Mark Farner’s American Band en Teatro Caupolicán: El incombustible sonido del rock & roll
25 de mayo 2019.

Por Rodrigo Guzmán.
Fotografías por Javier Martínez.

Han pasado 50 años desde que Grand Funk Railroad lanzó On Time, su álbum debut. Cuatro meses más tarde, el conjunto publicó su legendario disco homónimo, estampado sobre un rojo intenso entre las siluetas blancas de Don Brewer, Mel Schacher y Mark Farner. 1969, un año glorioso para el desarrollo de la música popular en general y del rock & roll en particular. Los Beatles publicaban Abbey Road, su último álbum de estudio, mientras que unos jóvenes Led Zeppelin ya habían presentado un debut demoledor en enero de aquel año. Asimismo, ahora en Birmingham, Black Sabbath preparaba lo suyo para presentarlo doce meses después y Hendrix había lanzado el fundamental Electric Ladyland los últimos días de 1968. En tal caldo de cultivo Mark Farner y compañía lograron montar su ladrillo en la catedral del rock & roll. Por esta razón, el regreso a Chile del corazón de Grand Funk Railroad fue una fiesta que congregó a cientos de personas de distintas edades, ansiosas por escuchar “el rock de ayer”, tal como bien lo mencionan los buenos muchachos de Icarus Gasoline.

Sin telonero y puntual como un reloj, Mark Farner se instaló sobre el tablado del Teatro Caupolicán a las 21:00 hrs. para interpretar sin más uno de los hits más reconocidos del conjunto de Flint: “We are American Band” fue el corte escogido para dar inicio a una velada teñida de energía y recuerdos. No utilizaré la palabra nostalgia a lo largo de este texto, porque lo que suscita la música que brota de los dedos de Farner no es precisamente un sentimiento de añoranza. Toda la vivacidad y vigor que el mismo proyecta desde el escenario se traduce en su música, interpretada con carisma y afabilidad. Tras la puesta en escena del corte que les valió el mote de La Banda Americana, vino “Rock & Roll Soul”, “Footstompin’ Music”, “Aimless Lady” y “Paranoid”, hasta llegar a “People, Let’s Stop the War”, corte enmarcado bajo el contexto de la Guerra Fría y el conflicto armado de Vietnam. Como un aullido que clama contra la violencia que el hombre perpetra contra sí mismo, el sonido de Grand Funk, tan característico de ese decenio de 1965-1975, se dejó oír en todo su esplendor. Un himno sobre la paz, el hipismo y la violencia que al día de hoy cobra plena vigencia.

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Asimismo, otro de los puntos altos de la velada se dio tras la interpretación de “Heartbreaker”. El sonido profundo de un blues, tan potente como apesadumbrado, colmó por completo las instalaciones del Caupolicán. Al término de dicho corte, el público aclamó al unísono la performance de Farner, quien a sus setenta años conserva casi intacta su voz y capacidades técnicas. Tras esta misma línea, vino la interpretación de “Mean Mistreater”. La hermosa e insondable balada iluminó todo con su armonía, esa secuencia de acordes en el teclado, que el norteamericano interpretó a la perfección. Pero no todo circuló en torno al sonido del quebranto, pues cortes como “Bad Time” y “The Loco Motion” pusieron la cuota de júbilo que tanto caracteriza a Mark Farner. Asimismo, la interpretación de “I’m Your Captain (Closer to Home)” y de una versión potente de “Inside Looking Out”, que vino a sonorizar todo lo que una alta composición de rock & roll debe tener, cerraron una velada cargada de intensidad.

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Tras la maquinaria desplegada por Mark Farner y los suyos, se hizo patente que hay ciertas músicas que se resisten al paso del tiempo y los mandatos de la moda. La influencia y el legado de Grand Funk Railroad se extiende hasta el día de hoy, manifestado en el sonido de nuevos conjuntos que reactualizan el ronquido del hard rock. Asistir a un concierto de Mark Farner es vibrar con la potencia del rock & roll y también, es una de las experiencias más adecuadas para palpar, otra vez, el sonido de una década fundamental para el desarrollo de la música popular.

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No quisiera finalizar esta reseña sin antes pronunciar unas últimas palabras. Me gustaría dedicar este pequeño comentario a mi padre, Rodrigo Guzmán Castro, quién me mostró por muy vez primera el sonido de esta música vital, que ciertamente más que sonido se asemeja a una fuerza de la naturaleza.

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Setlist:
We’re an American Band
Rock & Roll Soul
Footstompin’ Music
Aimless Lady
Paranoid
People, Let’s Stop the War
Shinin’ On
Heartbreaker
Mean Mistreater
Bad Time
Sin’s a Good Man’s Brother
The Loco-Motion
Some Kind of Wonderful
I’m Your Captain (Closer to Home)
Inside Looking Out

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