Por Juan Pablo Ibarra.

Inverness es una banda de rock alternativo que, con 4 discos de estudio, 3 bandas sonoras y varios singles en el cuerpo han desarrollado una carrera de más de 10 años de historia que ha sido cimentada gracias a distintas giras nacionales e internacionales.

José Tomás Molina en el bajo, Patricio Jarpa en batería, drum-machine y percusiones y Rodrigo Jarque en voz, guitarras y synth son parte de este trio, los que a través de su propuesta sonora han logrado distintos reconocimientos en el medio, incluso logrando una nominación a los Premios Pulsar 2017, en la categoría Mejor Artista Rock, gracias a su último trabajo titulado Después de Mañana.

Sobre música, su historia, influencias, el proceso de composición de su nuevo álbum y de lo que les depara este 2020, conversamos con la agrupación, en la entrevista que pueden revisar a continuación:

Muchachos gracias por su tiempo. Para partir, nos gustaría saber ¿Cómo fueron los inicios de la banda?

Los inicios fueron sumamente emocionantes, inciertos y llenos de aprendizaje.

Con ya más de 10 años de carrera y una fructífera cosecha de discos ¿Como describirían su proceso en estos años?

Nuestros procesos son pausados, como nuestra música. No nos apresuramos en nada y tratamos de nunca mostrar algo que no sintamos que nos es necesario expresar. Como todas las bandas, hemos cometido errores de decisión. Pero mirando hacia atrás, nos enorgullece decir que todo lo que hemos hecho ha sido honesto, con un interés genuino de expresar y de compartir nuestro imaginario con los amigos y amigas que van descubriendo la banda y sumando su cariño y energía en nosotros.

¿Cuáles han sido las influencias musicales que los han marcado y motivado a ser lo que son? Tanto del pasado y la actualidad, en Chile como en el extranjero.

Son tantas que a veces, cuando nos preguntan, se hace absurdo enumerarlas. Siempre hemos pensado que es más interesante hablar de cómo uno procesa las influencias. En otro momento hemos comentado que muchas veces nuestras influencias vienen más del mundo de la literatura o del cine, que de la música. Pero de nuevo, incluso de un libro o de una película, lo interesante no es saber qué libro o qué película te inspiró, sino cómo te inspiró y qué procesos se vieron involucrados. Por ejemplo, si hablamos de los poetas de guerra como Wilfred Owen, más que hablar de sus poemas en sí mismos, creo que su visión trágica pero altamente romántica de la lucha contra la maldad en el mundo resuena de maneras inquietantemente actuales y puede haber tantas lecturas de ello como las puede haber en una canción, como “Soñamos con Ciudades Imposibles”, un single que publicamos el año pasado. Un músico debe ser capaz de abstraer ciertas emociones tanto lírica como musicalmente y ese proceso es muy personal, único y casi inenarrable.

¿Cómo es su proceso de creación y todo lo que esto implica?

Como te comentaba, ese proceso puede ser muy diferente y único de canción a canción o de año a año. Quizás hoy ya no componemos como lo hacíamos hace 5 años atrás. La creación, pensamos, tiene una parte de atomicidad necesaria. Todo siempre parte de unas líneas vocales o de unos acordes en piano o guitarra. Pero no hay mucha magia ni nada de eso. La creación es un acto azaroso en donde confluyen muchos procesos de reciclaje perceptivo de los que estás leyendo, viendo, escuchando. Supongo que para todos los músicos es similar. Recuerdo que había un poeta que ponía manzanas podridas sobre su escritorio y ahí se inspiraba. Otros se tendrán que empelotar. No lo sabemos y creemos que esos procesos son los menos interesantes de todo. Lo que en realidad nos compete a nosotros como destinatarios de una obra artística no es si el cantante leyó tal o cual libro, o si el baterista creó un patrón dentro de su ducha, sino el resultado de toda esa confabulación de procesos personales.

Siguiendo un poco la pregunta anterior, ¿Qué es esencialmente lo que los inspira a componer sus canciones?

Creo que aquí es necesario desmitificar la inspiración. Generalmente cuando hablamos de inspiración, nos imaginamos a un tipo mirando el horizonte al atardecer con su guitarra en mano; o bien visualizamos a un atormentado escritor en su cuarto con las persianas a medio cerrar, fumando entre hojas garabateadas, sufriendo las maldiciones del averno y peleando contra demonios personales. Esa visión simplista no lleva a ningún lado. La inspiración es un golpe de suerte, solo eso. Estar tirando acordes sobre el piano y de pronto dar con una emoción. Eso es suerte. No existen las musas ni las energías místicas que llegan por prender velas. Crear y componer es mucho trabajo.

La carga emocional que se inyecta a ese momento es un proceso que le atañe solo al compositor o a una banda. Quizás podría revestir un interés neurobiológico, pero lo que a todos nos interesa, finalmente, es si la canción nos gusta o no. Nosotros como banda solo queremos expresar, sumarle al ruido socio-ambiental, criticar sin caer en simplificaciones panfletistas de los cantautores que crean y suben a sus redes sociales en el momento un sarta de canciones pegadas con moco. Hemos evadido la inmediatez desde que partimos como banda. Hemos evadido lo que todos entienden por éxito y nos mantendremos inquietos en la búsqueda de las canciones que nos hagan sentido a nosotros, canciones que nosotros necesitemos. Si alguien resuena con eso, lo agradecemos, pero no esperamos nada más.

¿Cómo ven el rol de su arte en relación a lo social, teniendo en cuenta, por ejemplo, lo sucedido desde octubre en adelante y ahora con la pandemia mundial del Coronavirus?

Relacionado a la anterior, es fácil decir que las expresiones artísticas juegan un rol en relación con lo social. Pero estas deben ser procesadas, llevadas a la universalidad, necesariamente elevadas a otras alturas. No nos interesa formar parte de una playlist de canciones de protesta, si esa protesta no se eleva sobre el ruido ambiente del discursillo simplista y emotivo. Ese es el rol del artista, de lo contrario te conviertes en una especie de karaoke social sin fondo.

Nunca vamos a hacer una canción con «presidente conchatumadre nadie te quiere», porque la maldad debe ser reinterpretada a un nivel artístico y adquirir una voz que me permita alejarla, entenderla, destruirla y al mismo tiempo, conectar esa maldad primigenia a la emotividad del que escucha. Eso es el poder de los grandes artistas, desde Poe a Penderecki, a quien extrañaremos enormemente. La maldad, la verdadera maldad del ser humano, esa que de hecho podemos ver en seres como el presidente o Hitler, se debe enfrentar desde el arte con herramientas que nos permitan alcanzar una sublimación de la misma, por medio de recursos muy complejos. También podemos enfrentarla desde la trinchera, desde la calle, y debemos hacerlo. Tal como Siegfried Sassoon o Wilfred Owen lucharon y murieron en una trinchera; sus libros, sin embargo, hablan del mal desde el arte, desde una abstracción artística.

Sobre el enfoque de la banda ¿Este va por los problemas más inmediatos de la sociedad, o tratan más sobre temáticas que van un poco más allá de eso?

Hay que procesar todo. Pero nuevamente, el enfoque es algo privativo de la banda. Está en las personas que escuchan lo que hacemos el definir si ellos piensan que Inverness tiene una lectura social o si solo hablamos de glaciares, fenómenos naturales o de llamas solares. O si todo esto último tiene un significado más allá de las palabras que usamos y cómo las combinamos. En definitiva, está en nuestros oyentes decir cuáles son nuestras temáticas. Nuestra labor es hacer canciones, intentar elaborar arte, como artesanos.

¿Qué nos podrían decir acerca de la escena en chile? ¿Qué impresiones y anécdotas tienen acerca de lo que acontece por estas tierras?

Hay muchas escenas en Chile. Muchas haciendo lo mismo, apuntando hacia listas y rankings, sampleando sonidos que todos usan. De Chile, a nosotros solo nos interesa nuestro colectivo, LeRockPsicophonique. De ahí nos nutrimos y asociamos y además descubrimos lo que hacen otros colectivos sumamente interesantes en Latinoamérica como Chancho Discos y Anomalía Ediciones en Argentina; Anti-Rudo y Rango Música en Perú; EMRecords y Música Corriente en Colombia; INTRSTLRS en México; Balaclava en Brasil… Es un ejercicio de solipsismo solapado, pero no encontramos mucho de qué nutrirnos musical y líricamente de lo que pasa musicalmente en Chile.

Está bien que sea así porque te permite una variedad enriquecedora. Está bien que existan festivales masivos como Lollapalooza y lamentamos que otros como Fauna estén sufriendo los golpes del mercado. Está bien que haya muchos músicos y músicas de Chile que estén copando esos carteles y que se produzca una sinergia de eso hacia el exterior. Pero no es nuestro modo, no es nuestra tesitura de voz, por decirlo de alguna manera. Es por eso que se creó LeRockPsicophonique. ¿Saben lo que es una psicofonía? Pues es una voz que está pero que no oyes, a no ser que la registres. Eso es lo que estamos haciendo a través de un sello que está registrando las voces que sí están en Chile pero que nadie oye. Es por eso que nos es indiferente todo ese rollo de las escenas nacionales.

¿Qué consejos le darían a una banda que está recién comenzando?

Únanse a otras bandas. No dejen pasar tiempo. Pásense su engreimiento y orgullo por la raja. Organicen shows, organicen giras. Lean. Ayúdense. Coméntense sus lanzamientos. Compartan la música de sus amigos. Vayan a sus shows. Descubran bandas que estén en las mismas que ustedes en otros países. Creen calidad. Busquen hacer arte, no escena. Eso viene después. Busquen representar una voz que nadie más tenga. Hagan buenas canciones, ensayen a diario. Sean diferentes, sean únicos. Sean humildes y agradecidos. Sean amables. No sean unas y unos “saco de weas”.

¿Cuál es y ha sido la actividad a corto plazo de la banda? ¿Qué los ha mantenido ocupados?

Ahora estamos tratando de avanzar con la grabación de nuestro quinto álbum, pero desde octubre del año pasado todo se ha enrarecido. Iremos soltando algunos singles como adelantos. En abril estrenaremos una nueva canción. También nos ha mantenido ocupados todo lo que ocurre. Estamos tratando de entender cómo nos va a afectar a todos a mediano y largo plazo. Esa incertidumbre nos tiene a todos en vilo.

¿Cómo se llevan con el uso de las redes sociales para mantener contacto con sus fans?

Nos llevamos bien. Les prestamos atención en su justa medida. Tampoco estamos conectados todo el tiempo. Solo cuando sentimos que tenemos algo que decir.

De La Piedad de los Paisajes hemos podido conocer su single «Continental», ¿Qué más nos podrían decir acerca del disco (proceso de grabación, por ejemplo)?

Octubre nos encontró en el estudio en sesiones de grabación. Tuvimos que suspender gran parte del proceso. Sin embargo, el disco va a mutar porque la situación en la que nos encontró el registro también mutó. Ya no será el mismo disco, es imposible que lo sea igual, básicamente porque creo que ninguno de nosotros es el mismo tampoco. Se ha visto mucha sangre, odio, muerte, por muchos lados. Sin duda se está volviendo un disco más oscuro.

Además de la publicación de su último disco ¿Qué planes tienen más a largo plazo?

Hacer planes ahora es un despropósito. No sabemos. ¿Quién podría tener el atrevimiento de hacer planes en estos tiempos? Estamos viviendo el día a día y eso incluye a nuestras canciones y nuestros procesos creativos.

Para finalizar, ¿Qué mensaje les enviarían a sus fans y al público en general?

Quédense en casa. Ayuden en lo que puedan ayudar. Compartan en familia, piensen en sus vidas y en sus ciudades. Será importante en estos tiempos reflexionar mucho, es lo único que podemos hacer en estos tiempos. ¡Manténganse seguros y nos vemos al otro lado!