Hiatus Kaiyote en Cúpula Multiespacio: Fluorescencia psicodélica
13 de diciembre 2019.

Por Paulo Domic.
Fotografías por Javier Martínez.

Caía la cálida tarde santiaguina y lentamente llegamos hasta el Parque O’Higgins en un bus que luchaba contra el tráfico de la ciudad. Desde temprano vibramos con la idea de venir a este concierto, a disfrutar de una banda de soul y así poner término a una agitada semana. Algo no calzaba en el trayecto a pie desde el paradero al parque. Mucho reggaetón, mucha gente con brillos y luces. Hasta dudamos si estábamos en el lugar correcto. Si que lo era, y esa recepción era solo un reflejo de la diversidad cultural de la capital chilena. En el Movistar Arena, el show lo ofrecería J Balvin. Unos metros más allá, en la Cúpula, nuestra cita sería con Hiatus Kaiyote. Y a unas 10 cuadras, Illapu, Inti-Illimani y Los Bunkers ante unas 100 mil personas en la Plaza de la Dignidad. Peculiaridades de los viernes en Santiago, en los que cualquier cosa puede suceder.

La jornada comenzó a las 21:00, con la apertura musical a cargo de los chilenos de Como Asesinar a Felipes. El quinteto santiaguino desplegó un show eminentemente ambiental e instrumental, que fue disfrutado por los expectantes asistentes. A través de 45 minutos de presentación, acompañados de un gran despliegue luminoso, lograron amenizar de buena forma la velada, presentando lo más selecto de su repertorio con más de 10 años de trayectoria. Un aporte a la noche, un invitado coherente con la propuesta del show.

Hiatus Kaiyote se origina en Australia. Específicamente en Melbourne, ciudad natal de este cuarteto de Neo Soul liderado por la talentosa Nai Palm, que aporta su hermosa voz e interpretación de guitarra. Una figura que llama la atención desde el primer minuto que ingresa a escena por su presencia escénica y gran altura.

Ante la algarabía de los presentes, que por fin después de tanto tiempo pudieron ver a la banda por primera vez en estas tierras, la primera frase que emitieron para saludar fue un sonoro “fuck Piñera” muy celebrado por los presentes. El ritual comenzó con “Laputa” y “Mobius Streak”, ganándose inmediatamente el fervor de las personas que poblaron La Cúpula.

Un caos bajo total control es el que utilizan para hipnotizar al público. Un viaje psicodélico de neón que transporta a terrenos sensoriales distintos. Música tocada con perfección y virtuosismo, pero que a propósito se sale de compás y transita por síncopas intrincadas e inesperadas. Música impredecible pero no compleja. Un paseo por sonidos espaciales equilibrados con la sensualidad del soul y del jazz, decorados elegantemente por la voz impresionante de Nai Palm.

Ella es la figura rutilante del show, tanto por su perfecta interpretación, como por su calidez y cercanía con el público. Su imagen ruda, con piercings y tatuajes, tocando con una guitarra Flying V más asociada al metal que al soul, se contrasta con la dulzura de su voz y sutileza de sus trazos con la guitarra. Una guerrera que viene de enfrentar, y probablemente seguir enfrentando un cáncer de mamas recién con 30 años, y que no ha bajado los brazos en ninguno de los frentes. Una joven de promisorio futuro que tiene todo para seguir forjándose un reputación grande en la música popular.

El momento de “Molasses”, “Borderline with my Atoms” y “Breathing Under Water” fue el primer climax del show, en el que realmente la comunión con el público era perfecta. Una audiencia joven, muy similar a la que podemos ver en Lollapalooza. Estos estilos más vanguardistas como el que cultiva Hiatus Kaiyote no llegan a masas medianas. Son nichos específicos que en sí mismos son saludables y llenos de exponentes, pero de corto alcance. Algo que no es intrínsecamente negativo. Es lo que es y eso no hiere a nadie. Pero sería muy bueno que más gente, y no necesariamente de estratos más altos, se acerque a estas propuestas musicales alternativas tan llenas de creatividad y de estímulos inspiradores.

A través de unos 90 minutos, el cuarteto repasó lo mejor de sus dos producciones hasta la fecha: Tawk Tomahawk de 2013 y el aclamado Choose your Weapons de 2015. Además, de los varios singles que han lanzado entremedio. Un formato que hoy por hoy cada vez gana más sentido. No es raro que una banda tenga tan pocos discos pero si varios singles, el paradigma de lanzamientos ha cambiado gracias a las nuevas plataformas y ya no es necesario hacer grandes lanzamientos para mantener vigencia.

Con “By Fire” y “Cinnamon Temple” se puso fin al show, pero nadie quiso dejarlos ir. Tras unos minutos de pedidos por otra, los australianos vuelven al colorido escenario de La Cúpula para cerrar definitivamente una noche mágica, llevándonos a la última parada de este vieja por el que nos transportaron. Las elegidas fueron “The Lung” y “Nakamarra”, fielmente acompañadas por los fanáticos que agradecieron enormemente esta primera visita de Hiatus Kaiyote a Chile. Algo que a juzgar por la respuesta positiva de asistencia, debería repetirse y ojalá en el corto plazo. Y como dijimos antes, ojalá también en ambiente más masivo y democrático que pueda ser una inspiración para más gente a atreverse a experimentar como ellos hacen, a cuestionar las bases de la música y a proponer nuevos sonidos. Bandas como ellos nos demuestran que es posible ir más allá sin dejar de ser musicales y melódicos. Que se puede experimentar sin sonar raro y lejano a un público masivo. Se trata de conservar el espíritu universal de la música, pero dándole una vuelta de creatividad y originalidad. Algo que Hiatus Kaiyote hace con maestría, ofreciendo más que música, una experiencia. Una travesía.

Setlist:
Laputa
Mobius Streak
Chivalry Jam
Chivalry Is Not Dead
Swamp Thing
Creations Part Two
All the Words We Don’t Say
Molasses
Borderline With My Atoms
Breathing Underwater
Building a Ladder + 713 (Beyonce) + Pana (Tekno Miles)
Atari
Boom Child
By Fire
Cinnamon Temple

Encore:
The Lung
Nakamarra

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