21 de Noviembre 2023.

Por Rocío Belén.
Fotografías por Francisco Aguilar A.

Una vez más retornaron a Chile los norteamericanos de Red Hot Chili Peppers, que se presentaron en lo que fue su quinta visita a nuestro país, haciendo realidad el séptimo show de la agrupación en nuestras tierras. Los Chili Peppers tiende a ser de esas bandas que uno escucha por inercia, por ser parte del inconsciente colectivo musical, sobre todo en Chile donde en medios radiales le dan como caja a los picantes estos, sin embargo, gran parte de la audiencia asistió no sólo por una cuestión de gusto adquirido si no más bien podríamos decir que la noche de este 21 de Noviembre ganó la nostalgia y los buenos recuerdos.

Se abrieron las puertas del Movistar Arena a eso de las 18 horas para darle la bienvenida a la primera banda, Miles de Aves, quienes con un rock latino y clásico con tintes noventeros abrieron fuegos en lo que fue esta y la pasada jornada en el domo capitalino. Se repite el plato también Irontom, quienes al igual que los headliners, provienen de Los Angeles, California, maquinando un post-punk con influencias progresivas, psicodelia y groove funk-rock en una dosis precisa para calentar los motores.

A las 21 horas en punto retumba la intro y se despliega en el escenario el cuarteto más picante de los Estados Unidos. Con todo y más le dan al hueso directo con «Can’t Stop», como si el set del pasado domingo no hubiese estado plagado de hitazos, y para hacer este comienzo un poco más interesante, siguieron con el clásico «Scar Tissue», para terminar de introducir el concierto. Anthony Kiedis. John Frusciante plasma sus bends claros y brillantes. Para qué hablar de Flea, una bestia. El trabalenguas de «Snow» cae como nieve en un Movistar Arena full house entre coros y nostalgia absoluta. Un cierre apoteósico entre acordes y tarros en la precisión brutal de Chad Smith, y que siga el show.

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Saludan a la ciudad que los recibe y el escenario se va a negro total. Frusciante despliega su talento con el micrófono bajo la luz de las linternas e interpreta “Danny’s Song”, pasando a dupla Flea y Kiedis para la cuota de hxc funk con el cover ramonero de “Havana Affair”. Unos cuantos juegos entre ellos y comienzan con “Eddie” mientras Anthony expone el sixpack que aún mantiene a pesar de sus 61 años de vida. Frusciante no decepciona en ni una sola nota, ni siquiera en los más difíciles armónicos, aprovechando la acústica del venue a tope para sacarle el mejor partido a su histórica Fender Strato blanca.

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Algo distinto a destacar es que la agrupación, a pesar de tener un escenario de 20 y tantos metros de extensión, tienden a permanecer juntos, unidos y acorazados al centro del escenario, denotando un fiato cómplice y focalizado que se notó aún más en “Wet Sand”. Nuevamente las cuerdas al centro introducen en conjunto el exordio de “Hey” para la sección que también tuvo a “I Like Dirt” en lo que podríamos catalogar como el capítulo para fanáticos.

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Las redes tridimensionales de «Don’t Forget Me» conquistan el Parque O’Higgins. Otro temazo que sacó saltos fue «Tell Me Baby», acompañada de esa sensación de ir a paso lento pero seguro. Bajan las revoluciones brevemente con “The Heavy Wing” mientras Flea pega patadas al aire y Chad lanza las baquetas como remolinos danzantes sobre la batería, sobrepasando en varios metros su cabeza, agarrando a tiempo perfecto el palillo para continuar con lo suyo. Al rato se bajó del escenario para saludar a algunos fans mientras las cuerdas lucían un solo a dúo para finalmente introducir “Californication”, uno de los más grandes éxitos de los californianos, homónima de su álbum publicado en 1999 y que lanzó al estrado mundial hasta el día de hoy a los norteamericanos. Ampliamente cantada y bailada, fue también acompañada por el arte psicodélico y abstracto que se mostró permanentemente en las visuales, dándole un toque algo más fiestero al show.

Los clásicos terminaron de conquistar al público al cierre del show junto con “By The Way” antes del encore, y “Give It Away” que concluye la jornada con Flea tocando sobre sus cajas Ampeg y haciendo las muchas gracias que caracterizan fuertemente su show, como saltar varios metros de altura o ponerse de cabeza, dejando entrever sus interiores Hugo Boss bajo el faldón violeta que cubría parcialmente sus piernas.

Si bien la gente se fue bastante contenta, nunca es suficiente para dar en el gusto a todos, pues sí cabe destacar que canciones como “Under The Bridge”, “Dani California”, “Otherside” o incluso “Suck My Kiss” hicieron bastante falta para cualquier fan, y que si fueron parte del despliegue del día domingo, considerando que después de 5 años y más, la audiencia tiende a preferir mucho más los clásicos. En cuanto a la performance, podríamos definirla total y completamente como una hermandad sobre escena, qué bien se conocen entre ellos estos cabros, una mirada, un gesto, y nada más basta, se percibe desde la explanada el lenguaje que han creado para dar un show afiatado, mucho más que las veces pasadas donde la desconexión tanto entre ellos como con el público fue una variable, siendo criticados por algunos. En cuanto a ejecución, los instrumentos sonaron impecables.

El retorno de Red Hot Chili Peppers fue una fiesta para la banda y para los fanáticos en un carismático doblete que encendió las luces del Movistar Arena para abrazar la nostalgia noventera una vez más en nuestras tierras, con buenos clásicos, buen show, buena energía y un rock que no dejaremos morir jamás.

Setlist:
Intro Jam
Can’t Stop
Scar Tissue
Here Ever After
Danny’s Song
Havana Affair
Eddie
Wet Sand
Hey
I Like Dirt
Don’t Forget Me
Tell Me Baby
The Heavy Wing
Californication
Black Summer
By The Way
Sir Psycho Sexy
They’re Red Hot
Give It Away

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