Por Jorge Fernández.

Se encendieron las alarmas. A pocas semanas de dar el puntapié inicial para una nueva versión de Lollapalooza en nuestro país, una foto con un dedo fracturado conmocionó no sólo a Chile sino al resto de Sudamérica donde se presentaría Blink 182. La noticia estalló en medio del mar, pero vino acompañada de un chaleco salvavidas: Twenty One Pilots, banda con un sello muy distinto y que dejó felices a unos tantos, principalmente los de rango etario menor.

Y es que la formación de estos estadounidenses data de 2009 y han tenido una carrera en ascenso que los ha traído en otras ocasiones a Chile en el marco del festival, donde lograron gran éxito. Calentando motores para su presentación, aquí les dejamos un recorrido por lo que ha sido su carrera musical en estos casi tres lustros de existencia.

Todos los dardos iniciales apuntan a Tyler Joseph. Incluso desde antes de llamarse Twenty One Pilots, incluso antes de ser la formación que hoy en día son. Para entonces Nick Thomas y Chris Salih conformaban el trío que los llevó a publicar su primer álbum de nombre homónimo, grabado en condiciones más bien precarias pues no contaban aún con la venia de un sello discográfico que los avalara.

Luego de la salida de Thomas y Salih (entre comillas, porque siguieron participando de la banda, pero detrás del escenario) llegaría el miembro que, hasta el día de hoy, conforma al dúo norteamericano a nivel mundial. Josh Dun se transformó en el compañero de Joseph y quedó grabado por primera vez en el segundo disco de la banda, también hecho por su cuenta, llamado Regional at Best (2011).

Conciertos varios, unos más masivos que otros y los años de trabajo se verían reflejados en alcanzar el éxito. Contratados por el sello discográfico Fueled By Ramen, lanzan su tercera producción de nombre Vessel, donde hacen un batido con canciones nuevas y algunas previamente interpretadas por la banda. Destacan en esta placa, aparte de “Holding on to You”, canciones como “House of Gold” y “Guns for Hands”.

Blurryface (2015) su cuarto álbum es la bisagra que hay que considerar para el éxito total. Si ya con el tercer disco, habían alcanzado reconocimiento, este último los catapultó hacia las grandes ligas: alcanzaron un Grammy gracias a uno de sus temas más conocidos “Stressed Out” y el disco se posicionó primero en el ranking de los Billboard 200. A este éxito se suma que, por esta época, fueron parte del soundtrack de la película Suicide Squad con la canción “Heathens”.

Trench (2018) y Scaled and Icy (2021) son sus dos últimos álbumes. Ambos contienen un variopinto de canciones, pero los separa el antes y el durante la pandemia. Un trabajo más a distancia de este último, pero de sonidos incombustibles. En Trench destacan sencillos como “Levitate”, “My Blood” y “Chlorine”.

Scale and Icy por su parte cuenta con canciones como “Shy Away” y “Choker”.

Es cierto que el salvataje del festival vino para un público muy distinto al que quedó abatida ante la noticia de la bajada de Blink 182. Pero también es cierto que los nuevo cabezas de cartel, nos gusten o no, traen bajo el brazo un importante historial de éxitos. No sólo su música dice mucho, sino también varios mensajes encriptados por aquí y por allá: anagramas en sus discos, personajes de ficción que se repiten en las canciones o la procedencia de su nombre son sólo unas pocas entradas para entrar en calor ante la efervescencia de su llegada. De seguro, varios lo deben haber celebrado.

null