Fue en este contexto, de hecho, que realizaron su primera gira latinoamericana que los trajo a debutar en nuestro país en el año 2009. De este disco se desprendieron temas como “15 Step” y “House of Card”.

En 2011 vio la luz The King of Limbs, también lanzado primero a través de internet y luego en formato físico. El disco significó en cierta medida una vuelta a sonidos un poco más tradicionales, pero que, en su conjunto, se mantenían tan alternativos como los últimos trabajos de la banda. La extensión de las canciones y la lógica envolvente de cada una de ellas las transformó más que en himnos, en bandas sonoras que podíamos llevar a todas partes en nuestros reproductores portátiles cada vez que salíamos a caminar por la ciudad. Pareciera que ese fue el objetivo, desde el principio. De este disco trascendió el video de “Lotus Flower” en el que vimos al vocalista Thom Yorke en frenético baile que aparecía in crescendo en las pantallas.

Finalmente, en 2016 se edita el último álbum de estudio de la banda, A Moon Shaped Pool, que mantiene la lógica del sonido trabajada por Radiohead en los últimos años, aunque con las revoluciones bastante más bajas, con un tempo mucho mas calmo que nos llama a entrar en un universo paralelo en el que el tiempo corre más despacio, quizá hasta más melancólico. Por otra parte, considera letras escritas, incluso, hace más de veinte años, transformando este trabajo en una mirada retrospectiva pero con sentido de futuro (quizá eso ha sido toda la carrera del quinteto británico). Al igual que con las letras, en este caso la banda también optó por mirar hacia atrás en las estrategias de promoción del disco, lanzándolo primero por internet, presentándose poco antes del estreno del disco y anunciando los singles antes del lanzamiento a través de videos.

Como si fuera poco, el año pasado la banda reeditó OK Computer en una edición especial titulada OKNOTOK que suma al repertorio inicial los sencillos inéditos “Lift”, “I Promise” y “Man of War”. Lo anterior no ha sido más que un recorrido por el trabajo discográfico de la banda que encabezará el festival SUE 2018. No obstante, es muchísimo más lo que se podría decir acerca de su compromiso con causas de diversas ONG’s para las cuales se han presentado varias veces para recaudar fondos, de sus periodos de silencio como banda en los que cada integrante ha potenciado su carrera como solista, de sus extensas giras y de su discurso antisistema que los ha llevado a convertirse en pioneros de diversas formas de masificación de su trabajo.

Así, Radiohead toma lo mejor de su historia y de la música en general para ofrecer en cada entrega lo mejor de sí, una propuesta novedosa que en un comienzo parecía perdida, pero que con el tiempo se afiató y encontró su verdadero camino. Este 11 de abril esperamos empaparnos de esto, disfrutar de esta trayectoria y de la proyección que inevitablemente deja entrever en ellos y en nosotros mismos.

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