Enigma es una de las bandas pioneras del heavy metal chileno y está llegando a las tres décadas de existencia ininterrumpida durante este 2021. Encabezada por Álvaro Paci (guitarra) y José Antonio Vásquez (batería), ha sido protagonista del metal nacional, ofreciendo varios discos que se han convertido en piezas importantes para el desarrollo de este estilo musical en nuestro país. Hoy completan la formación Sebastián Bello en el bajo y Nelson Montenegro en la voz. Misma formación que dio vida a “Irreversible”, último disco editado por la banda en 2016.

Álvaro Paci es muy conocido por su rol de periodista en Canal 13. Mucha gente desconoce su faceta de músico de metal. Más de alguna vez le han hecho entrevistas sobre esa dualidad, que de partida no tendría por qué ser un tema relevante. Y por lo mismo, tocamos a su puerta para preguntarle de algo que conoce muy bien ya que lo vivió: los inicios del heavy metal en Chile. Desde sus vivencias, nos contó pormenores de cómo comenzó con esta pasión y cómo grabaron ese primer demo titulado “Apocalipsis”, que fue una importante fuente de aprendizaje para seguir adelante y hacerse de un espacio relevante en la música metalera de Chile.

¿Cómo entraste al metal? ¿Qué te hizo decidir hacer esa música?

Yo venía de una escuela distinta. Me gustaba mucho The Cure, Siouxsie and The Banshees, Depeche Mode. Comencé a los 13 años a tocar guitarra en el colegio, y partí con esa música y con The Beatles y The Police, a dar los primeros pasos. Pero había una rama de amigos mayores que tenían como 17 o 18 años, y ellos sí eran de la escuela heavy metalera ochentera: Iron Maiden, Judas Priest, Saxon. Y esa vertiente de música que recibí de ellos, se fue imponiendo mientras iba aprendiendo a tocar guitarra. Pasé de The Beatles, a Metallica. Empecé a sacar las canciones obviamente sin los recursos disponibles ahora. Sin YouTube, sin tutoriales. Me acuerdo de haber estado nota por nota aprendiendo los solos. A la vez, el metal se iba haciendo también más masivo. Y al momento de formar una banda, nunca pensé en hacer otro tipo de música, gustándome muchos otros estilos como mencioné antes.

¿Fue Enigma tu primera banda?

Sí, la primera y la única. Al comienzo se llamó “Retrovisor”, en el año 89. Pero a los meses nos quedamos con Enigma. La primera tocata fue a inicios del 90. Nos invitaron a Peñaflor unos amigos que hacían covers de bandas más glam. Fue en un gimnasio grande, recuerdo. Había bastante gente. Y nosotros éramos más duros que ellos, teníamos ya algunas canciones, pero mezclábamos con algunos covers de Iron Maiden. Y ese día, para nuestra fortuna, al terminar de tocar se nos acercó el sonidista. Un señor ya, de unos 40 años. Y se presenta. “Muchachos, yo toco en una banda, tal vez ustedes la conocen. Se llama Tumulto”. Era Poncho Vergara. Y nos comentó que le gustó como tocamos, que nos encontró super ordenados. “¿Qué van a hacer la próxima semana?”, nos preguntó. Y nos invita a abrir un show de Tumulto en la Sala Lautaro. Obviamente que aceptamos y ahí estuvimos, junto a otras bandas de la época. Y era otro nivel, en una sala renombrada, con mejor sonido, con una banda consagrada. Fue un debut bien entretenido y promisorio. Seguimos hablando con Poncho después de eso, siempre nos dio mucho apoyo y buenos consejos. Algo que para nosotros, unos adolescentes, fue muy significativo.

Y desde ahí, ¿cómo fluye todo hasta llegar a grabar este primer Demo que cumple tres décadas?

Ahí entra en escena otro personaje importante: Marcos Cusato de Warpath. Él tenía su sala en calle Rancagua, y nos ofreció un intercambio. Necesitaba una batería, así que nos dijo que lleváramos la nuestra y a cambio él nos prestaba sus equipos para ensayar ahí. Aceptamos y ahí pudimos ver a Warpath ensayar. Fue un gran aprendizaje para nosotros. Seguimos yendo y aprendimos mucho de ellos, viéndolos y conversando. Y por esos días él estaba abriendo ahí su Estudio Attic, que hasta ahora lo tiene. Así que fuimos uno de sus conejillos de india. Fuimos los primeros en grabar ahí. Teníamos cuatro canciones, de un estilo igual distinto a lo que hicimos después. Pero ya había algunas definiciones, como que seríamos una banda de heavy metal, con letras en español y con un estilo más melódico del que reinaba en Chile en esos días.

¿Cómo fue y qué equipos utilizaron en esa grabación?

El ingeniero fue Álvaro Cuadra, hermano del Pera Cuadra de Dorso, que en ese tiempo tenía una banda llamada Cría Salvaje. Marcos estuvo presente todo el tiempo, pero más como productor. Daba ideas, se metía. Y bueno, en ese tiempo nos costó mucho encontrar un bajista y dimos con uno. El día que íbamos a grabar, estábamos citados a las 15:00 y ya había pasado media hora y el bajista no llegaba. Así que llamé a la casa de él, desde un teléfono fijo de disco, y me contesta su mamá. Le pregunté por él y me dice: “No, no está, pero me dijo que no va a llegar a grabar y que no va a tocar más con ustedes” y me cortó. Así que tuve que yo tomar el bajo y grabarlo. No tenía ninguna técnica, pero ahí salvé la situación. El bajo era de Marco Gajardo, de Warpath. Me lo prestó y me dio algunos tips.

Yo grabé la guitarra con una Yamaha de Marcos Cusato. Y la batería era una Pearl Export de esa época. Lo grabamos en cinta. y nosotros mismos hacíamos luego las copias. Era un trabajo súper artesanal. Fotocopiando la portada.

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El nombre Apocalipsis y la portada, ¿cómo surgieron?

Para contextualizar, nosotros en los 80 crecimos con la amenaza nuclear. Todavía estaba la Guerra Fría, ese miedo se comienza a disipar recién con la caída de la Unión Soviética. Teníamos la idea de que habría en algún momento un Apocalipsis nuclear. Desde ahí sale la canción que le da el título al Demo. Y la portada, que la hizo el hermano de José Antonio, retrata eso. Como un personaje que está ahí en la mitad de Hiroshima, con una máscara anti-radioactividad. Algo que ahora suena como gracioso incluso, pero que en esos años fue inspiración para muchas bandas.

¿Cómo distribuían su demo? ¿Se vendió?

Sí, unas 150 copias, yo creo. Por consejo de Marcos Cusato, creamos una casilla de correos. En esa época había mucho intercambio con el extranjero, era muy fluido. No era raro que le escribieras y mandaras material a gente de Brasil, Argentina, España, y que te respondieran con material de vuelta también. Y bueno, a través de esa casilla que creamos en el correo de Villa La Reina, enviábamos y recibíamos material. ¡Correo físico, no como ahora! Vendimos varias copias hacia países latinoamericanas y aquí en Chile especialmente a ciudades del sur. Y bueno, hoy por hoy es una rareza. Me piden que hagamos más, pero la cinta original quedó tan usada que ya no se puede rescatar. He pensado en grabarlas nuevamente.

¿Y se viene eso en algún momento?

Antes de la pandemia lo estuvimos evaluando con Pancho Escobar de Toxic Records. Y hemos visto la opción, pero claro, son canciones bien distinta s a las que hicimos después, mucho más simples. Yo creo que tendría un valor, darles nueva vida a esas canciones. Pero será una tarea pendiente para cuando termine la pandemia. Pero antes, estamos preparando un nuevo disco y también algunas versiones de los discos anteriores, pero en inglés.

¿En qué espacios tocaban las canciones de ese primer trabajo?

En muchos colegios. En ciudades cercanas a Santiago, como Peñaflor y Colina. Y en algunos recintos que ya no existen como la Sala Sichell, la Casa Constitución, el Taller El Sol. Y también en muchos gimnasios municipales, de muchas comunas de Santiago. Se tocaba mucho en esa época. Porque uno iba nomás, sin preguntar mucho las condiciones. Recuerdo con cariño una tocata en la USACH, junto a Los Miserables. Nos vinieron a buscar en un camión, todos arriba con nuestras cosas. Y llegamos y en los pastos de la universidad habrá habido unas tres mil personas. Y nos fue súper bien. Sin tener idea a lo que íbamos. Nos decían “¿vamos?”, e íbamos nomás. Después uno se enteraba con quién tocaba. Y así fue como compartimos escenario con bandas como Los Tres, Viena, Sinergia. Con bandas que uno no se imaginaba.

¿Cómo era la escena metalera en esos días?

La mayoría de las bandas era más orientada al death metal, compartíamos escena con ellos y la verdad es que siempre con buena recepción.  Nosotros a veces íbamos con un poco de temor de que no fuera así. Pero tocábamos y a medida que pasaban las canciones, el entusiasmo iba creciendo y terminaba en aplauso. Así que nos fogueamos ahí junto a bandas como Necrodeath, Atomic Agressor, Rekiem, entre otras.

¿Y por qué decidieron cantar en español y qué tipo de mensajes querían expresar?

Era una rareza cantar metal en español por esos días. En inglés, como que todo suena mejor. Más natural. Al castellano hay que darle una vuelta para que suene bien. Tomamos la bandera de hacerlo en español y de tocar temas contingentes y cercanos a todos. Que estuvieran pasando y nos afectaran de alguna forma. Temáticas sociales y políticas. Pero no era fácil. Cuando escribía las primeras letras, había borradores completos que quedaban fuera. Pero queríamos hacer una diferencia, no hablar de ocultismo, de espadas o dragones. Luego yo estudiando periodismo, y José Antonio el baterista que estaba en sociología, entre ambos hicimos las letras y tomamos esa veta más existencialista.

¿Y qué es de Enigma en este 2021? ¿Qué se viene?

Hay muchas canciones nuevas, material para un disco. Y ese proyecto que te comenté antes, grabar temas antiguos en inglés. Una vez que la pandemia lo permita más, nos pondremos a ensayar y pasaremos grabando. Pero antes tenemos que retomar el training, porque con tanto tiempo sin practicar como antes, uno se va oxidando. Hay que comenzar a ensayar con más periodicidad. Y si bien en las pocas veces que nos hemos juntado en este tiempo es como que nunca hubiéramos dejado de tocar, hay detalles que son importantes de cuidar y pulir.

¿Y alguna fecha en vivo?

Hicimos un streaming en Warehouse, en diciembre del año pasado. Celebramos los 25 años de nuestro EP llamado Espacios Vacíos. Y estamos en conversaciones para poder hacer una celebración de estos 30 años como banda, tal vez en ese mismo formato. Dependerá de como esté la pandemia en los próximos meses.