We Are The Grand y Artificiales en el Clan: Cuando la música es de la gente
11 de Febrero 2017.

Por Nicolás Morán
Fotografías por Francisco Aguilar

Sábado 11 de febrero y nos encontramos en la casa club (Bar El Clan) nuevamente. Mientras esperábamos a que We Are The Grand hiciera su aparición, los chicos de Artificiales nos daban la bienvenida a una noche de música nueva y en crecimiento.

Si bien el afiche decía que partía de las 23 en punto, tuvimos que aguardar una media hora aproximadamente hasta que cuatro jóvenes músicos se subieron al escenario con algunos problemas en el audio, pero eso no impidió que se pudiera llevar a cabo el show.

Musicalmente hablando, me parecieron buenos, aunque extrañé un poco que hubiese un sonido más limpio tanto de la voz como en la segunda guitarra. De hecho, los coros y la segunda voz pasaban sin notarse. Recién al cuarto tema pude escuchar algo de la letra.

Su presentación fue corta y concisa. Lo suficiente para dejarnos con ganas de saber más. Tanto de la estética, como de la composición musical. De hecho, si los ves en la calle, jamás pensarías que son parte de un grupo emergente. Pero eso le da un toque de punk-pop que resulta interesante. Inclusive diría que me recordó a Tronic en sus inicios. Quiero hacer hincapié en que tenían infinitos pedales y efectos. Era el sueño de cualquier banda.

El estilo descuidado de los integrantes me pareció curioso, considerando que actualmente los grupos chilenos tienden a cuidar mucho su imagen y el producto visual que entregan. Con una presentación de un poco más de 30 minutos finalizaron dándole las gracias al público.

Pasada la medianoche subieron los chicos de WATG. Comenzaron con su repertorio de canciones en inglés que dejó a los fans anglófilos contentos, ya que «Forgotten Boy» es uno de los temas más exitosos de su primera entrega. Pero cuando realmente se notó que el Clan estaba lleno, fue cuando tocaron las canciones del último disco. De hecho, el grueso del público disfrutó de la música en castellano. Su primer tema en nuestro idioma fue «Fantasmas», y con gran calidad acercaron al público en este concierto íntimo para los fanáticos acérrimos.

Sinceramente me gusta mucho WATG y su puesta en escena. Creo que dentro de lo que está sonando actualmente en Chile, son de lo mejor que tenemos. Sus letras son buenas, pegajosas y completamente sencillas para que cualquiera pueda disfrutar. En cuanto a la música, creo que son completos y han logrado crecer dentro de la industria que a veces tiende a ser tan compleja de satisfacer. En este caso, canciones como «Save the bullets» y «Ecstasy» hicieron que el público coreara y gozara de los temas antiguos.

Una combinación ganadora en todo sentido. Fans mezclados entre los que los seguían desde el primer disco hasta los que los conocieron con el último. Todos estaban conectados escuchando. Esa noche en El Clan no cabía ni una aguja.

Luego de «Ecstasy», se vinieron melodías potentes como «Se incendió», «Dos» y «Soy», canciones que a mi gusto, son las mejores de la última entrega. Tanto por la música, la madurez de las letras, el cómo se logra una profundidad y complicidad con estos temas que llegan al corazón, pero por sobre todo, me gusta mucho la temática añorante y nostálgica que rescatan en esas canciones.

De hecho, en «Dos», tuvimos la oportunidad de cantar el tema casi completamente. Esa sensación de que somos parte de la banda es impagable. Aparte, el manejo multi-instrumental del vocalista se merece todo el respeto del mundo.

La escena musical chilena tiene a tanta gente con más dinero que talento, que quiero creer en lo que dicen los chicos de We Are The Grand: Que los que amamos la música nacional “Aún no estamos muertos”.

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