Por Gabriela León.
Luego del lanzamiento del disco Ocho, el 10 de Septiembre en el Teatro Cariola por Pedropiedra, nos dimos el gusto, con audífonos en mano, de saborear este nuevo disco.
Ocho, es un camino lleno de emociones, divido en ocho grandes estaciones. Un camino con una portada diferente, completamente en blanco y negro.
Parte este camino con “Todos los días”, canción que nos da la bienvenida a este viaje. Una explosión de sonidos y sentimientos, generando un ambiente alegre y completamente bailable, dónde gritamos: ¡Wuo que buena canción te mandaste!. Además, el dulce coro de Catalina Rojas (guitarrista de Álex Anwandter), viene a sellar esta canción como el hit pop de este disco.
La segunda estación en la que nos detenemos, se llama “Pelusita”, que nos recuerda completamente la línea de los discos anteriores a Ocho. Una canción que nos hace sentir en casa, algo que conocemos, algo familiar. Se añade a esto los slap en el bajo de Jorge Delaselva, y sonidos ochenteros en el sintetizador, que nos pone ansiosos sobre la próxima estación a la que llegaremos.
Como despertando de un sueño, llegamos a “Lluvia sobre el mar”, para entrar a otro sueño, dónde somos invitados a escuchar atentamente la letra de esta canción, a entenderla y hacerla parte de nosotros. Son de esas canciones que te dan ganas de escucharla al salir del metro y recrear el video caminando por la ciudad. Entras en ese juego, donde la voz de Pedro es tu voz, y tu caminar es su caminar, diciéndote: ¿Y por qué no se me ocurrió hacer esta canción a mí?
“Rayito/Olita”, estación de nombre simpático fue mi primer pensamiento. Básicamente, es una completamente nueva en la trayectoria de Pedropiedra. Tema que incluye ritmos latinoamericanos, algo que nos habíamos distinguido anteriormente en este camino. Esto incluido con el toque singular de la voz de Pedro, el sello ya de este cantante.
Es así como nos damos cuenta, que “Rayito/Ola” es el preámbulo a una de las canciones que ha sido muy llamativa en este disco, con esto nos referimos a “La Balada de J. González”. Un tributo, que deja de lado el típico cover del disco “Corazones” que muchas bandas se dedican hacer. Un tributo completamente diferente a uno de los mejores cantantes del rock chileno, líder de Los Prisioneros, Jorge González.
“Era tu vida” y “Loco” son de esas canciones que te llegan hasta dentro. Sientes que hablan de ti, y te genera sonrisas al escuchar las letras. “Loco”, es el fiel himno al loco que llevamos por dentro (y por fuera). Estación que se te hace corta, y que quieres volver a escuchar como un consejo bien dado.
Terminamos este viaje con “Matando el Tiempo”, estación que te deja con ganas de volver a tomar la guitarra y corearla con tus amigos. Que te recuerda a esas noches en la playa, con la arena en tus pies y el mar coreándote.
Se agrega nuevamente el toque femenino que la hace más entera, completa y genera un gran cierre de este recorrido. Esta última estación recibe un nombre irónico para el cierre de este viaje, donde sientes que tu tiempo es completamente bien invertido en este discazo. Te da la sensación que fue un viaje corto y quieres tomar el cambio de andén para volver a vivir y escucharlo.
En resumen, luego de casi tres años del lanzamiento de Emanuel, Ocho viene a posicionar a Pedropiedra como uno de los artistas más influyentes en la escena nacional. Pedro, cierra este gran año con un disco que reúne las flautas, sintetizadores, lindos coros, guitarra acústica para crear uno de los materiales más diversos y completos en la trayectoria de este artista nacional.
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