Joan Manuel Serrat en Movistar Arena: Todo es futuro
Artista invitado: Benjamín Pedemonte.
12 de Noviembre 2022.

Por Jorge Fernández.
Fotografías por Matías Schwartz.

“Damas, caballeros, imparciales, vine a despedirme de ustedes personalmente”. Esta fue una de las frases iniciales con las que abrió la noche Joan Manuel Serrat en el marco de su última gira “El vicio de cantar 1965-2022”. A esas alturas, el público estaba recién sentándose luego de la tremenda ovación de pie que recibió el cantautor español al subirse al escenario. Fue una despedida. Es cierto. Pero una despedida con alegría. Tal como lo pidió él y como lo dejó sentir durante las casi dos horas treinta de espectáculo. “Dale que dale” fue la canción con que comenzó y “Fiesta” con la que terminó. El mensaje era claro y sin medias tintas.

El show comenzó exactamente a las nueve de la noche, pero no con Serrat como protagonista, sino con un pequeño, pero hermoso número previo a cargo del joven pianista chileno (radicado en Bélgica) Benjamín Pedemonte. El músico nos deleitó en casi veinte minutos con la compañía de su instrumento y el silencio cómplice y respetuoso de una fanaticada que se tomaba su tiempo para saborear la velada. Hermoso momento, perfecta armonía, precisa presentación. Las canciones de Joan Manuel Serrat no tienen un orden aleatorio ni una jerarquía por éxito. Detrás de cada historia, hay más historias y a este artista de mil escenarios le gusta explicar, contextualizar, ligar las anécdotas que llevan a una letra o simplemente divagar como veleta al viento sobre diversos temas. Recordar a su abuelo, a su madre y a quién sabe cuánto personaje más, es parte de su rutina preestablecida. Y sus fanáticos ríen y sienten nostalgia y vuelven a reír, porque así es el torbellino de emociones que inunda el ambiente.

null
null

Serrat reconoce la fantasía y la realidad. Asegura que sus canciones son más falsas que verdaderas, que las historias no siempre son reales, pero que seríamos inmensamente más pobres si no existieran las mentiras que nos entrega la ficción. Por eso mismo no tiene problemas en bromear con la idea de que puede caer de bruces en el escenario y que ese puede ser el legado más grande de la noche. No le teme a la muerte, se ríe en su cara, incluso cuando recuerda a aquellos que partieron repentinamente antes que él.

null

La poesía también está presente en la noche. Partiendo por cada una de sus inspiradores letras y transitando en espacios de viejos conocidos como por ejemplo citando unos versos de Neruda o interpretando “Nanas de la cebolla” basada en el poema homónimo de Miguel Hernández, “Cantares” de Antonio Machado y, la sorpresa del espectáculo: regalarnos nuevamente su versión de “Gracias a la Vida” de nuestra Violeta Parra. La cultura más contemporánea tampoco queda atrás en medio de sus singulares diálogos en los que, por momentos, nos sentimos parte de un stand up. Alexa (el dispositivo de Amazon), La Mona Lisa hecha mil veces meme o imágenes del arte de Banksy, confirman su vigencia e interés con el mundo actual.

null

El público insistió en las ovaciones de pie. Y es que Joan Manuel Serrat se merece eso y mucho más. A ratos, uno se imaginaba que al fanático se les había la letra de alguna canción, porque no se escuchaba sonido ni siquiera en los coros, pero no era más que atención, que respeto hacia el maestro. Todos querían escucharlo a él y sólo cuando estiraba el micrófono para que interviniera, la fanaticada lo hacía. Y vaya que sí lo hacía. En especial en canciones emblemáticas como “Mediterráneo”, “Penélope” y “Algo personal” que brillaron con luz propia y, a la vez, compartida.

null

Un show, sin duda, impecable. Con un juego de luces llamativo y con un fondo de pantalla que recurría a las canciones y a la tremenda visualización de los músicos que secundaban al artista. El público quedó visiblemente feliz. En el Movistar Arena no cabía un alfiler y todos terminaron infinitamente felices. Era que no, si Serrat entrega, además de canciones perfectas, sonrisas, anécdotas, chistes y lo que es mejor aún, un gran desapego al temor que, en muchos, da el hecho de que se acerca la muerte. Joan Manuel Serrat sigue tan vivo como siempre y, como el mismo dijo “de ahora en adelante, todo es futuro”.

Setlist:
Dale que dale
Mi niñez
El carrusel del Faro
Romance del curro (el palmo)
Señora
Lucía
Hoy por ti, mañana por mí
No hago otra cosa que pensar en ti
Algo personal
Nanas de la cebolla
Para la libertad
Canco de Bressol
De cartón piedra
Tu nombre me sabe a yerba
Es caprichoso el Azar
Hoy puede ser un gran día
Pare
Mediterráneo
Aquellas pequeñas cosas
Cantares
Penélope
Esos locos bajitos
Fiesta

>>> REVISA NUESTRA RESEÑA FOTOGRÁFICA PINCHANDO EN ESTE TEXTO <<<