Sons of Apollo en Teatro Cariola: Un esperado diluvio de virtuosismo y metal
Banda invitada: Horeja.
16 de agosto 2022.

Por Paulo Domic.
Fotografías por Javier Martínez.

La postergada cita que desde 2020 fue varias veces re agendada, finalmente se realizó anoche en el Teatro Cariola. Sons of Apollo realizó su segundo show en Chile, ante un recinto prácticamente lleno en su totalidad, regalando con generosidad el talento impresionante de cada uno de sus miembros. Un concierto impecable a cargo de cinco músicos de categoría mundial, que hicieron vibrar a sus fanáticos en la lluviosa jornada santiaguina.

Sons of Apollo puede parecer un nombre poco conocido en la escena musical. Y claro, es una banda que recién se formó en 2017 y que debió, como todos, ver truncado su crecimiento por la pandemia. De hecho, su último disco, y también el objeto de la gira que realizan ahora, se llama MMXX (2020 en números romanos) y fue lanzado en enero de ese año en que debimos separarnos como nunca antes debido a la emergencia sanitaria. Sin embargo, en sus filas cuenta con músicos que han sido protagonistas de primera línea del metal melódico de los últimas tres décadas. Partiendo por su baterista, el legendario Mike Portnoy, que hasta 2010 fue fundador y gran motor de Dream Theater, grupo cuyos fanáticos, aún después de todo este tiempo, no han logrado superar su partida. Su talento, carisma y despliegue lo han llevado al olimpo de los bateristas de rock y metal de todos los tiempos y a través de su carrera ha tocado en una cantidad enorme de bandas y con los mejores músicos de rock de todo el mundo.

Luego tenemos en el teclado a otro ex Dream Theater, al gran Derek Sherinian, que también tiene una carrera solista connotada, además de su rol estelar en la super banda, Planet X. En guitarra, al genial Ron «Bumblefoot» Thal, con decenas de discos solistas y un enorme trabajo como productor, además de ser el guitarrista en el disco Chinese Democracy del Guns N’ Roses de Axl Rose. En la voz, a Jeff Scott Soto, un cantante icónico del heavy metal melódico que, primero con Yngwie Malmsteen y luego con su banda Talisman, se ganó un espacio estelar en el firmamento rockero. Finalmente, en el bajo llegó esta vez el brasileño Felipe Andreoli, miembro de Angra, en reemplazo del bajista titular: la leyenda llamada Billy Sheehan, que en esta oportunidad no pudo acompañarlos.

¿Qué podría salir mal con semejante quinteto de monstruos musicales? Nada, absolutamente nada. La mesa estaba servida para presenciar una clase magistral a cargo de músicos de excelencia y tremendamente experimentados en las lides del rock y del metal. La fiesta se venía con todo.

Los encargados de abrir la noche fueron los chilenos Horeja, agrupación con más de 22 años de experiencia que cultiva un ecléctico estilo musical que encajó perfectamente en la velada. Combinan la composición de la música docta contemporánea con ritmos y melodías ancestrales de culturas de los pueblos originarios chilenos. Mezclan el sonido y la instrumentación rock, con instrumentos de estos pueblos, sumando la improvisación del jazz y el avant-garde, y las bases rítmicas del funk con las de la cueca y de otros ritmos autóctonos.

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Formados por Sebastian Lobos en bajo, Álvaro Poblete en batería, Rodrigo Miranda en guitarra, Luis Saavedra en guitarra y Matías Undurraga (Matiuk) en la voz, a través de poco más de unos 40 minutos desplegaron un repertorio potente que les permitió demostrar el impresionante nivel técnico con que cuentan. Paseando por gran variedad de estilos, la potente voz de Matiuk resonó con fuerza transmitiendo los contingentes y enérgicos mensajes de sus canciones, que hablan de la sociedad chilena, de política, revolución y desigualdad. Con “Poder Popular”, cerraron una impecable presentación que probablemente fue la primera vez para muchos de los presentes, que les regalaron generosamente todos los grandes aplausos que se merecieron por tan contundente actuación. Mención especial para el cierre, donde el baterista Álvaro Poblete se lució con un solo que terminó por coronar con una ovación la apertura de una noche que ya se comenzaba a perfilar como memorable.

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Marcando el reloj las 21:06 horas, llegó el anhelado momento. La intro de “Goodbye Divinity”, misma canción que abre el disco MMXX, produjo la reacción inmediata del público que a esa hora ya colmaba el céntrico teatro. Cuando Mike Portnoy y sus amigos salen a las tablas del Cariola, la emoción ya no se pudo contener y partió así una nueva ceremonia musical en la que cinco sumos sacerdotes del metal entregaron su sagrado mensaje de virtuosismo, poder y rock and roll. Y eso último es muy importante, porque Sons of Apollo, por muy técnicos y perfectos que sean en su ejecución, nunca dejan de poner rock, groove y pasión en su música. Es una banda que pese a lo cerebral de su arte, jamás se salen de la vereda del viejo y querido rock.

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Después de la tremenda interpretación de “Fall to Ascend”, en la que la batería de Portnoy sonaba con ese desenfreno y soltura que tanto quieren escuchar sus fanáticos, Jeff saludó al público que estaba enfervorizado y totalmente entregado al ritual. Cabe enfatizar que la ausencia de Sheehan realmente no se percibió. Andreoli con su bajo de dos brazos hizo un show impecable, muy compenetrado con la banda. Como si siempre hubiera tocado con ellos.

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Dedicaron “Desolate July” al padre de Jeff Scott Soto, recientemente fallecido en julio pasado, contando la historia de que esta canción originalmente fue compuesta para el bajista David Z, que también murió en julio, pero de 2017. Una trágica coincidencia del destino que le dio aún más significado a la sentida letra y melodía.

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Destacó muchísimo el momento de “New World Today”, canción de más de 16 minutos en que Bumblefoot hace una intro mágica. Un viaje progresivo que lleva por todos los matíces. Desde el rock más melódico, a desenfrenados riffs de Thrash Metal. Jeff Scott Soto hizo también un show aparte durante toda la velada, con una voz tremenda y un carisma avasallador. Si bien su registro ha mermado un poquito en comparación a lo que hacía en los ochentas, mantiene aún un torrente vocal imparable y poderoso, que emociona y perfora los sesos al mismo tiempo. El amigo de todos en el terreno de juego, un maestro de ceremonias cuya presencia escénica es apabullante.

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Sherininan tuvo un glorioso espacio para un solo de teclado que nos dejó a todos boquiabiertos. Un derroche de fantasía, destreza y genialidad musical. El interludio desembocó en “Coming Home”, coreada canción que también sirvió como momento para hacer cantar al público y presentar a cada miembro de la banda, para que recibieran el cariño del público. Amor que fue especialmente intenso cuando Jeff nombró a Mike Portnoy. Así llegó el fin del show y los cinco titanes se fueron detrás de bambalinas. Sin embargo, nadie estaba con ganas de irse.

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Luego de la clásica pausa antes del bis, Derek Sherinian hizo estallar nuevamente a la audiencia con la ya clásica introducción de “God of the Sun”, tema que abre el disco debut de la banda y que ya se ha transformado en un himno de los norteamericanos. Una pieza épica de más de 10 minutos que fue la despedida para una noche perfecta, con aquello que todos vinieron a buscar: metal progresivo melódico y en su más puro estado. Inmejorable cierre para esta fiesta tan largamente postergada y que finalmente se pudo realizar. Una jornada acompañada por la bendita lluvia que cayó anoche en la capital, tan esperada como ese diluvio de metal progresivo que cayó en el Cariola sobre toda la familia chilena de Apolo ahí presente. Memorable y emocionante presentación, perfectamente organizada y con un sonido de lujo.

Setlist Horeja:
Bienvenidos a Robar
Tuwün
ReEvolucionar
Orden y Patria
La Sangre del Toro
Poder Popular

Setlist Sons Of Apollo:
Goodbye Divinity
Fall to Ascend
Signs of the Time
Wither to Black
Alive
Asphyxiation
Lost in Oblivion
Desolate July
King of Delusion
New World Today
Figaro’s Whore
Coming Home

Encore:
God of the Sun

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