Por Carlos Barahona.
Una banda para la cual su legado es importantísimo y sobretodo, homenajear a uno de sus creadores, hace que su sello sea destacable a lo largo de las décadas que lleva en el circuito: su nombre es Static-X. Formados en 1994 en Los Ángeles, California, por Wayne Static y el baterista Ken Jay, se convirtieron rápidamente en una de las agrupaciones más representativas del metal industrial y el nü metal a finales de los años 90 y principios de los 2000. Su propuesta sonora, descrita como «evil disco», fue innovadora dentro del género, ya que al fusionar elementos del metal con ritmos electrónicos, sintetizadores, conformando una atmósfera oscura y futurista, les permitió destacarse en la escena musical.
El álbum debut de la banda, Wisconsin Death Trip (1999), se considera su obra maestra y fue el que les catapultó a la fama internacional. Este disco no solo consolidó a Static-X como una de las bandas más prometedoras, sino que también fue uno de los discos más importantes de la era. Canciones como «Push It» y «I’m With Stupid» ejemplifican su mezcla única de riffs pesados, voces distorsionadas y una base rítmica electrónica muy marcada. El éxito de este álbum los llevó a girar junto a bandas como System of a Down, Slayer y Fear Factory, consolidando su posición en la escena del metal alternativo.
Una característica que siempre destacó en Static-X fue la figura de Wayne Static, su vocal cuyo peinado vertical y barba distintiva lo convirtieron en un ícono visual del metal de finales de los 90. Wayne no solo era el vocalista y guitarrista de la banda, sino también el principal compositor. Su energía en el escenario y su capacidad para fusionar estilos musicales diversos hicieron de la banda una experiencia única en vivo.
Después del éxito de «Wisconsin Death Trip», el conjunto lanzó su segundo álbum, Machine (2001), que continuó explorando los sonidos del metal industrial con temas como «Cold» y «Black and White». Este disco mostró una evolución en el sonido de la agrupación, con una producción más pulida y una mayor integración de elementos electrónicos, algo que los diferenció aún más de otras bandas del movimiento nu metal. «Machine» también demostró la capacidad de Static-X para mantener su identidad sonora mientras ampliaban sus fronteras creativas.
Con su tercer álbum, Shadow Zone (2003), buscaron una aproximación más melódica sin perder la agresividad que los había caracterizado. Canciones como «The Only» mostraron una faceta más accesible de la banda, con un mayor énfasis en las melodías y un sonido más refinado. Aunque algunos críticos vieron este cambio como una desviación de sus raíces más agresivas, otros lo valoraron como una muestra de la versatilidad de la banda para experimentar con su sonido sin perder su esencia.
A lo largo de los años, Static-X lanzó una serie de discos, entre ellos Start a War (2005) y Cannibal (2007), que consolidaron su lugar en la escena del metal industrial, aunque enfrentaron varios cambios en la alineación, con miembros que iban y venían. La banda continuó siendo liderada por Wayne Static, quien mantenía la visión creativa del grupo, experimentando con sonidos más agresivos y temáticas más oscuras en sus letras.
Trágicamente, Wayne Static falleció en 2014 a los 48 años, dejando un vacío tanto en la banda como en la comunidad del metal. Su muerte significó un punto de inflexión para Static-X, y muchos pensaron que ese sería el final del grupo. Sin embargo, los miembros originales, Koichi Fukuda (guitarra), Tony Campos (bajo) y Ken Jay (batería), decidieron honrar la memoria de Wayne y la música que crearon juntos.
En 2019, la agrupación resurgió con el lanzamiento del álbum Project Regeneration Vol. 1, un proyecto que utilizó grabaciones vocales inéditas de Wayne Static y que marcó un emotivo regreso para la banda. Con la incorporación de Xer0, un misterioso vocalista que actúa usando una máscara de Wayne como homenaje, la agrupación volvió a los escenarios con la gira del 20 aniversario de Wisconsin Death Trip. La recepción tanto del disco como de la gira fue extremadamente positiva, mostrando el impacto duradero de la música de Static-X en los fanáticos de todo el mundo.
Esta placa es una mezcla de nostalgia y evolución, con temas como «Hollow» que captura el espíritu de la banda en su mejor momento, mientras se mantiene fiel al legado de Wayne. La respuesta de los fanáticos fue abrumadora, lo que ha permitido que continúen girando y presentándose en festivales importantes como lo será el CL. Rock.
La influencia de Static-X en el metal industrial y el nü metal es innegable. Su capacidad para mezclar la brutalidad del metal con ritmos electrónicos y un enfoque casi hipnótico en la repetición de riffs ha sido un sello distintivo que los diferencia de muchas otras bandas del género. Sus presentaciones en vivo, cargadas de energía y teatralidad, han sido un elemento clave de su atractivo, lo que convierte su participación en el festival CL. Rock en uno de los actos más esperados.
Static-X no solo representa una época dorada del nü metal, sino también la capacidad de una banda para trascender las adversidades y mantener su relevancia en una industria cambiante. La presentación en el festival será una oportunidad única para que los fanáticos chilenos celebren el legado de Wayne Static y disfruten de una banda que ha sabido adaptarse y mantenerse fiel a sus raíces musicales.
El mega festival CL. Rock es una de las propuestas más interesantes que habrá durante ese segundo semestre; no solo contará con la presencia de los moldavos, sino que contará con una parrilla interesante dentro de la gran gama que nos otorga el mundo del metal: Katatonia, Deicide. The Pinneaple Thief, Satyricon, Enslaved, Chelsea Grin, entre otros. Recuerden la fecha de este magno evento: domingo 10 de noviembre en el Estadio Santa Laura – Universidad SEK y los tickets pueden ser adquiridos a través del sistema Punto Ticket (https://www.puntoticket.com/cl-rock)