31 de julio 2025.

Por Pablo Álvarez P.
Fotografías por Javier Martínez.

En medio de la lluvia de fines de julio y los tacos de la capital, poco a poco el público comenzó a llegar al Movistar Arena la noche de este jueves. Vicente Cifuentes fue el encargado de amenizar la espera para los primeros fanáticos que lograron sortear los charcos y goterones invernales de la capital. El cantautor chileno mezcló en 25 minutos el folk, el pop-rock y la bachata, para hacer al público entrar en calor.

A eso de las 9 y 15 comenzó a sonar un sencillo pero efectivo riff, junto a unos bronces bien estelares. 6 músicos en escena que daban la señal inequívoca de que Jorge Villamizar y André Lopes –Bacilos- se adueñaban del escenario, pero pidiendo “Permiso”. Canción elegida también para abrir su último disco Pequeños Romances, lanzado hace poco más de un año. Sin más espera llegó el primer clásico de la noche con “Pasos de Gigante” (Sin Vergüenza, 2004), que puso a cantar a una arena que a esas alturas sólo le quedaban pequeños claros en platea alta.

“Buenas noches. Qué bonito estar en Santiago, finalmente”, dice Villamizar en referencia a sus constantes venidas al país, pero donde la comuna capital no los recibía hacía mucho tiempo. “Tenemos amigos de La Unión, Rancagua, de Viña que han venido… Es hermoso tener esta conexión con un país como Chile. De hecho esta canción la escribí una noche en Valparaíso”, asegura el colombiano para introducir “Por Hacerme el Bueno”, seguida de “Perderme Contigo”, ambas del ¿Dónde Nos Quedamos? de 2018.

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De vuelta a la actualidad, el vocalista y guitarrista consulta si hay psicólogos en la sala y si alguien va a terapia. “Yo pensé que sería masivo, que casi todos levantarían la mano. Yo voy a terapia porque estoy un poco loco y porque quiero ser feliz”, dice para iniciar esa cumbia chill con algo de ritmos urbanos y un hermoso solo de violín. De inmediato suena “Facho”, también del último trabajo discográfico, donde el compositor le canta a la libertad de expresión y de pensamiento, con el baterista abandonando su instrumento para tomar el micrófono y rapear. “No hay muchos fachos por aquí. Nosotros hicimos el primer millón y ahí nos hicimos fachos… Mentira”, dice bromeando el colombiano al finalizar la canción.

Momento de bailar con ese hit innegable de la salsa moderna que es “Yo No Sé Mañana”, escrita por el frontman de Bacilos junto a Jorge Luis Piloto, y popularizada por Luis Enrique en 2009. Toda la cancha de pie, el público en modo festivo y los celulares en el aire para grabar no sólo el clásico, sino que también las bellas visuales de la luna junto a una bailarina. Antes de seguir con la fiesta, la otra mitad del conjunto, el bajista André Gomes toma el protagonismo. Comenta que su familia está en el show porque vinieron desde Brasil a disfrutar del invierno santiaguino. “Sabemos que hace frío afuera, que llueve, pero están acá. Muchas gracias”, expresa el brasileño antes de cantar en portugués “Holala”, del disco Abecedario (2021) y agregarle ritmos tropicales a la noche.

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Ya con Villamizar de vuelta, es momento del despecho y de los amores tóxicos con “Mala Maña”. “Después de la canción de la psicóloga, vamos a hacer terapia de grupo”, bromea el vocalista, quien dio espacio para que todos sus compañeros –a excepción del violinista- cantaran alguna sección de la canción. Y es que aparentemente todos han tenido alguna relación poco feliz. De la toxicidad a la elegancia de “Sólo un Segundo”, del multiventas Caraluna (2002). Con un escenario iluminado con luces azules y la pantalla en blanco y negro, momento en que el karaoke masivo se dejó sentir. El romanticismo sigue con –valga la redundancia- “Pequeños Romances” (2024), una balada salsera, coronada por el violín en vivo de Pedro Alfonso. Pieza que se llevó un aplauso cerrado. Del amor al desamor con “Guerras Perdidas” (Sin Vergüenza, 2004), la que más de alguno de los presentes se paró a corearla a todo pulmón, recordando algún amor fallido. La banda hace un mashup con “El Viejo” (Caraluna, 2002), que cierra con un guiño a “La Vida es un Carnaval” de Celia Cruz, donde los 8 músicos en escena lucieron sus virtudes.

El momento más político y social de la noche llegó con “Crónica” (Bacilos, 2000), en un retrato de la migración latina a Estados Unidos, en medio de guitarras psicodélicas y tambores. Un tremendo sólo de trompeta antecedió al gancho “la cucaracha, la cucaracha ya no puede caminar, porque la migra, porque la migra, se la quiere deportar”. Bien aplaudida, al igual que “Dolores de Cabeza” (Pequeños Romances, 2024), la que si bien en un principio parecía desconocida para buena parte del público, muchos espectadores terminaron bailando y cantándola.

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Ya para el bloque final, el dúo se reservó varios de sus grandes clásicos. Cuando Villamizar se hizo a un costado del escenario para dejar en el centro al violinista Pedro Alfonso, sólo le bastó tocar la primera nota de «Tabaco y Chanel» (Bacilos, 2000) para que el público aullara en masa y se pusiera inmediatamente de pie. Un karaoke masivo que marcó uno de los momentos más potentes de la noche. Otro comienzo estelar para «Mi Primer Millón» (Caraluna, 2022) y todo el Arena bailando y grabando, con un coro a una sola voz.

«¡Qué Rico estar en invierno! No saben el calor que hace arriba… ¿No los convenzo, cierto? Uno siempre quiere lo que no tiene. Salud por estar aquí«, dice el compositor antes de arrancar «Caraluna» (2002). Otra vez se encienden las pantallas de celular, en una versión que se fusionó con «Un Montón de Estrellas» de Polo Montañez. Otro mashup que la gente coreó con gusto. La banda se despide entre los gritos del público por una canción más. Sin embargo sólo vuelve Jorge Villamizar con su guitarra para hacer una versión acústica de «Dime Lo Que Sientes» (Bacilos, 2000). Tras esto llegó la sorpresa de la noche, con una hermosa versión folk de un clásico del pop latino como es «Limón y Sal». Canción que escribió el colombiano junto a su ex pareja Julieta Venegas y que no suele tocar en vivo.

Ya con todos los músicos en escena nuevamente, suena «Porque Brillamos» (Sin Vergüenza, 2004) y el gran cierre llegó con «Bésela Ya» (Bacilos, 2000), donde la banda apareció en todo su esplendor y el público nuevamente se puso de pie para bailar y de paso despedir a la banda junto a un remix de «Caraluna» que sirvió de cortina para la salida de la banda.

En poco menos de 2 horas de show, Bacilos demostró que no sólo es una banda de hits. Sino que además defendió buena parte de su último disco sin bajar la intensidad en la gente, con un Jorge Villamizar que mostró una voz pulcra, un setlist bien armado con matices, y una banda afiatada, donde destacaban los momentos de coros grupales y el violín del maestro cubano Pedro Alfonso, elemento que sin duda le dio un plus al espectáculo. Buen reencuentro de Bacilos con Santiago, donde el público pudo volver satisfecho a sus hogares y en ningún caso arrepentido de haber tenido que mojarse para asistir al show.

Setlist:
Permiso
Pasos de Gigante
Por Hacerme el Bueno
Perderme Contigo
Las Notas de mi Psicóloga
Facho
Yo No Sé Mañana
Holala
Mala Maña
Sólo Un Segundo
Pequeños Romances
Guerras Perdidas/Viejo
Crónica
Dolores de Cabeza
Tabaco y Chanel
Mi Primer Millón
Caraluna/Un Montón de Estrellas
Dime lo que Sientes
Limón y Sal
Porqué Brillamos
Bésela Ya

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