Movistar Arena, 21 de abril 2024.

Por Rocío Belén.
Fotografías por Javier Martínez.

Llegó la segunda jornada de la quinta edición de The Metal Fest Chile, en un encuentro monstruosamente multitudinario en las dependencias del Movistar Arena. Tras una exitosa y sin novedades primera jornada, veríamos qué nos depararía en esta segunda jornada. Nuevamente tendríamos un total de 14 bandas. En el escenario nacional se presentaría Parasyche, Total Mosh, Dark God, Cerberus, Alto Voltaje, Bonebreaker y Atomic Aggressor. En el escenario principal por su lado estarían Forbidden, Dark Tranquility, Amorphis, Biohazard, Orverkill, Within Temptation y Anthrax.

Los encargados de abrir esta vez fueron los nacionales Parasyche, ganadores del Pulsar a mejor álbum metal en 2023. No pasaron ni 10 minutos y ya presenciamos el primer mosh del día en el Hell Stage, dejando en claro cuál será el tópico del hoy. El fuego y el hielo se unen para dar inicio a la segunda jornada de The Metal Fest en el Devil Stage junto a los californianos Forbidden, presentándose en nuestro país tras 13 años desde su último show en Chile. La destrucción no se hizo esperar y desde la primera canción comenzó el desmadre con un sutil wall of death. Sacando los riffs prohibidos con total estridencia, motivaron y encendieron al público que para las 14 horas ya llenaba más del 30% de la capacidad total del local.

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En las afueras se presentaba Total Mosh para un público muy de nicho, reviviendo el aggro como en los años dorados del Back To School con una generosa dosis de brutalidad. Que los timings calcen a la perfección entre un escenario y otro hace de la experiencia algo mucho más agradable y satisfactoria, permitiendo darle en el gusto a todo tipo de fanáticos, incluyendo aquellos que pagaron su entrada para ver todos los shows que el festival entrega, sin la necesidad de estar corriendo o teniendo que elegir que quieres ver.

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La fiesta del melodic-core continúa junto a los suecos Dark Tranquility. Su última presentación fue hace poco más de medio año, y aún así el público no dudó en repetirse el plato. Nos deleitaron con un set bastante parecido a la vez anterior, sumando “The last imagination”, pieza que lanzaron recientemente y que no habían tenido muchas oportunidades para presentar, entregándonos un sonido mucho más doom y oscuro a lo que veníamos escuchando, sin dejar de lado los juegos vocales y los breakdowns que caracterizan el género.

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El brutal death de los nacionales Dark God re-encendió la cancha del Hell Stage. Podemos ver una constante de moshs mucho más violentos que los de la jornada anterior, marcando una diferencia generacional importante entre ayer y hoy. Aquí los metalheads de todas las ubicaciones se unen para formar una única ola de destrucción. Junto a ello le siguió Cerberus, que fue otra gran masa de oscuridad local, dando paso a la noche y también a una notoria baja de temperatura que espantó a algunos débiles y rezagados que no se prepararon para las mínimas del día.

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Amorphis tuvo una presentación despampanante, donde no sólo el sonido estuvo de lujo, si no que las luces jugaron un rol importantísimo en esta jugada. Los finlandeses dejaron su cuota de death con tintes prog en el Devil Stage, manteniendo la intensidad mezclada con un ataque de estroboscópicas que elevó los niveles de adrenalina al máximo. Biohazard fue una de las sorpresas del cartel y una de las bandas más esperadas por lejos en esta edición 2024. Este fue quizá uno de los shows más particulares, pues comenzó con problemas de sonido, teniendo fallas tanto en la guitarra como el bajo, quedándose Evan Seinfeld un buen rato cantando sin su bajo mientras los técnicos con gran dificultad pudieron resolverlo. Ya para el tercer tema por fin pudimos escuchar un poco más del hardcore punk de los chicos malos de Brooklyn, dándole paso a un mosh que sin detenerse giró hasta el final del concierto con una brutalidad e intensidad que no habíamos visto en la cancha hasta este momento. El averno se encendió al punto de terminar parando el show a media canción, pues los guardias en barricada estaban reduciendo a los fanáticos en el piso después de surfear sobre el público, esto generó molestias en la banda y detuvieron el show hasta que incluso en español, Seinfeld le dijo al encargado de seguridad que dejaran de golpear a sus fanáticos en el suelo. Para los niños del mundo sonó “Love Denied” para continuar con “We’re Only Gonna Die”, cover de Bad Religion que hizo girar y saltar a la cancha entera. Sin duda uno de los highlights de esta edición.

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El power rock de Alto Voltaje se manifiesta con poderosos 25 años de historia y una solidez que caracteriza el sonido eléctrico de los nacionales. Presentando su más reciente placa Manifiesto, lanzado en el Teatro Cariola en octubre del año pasado, como siempre apuntando a un lado rebelde y contestatario con el cual la mayoría de sus seguidores se identifica. Los penúltimos en pisar el Hell Stage fueron los locales Bonebreaker con un death metal mucho más crudo y agresivo. Se repiten en el escenario nacional los agradecimientos a la producción y al aguante del público que durante ambos días repletó en sus distintas medidas la cancha del palco chileno.

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Overkill es otro de los favoritos del thrash en presentarse en el Devil Stage, en una mezcla armónica de riffs y agudas voces que caracterizan fuertemente el estilo de los norteamericanos, con sus ritmos cabeceables e incesables. Esta vez las bengalas se encendieron con total fuerza dentro del mosh, contando varias a lo largo del show, incluyendo aquella que logró interceptar uno de los guardias que tuvo que ingresar al infierno mismo para llegar a ella, peor aún fue que después no lo dejaban salir del mosh, hasta que finalmente escapó por el costado izquierdo y logró apagar una de las cinco bengalas que se prendieron en el desarrollo del show.

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El metal sinfónico de Within Temptation era lo que faltaba para cerrar este esquema cromático de negros y metales, siendo la única banda con cantante femenina, con Sharon den Adel la única frontwoman en pisar el escenario principal. La potencia y el desplante fueron en parte impactantes, pero el vestido de la vocalista fue el que se llevó todos los aplausos, vistiendo una bandera chilena como prenda principal al momento de salir a escena. La segunda instancia que nos regalaron fue el emocionante izamiento de la bandera ucraniana en pro de todos aquellos que sufren a diario los conflictos bélicos. Si bien podríamos decir que fue el show más tranquilo de la jornada, eso no quita que haya sido una de las mejores y más sólidas presentaciones que vimos en The Metal Fest 2024.

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El escenario nacional lo cerraron los brutales Atomic Aggressor, regalándonos un adelanto del disco que comenzarán a grabar el próximo mes, dejando la última patita de metal nacional para los más aguerridos. El mosh no cesó a lo largo de toda la presentación, al ritmo de redobles y riffs que le quitaban el frío a cualquier alma que se acercara al infierno del Hell Stage. La ovación fue permanente y estruendosa, despidiendo con gran energía el escenario nacional en esta quinta versión de TMF en las afueras de Movistar Arena.

El plato principal fue por supuesto el más esperado. Los neoyorquinos Anthrax encabezaban este festival como uno de los históricos que pisaron el escenario en esta jornada. Más de 4 décadas de ferocidad se hicieron presentes en la cuenca infernal del domo metropolitano. Fue la banda con mayor convocatoria a lo largo de todo el día, así como también fue aquella que mantuvo el pit vivo y sin descanso en la hora veinte de extensión que tuvo el show. Por supuesto los clásicos no faltaron, y fueron 12 los hitazos que nos trajo la presentación de uno de los íconos más influyentes e importantes del thrash. De principio a fin el pit no cesó, dejando la cancha empapada en sudor y varios zapatos que volaron entre tanta destrucción. La manera perfecta de cerrar The Metal Fest fue sin duda trayéndonos lo mejor de uno de los big four.

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A modo general, tanto para las bandas como para el público, este festival sacó aplausos en cuanto a la organización, tanto horarios como técnica funcionaron a la perfección, los desperfectos fueron casi inexistentes, las tiendas ayudaron a ambientar las distintas zonas, al igual que el trabajo escultórico que acompañó a los escenarios dándole un plus de no menos de 6 metros de altura, los espacios de recreación dentro del Movistar Arena también mejoraron muchísimo, haciendo los interludios infinitamente más amenos, comparándolos con su versión anterior. Dentro de un marco global, este festival podría catalogarse fácilmente como uno de los más importantes del género a nivel sudamericano, con una producción de primera y bandas de calibre mundial. No tenemos nada que envidiar a nuestros vecinos continentales, Chile es simplemente, ahora y siempre, la capital del metal latinoamericano, y pudimos comprobarlo en esta edición de The Metal Fest 2024.

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