Por Guillermo Ziem.

A fines de los años 70 el punk se definía de manera propia en la escena musical y el Heavy Metal comenzaba su nueva oleada con nuevos rostros. Recordemos que a principio de esa época aparece Black Sabbath, Deep Purple, entre otros. En esta primera oleada, y en la segunda, ya a fines de los 70 y principio de los 80, surge la denominada N.W.O.B.H.M. (New Wave of British Heavy Metal), donde aquí encontramos a Saxon, Iron Maiden, Motorhead, Judas Priest, entre muchos más. Desde este movimiento surgen ramificaciones que dan inspiración a nuevas formas de mostrar la música, entre estas, el cine.

Spinal Tap fue un proyecto del Director Rob Reiner para mostrar desde su perspectiva el mundo del Rock. La película trata de una banda, Spinal Tap, que nace a fines de los 60 y recorre los 70’s armándose y rearmándose de acuerdo a como el mundo se mueve al ritmo del rock durante los 80. En el curso de los casi 90 minutos de duración de la película, ocurre todo lo imaginable y también lo inimaginable del mundo del rock.

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A lo largo del filme, la empresa tras la banda provoca hilarantes situaciones entendibles solo por quienes gustan del género. Dereck Smalls, incita a hacer cada vez más épico el ambiente de sus shows, es así como diseñan unos huevos acrílicos de más de dos metros para que ellos “nazcan” en el show, bueno, todos menos el Bajista Nigel Tufnel, quien queda atrapado en uno, hasta el final de la misma canción. Para la presentación de su single «Stone Henge», el más popular a nivel mundial, solicitaron que una empresa de diseño les hiciera un accesorio para el escenario en donde unas míticas rocas aparecieran en él, pero no hicieron la transformación de pulgadas a centímetros, y una estructura de 4 metros de alto y varios más de ancho, termino siendo una humillante maqueta, porque no la revisaron antes.

Hay otra ocasión en la que no los dejan entrar a un festival, porque no llevan los pases AA (All Access) y se pelean por que los colores de los dulces están mezclados y no separados como lo habían pedido anteriormente, también discuten porque no hay agua de glaciales, entre otras graciosas situaciones.

Spinal Tap grafica de manera ridícula, pero no muy alejada de la realidad de los 80, la vida de las estrellas del rock o de quienes creían serlo, muestra sus sueños y anhelos. Nos ejemplifica como pretendían exponer al mundo su música con la pomposidad de los escenarios monstruosos y lo aparatoso que se requería en ese entonces para validar a una banda por su imagen, más que por lo que podían tocar.

Es considerada como una de las mejores películas de todos los tiempos, pero Spinal Tap no solo es una película documental sobre esta banda, en realidad Spinal Tap, la banda en sí, solo existió después de la película, y esto es porque la banda es ficticia, pero luego del éxito de la cinta vieron una veta de recursos importantes que se ha hecho merecedor de varios álbumes después del estreno del documental.

De acuerdo a la película, la banda existió desde 1969, pero en la realidad solo existe desde 1985. Según la cinta estuvieron en muchos festivales, tienen una veintena de discos, cuando en la realidad solo poseen un par.

La música es original e interpretada por los mismos actores que dan vida a los personajes y el director del documental es en realidad el director de la película, la banda es David St. Hubbins (Michael McKean), voz principal, guitarra, coros y bajo, Nigel Tufnel (Christopher Guest), guitarra, coros y bajo, Derek Smalls (Harry Shearer) bajo y coros.

Es una película que vale la pena ver, ya que es muy cómica y divertida. Su música es muy oreja para quien guste del Rock y demuestra un poco como algunas de las bandas de los ochenta vivían en forma excesiva la vida del rockstar.