Artistas invitados: DJ Atenea, El Bruto Chr, Jonas Sanche y Mente Sabia.
1 de abril 2023.

Por Carlos Barahona.
Fotografías por Javier Martínez.

Una ecuación es una igualdad entre dos expresiones, en las que aparecen elementos conocidos y datos desconocidos o incógnitas, relacionados mediante operaciones matemáticas. Para demostrarles esto, les propongo que hagamos un ejercicio para ejemplificar. El primer elemento será el interés por las artes marciales orientales, sobre todo, las enseñanzas de lo que conocemos en occidente por “kung fu”. Su principal objetivo antes de atacar a un enemigo con toda tu fuerza propone lo contrario, utilizar la energía del oponente para sortearlo y llevarlo a la derrota. Esta habilidad y maestría se logra con esfuerzo, disciplina y dedicación.

El segundo elemento son las ganas de patear el tablero y querer romper lo establecido. Para esto imagina a nueve Mc’s furiosos, inteligentes y con una mirada enérgica y certera de su ciudad. A diferencia de otras propuestas colectivas, el objetivo era uno solo: participar todos juntos en la tarima y destrozar mentes, corazones, cuerpos, con la crudeza de los relatos, pero con la habilidad y sutileza de un artista oriental.

¿Cuál es el resultado de esta ecuación? Una maquinaria que desde 1993 viene creando las reglas del juego: Wu-Tang Clan. El colectivo no se necesita mayor presentación. Desde el lanzamiento de su primera placa Enter the Wu-Tang Clan (36 chambers) han infectado cada rincón del orbe y a cada persona que ha tenido la posibilidad de ponerle play en una tornamesa, personal estéreo, discman, ipod o plataformas de streaming a lo largo de las décadas.

Cuando las generaciones que crecimos con las rimas afiladas del grupo nos enteramos hace tres años que bajarían a Sudamérica, la incredulidad fue suprema. El 7 de abril de 2020 conoceríamos a nuestros héroes. Misma incredulidad fue la que tuvimos cuando llegó la fecha y no estábamos reunidos en un Teatro, si no que nos veíamos encerrados en nuestros hogares porque un virus desconocido o nos podía matar o generar efectos desconocidos. Así, perdimos la esperanza de poder ver a los Wu todos reunidos alguna vez en el país.

Pasaron las horas más oscuras, pudimos salir, retomar nuestras vidas, olvidar las jodidas mascarillas y retomamos uno de nuestros ritos musicales favoritos: ir a conciertos. Desde el año pasado a la fecha ha habido centenares de reencuentros de fanaticadas y artistas, en todos los estilos sonoros posibles. Y cuando se nos informó a principios de este año que finalmente el encuentro con Wu-Tang se haría realidad, el fuego volvió a nuestros corazones y la espera se hizo eterna.

Luego de un marzo infinitamente extenso – ni la relatividad del tiempo de Albert Einstein se atrevió a tanto –, abril nos abrió sus brazos y que mejor que en el Movistar Arena en una celebración al arte del hip hop. Para iniciar la ceremonia, la conocidísima Dj Atenea fue encargada de ir recibiendo a las primeras personas en llegar al reducto del Parque O’higgins. Con una mezcla de cortes clásicos y con invitadas del corte de Zita Zoé, la gente empezó a subir la temperatura ambiental. Hasta batallas de breakdance pudimos presenciar en la cancha, donde b-boys expresaron toda su destreza corporal, generando un entorno más similar al de nuestros barrios.

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Después, y de forma correlativa pasaron tres grandes exponentes de nuestra cultura local. Pasado y presente reunidos en el mismo escenario. Primero EL Bruto Chr, quien trajo la periferia santiaguina a la tarima, con toda la vibe de los años noventa, haciendo delirar a los más eruditos del género. Seguido por Jonas Sanche, una de las voces actuales que relatan genuinamente lo que está ocurriendo en la calle, siendo un puente entre el sonido old school, pero versión 2023. Para finalizar esta sección de la escena local, los Mente Sabia Cru pusieron sus aliños en la mesa, siendo esas métricas sesudas, retorcidas e inteligentes la puesta en bandeja para el plato fuerte.

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Ya con el reloj marcando un poco más de las 21.30, la backing band que acompaña al colectivo en esta gira se subió al escenario. Ejecutando a la perfección una intro cargada al soul, al funk y al jazz, sonidos que nos llevaron a imaginar mentalmente esos caldeantes edificios de la gran manzana neoyorquina, lo que sirvió de alfombra roja para los integrantes que llegaron a la larga y angosta faja de tierra. Horas antes nos habíamos enterado de que la super estrella Methodman no vendría por problemas logísiticos en su agenda – lo que nos deja con una pequeñita espina clavada -, por lo que la formación que vimos estuvo conformada por el líder RZA, junto con Raekwon, Ghostface Killah, Masta Killa, Inspectah Deck, U God y Cappadonna, más DJ Mathematics en las tornas. Y tal como esperábamos, Wu-Tang fue un mazazo certero y directo al adn del rap. Crudamente y sin rodeos nos hicieron saltar y darlo todo en una batería de canciones conocidísimas y esperadas del repertorio clásico del grupo. No nos dimos ni cuenta y de una pasada sonaron “Killa Bees on the Swarm”, “Bring da Ruckus”, “Da Mystery of Chessboxin” y “Shame on a Nigga”, con lo que nos echaron rápidamente en su bolsillo. El público, en un estado de trance, solo bramaba “Wu, Wu, Wu” como un mantra ancestral y también alzaba sus manos en conjunto, emulando la W clásica – reminiscencias visuales a la gaviota del Festival de Viña no dejaron en hacerse presentes -.

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Acompañados de visuales que rememoraban los videos de las canciones, banderas flameando con el logo de Wu-Tang, la fiesta continuó con hitazos como “Can it be” y “Pinky Ring”. Cuando llegó el momento de “C.R.E.A.M”, RZA mostró al público un billete de 10 mil pesos chilenos y filosofó sobre lo nefasto que es el dinero y como termina fastidiando nuestras vidas. La muchachada respondió con el coro clásico “Cash rules everything around me, cream get the money, dollar dollar Bill, y’all”. “Run” en las versiones de Ghostface Killah y Cappadonna dan nota de la versatilidad de cada uno de los Mc’s, quiénes a coro se pasean por las diferentes facetas que el micrófono y la lírica permiten.

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Tiempo para los homenajes no faltaron, puesto que si bien ya no está entre nosotros, O’il Dirty Bastard es una leyenda presente y que forja la leyenda de lo que es Wu-Tang Clan. Su locura y forma intrépida de ser marcó para siempre el destino de la banda. “Shimmy Shimmy Ya” y “Got your money” generaron ese momento. ODB siempre será el más bastardo por siempre. Ya en la recta final, Raekwon se lució con su interpretación de “Ice Cream” y “Gravel Pit” junto con “Triumph” marcaron el cierre de la velada. En el encore, “4th chamber” con unos guiños al clásico de Nirvana “Smell like teens spirit” marcaron la despedida del grupo estadounidense.

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Las matemáticas son virtuosas y las ecuaciones siempre tienen solución. Y resolviendo el factor del tiempo pandémico, el que nos privó por dos años de ver a las leyendas en vivo por primera vez reunidas en el escenario, pudimos al fin saldar una cuenta con la historia del hip hop. Cual virtuoso guerrero shaolin en su camino por lograr la redención, nosotros finalmente pudimos disfrutar a uno de los enclaves históricos del rap y podemos decir a ciencia cierta: Wu-Tang Clan es para siempre.

Setlist:
Intro Killa Bees on the Swarm
Bring da Ruckus
Da Mystery of Chessboxin’
ONE BLOOD
Shame on a Nigga
Wu-Tang Clan Ain’t Nuthing ta F’ Wit
Can it Be
Clan in the Front
Uzi (Pinky Ring)
C.R.E.A.M.
Method Man
Run (Ghostface Killah)
Run (Cappadonna)
For Heavens Sake
TEARS
Shimmy Shimmy Ya (Ol’ Dirty Bastard song)
Got Your Money (Ol’ Dirty Bastard song)
Ice Cream (Raekwon song)
Gravel Pit
Triumph
Reunited
4th Chamber

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