Banda invitada: Inverness.
4 de diciembre 2023.

Por Carlos Barahona.
Fotografías por Javier Martínez.

Desde algunas corrientes de la geografía humana, se ha planteado que los lugares donde las personas nacemos afectan nuestras formas de relacionarnos. En nuestro caso, la Cordillera de los Andes es la pared que nos da cobijo, seguridad, pero también ha delimitado muchas de nuestras acciones y formas de ser. Bien lo dice Alex Anwandter: “Cordillera dinos la verdad, ¿es esta tierra un lugar que no nos quiere ni nos va a dejar hablar, pensar, marchar, emborracharnos?”.

Pero también esta pared rocosa nos ha permitido desarrollar una sensibilidad sonora a una variedad de estilos musicales, en los que la melancolía y el ruido, las ganas de escapar, nos hacen resistir a toda costa, a punta principalmente de amor. Es por eso que bandas como Slowdive, las que con miles de kilómetros de distancia, pero surgidas en tierras donde las montañas también forjan su espíritu, encuentran cabida y con una fanaticada intergeneracional, siguen generando lazos indestructibles.

Desde su retorno a las pistas, Neil Halstead (voz y guitarra), Rachel Goswell (voz y guitarra), Christian Savill (guitarra), Nick Chaplin (bajo) y Simon Scott (batería), la banda volvió a nuestro país por segunda vez, ahora en el marco de la gira por el lanzamiento de su último disco Everything is Alive.

Teatro Coliseo fue el punto de encuentro de la fanaticada, la que comenzó a repletar el reducto de la céntrica Nataniel Cox, apenas comenzaba a bajar el telón el implacable sol, y dando paso a esos bellos arreboles capitalinos. Se sabía que sería una jornada única, y para volverla más especial, el acto de entrada puso la cuota de melancolía y rabia sonora con los locales Inverness. La banda liderada por Rodrigo Jarque lanzó a la parrilla toda esa mezcla de sonidos que los acercan a estilos como el propio shoegaze o el slowcore. Teniendo una conexión especial con Neil Halstead, con quien han colaborado, el quinteto fue aplaudido a rabiar por las y los asistentes.

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Todo indicaba que sería una jornada sin mayores vicisitudes, pero mientras esperábamos a Slowdive, desde producción nos avisan que Rachel Goswell se encuentra con una afección respiratoria, por lo que no podrá cantar, pero si con mucho esfuerzo, quiere de todas formas dar el show, por lo que Neil será el encargado de cantar el set en su totalidad. La reacción del público fue ejemplar, nada de lamentos, les correspondería a ellos corear las canciones y ser esa voz faltante.

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Luego de esta advertencia, el show comenzó con “Shanty”, canción que trajo vítores de la camada de seguidores más jóvenes. Rachel en una actitud maravillosa nos invitaba constantemente a cantar sus partes de la canción y también a partir de gestos y mímicas, iba expandiendo sus sentires ante aquellas líricas que no podían ser verbalizadas. El concierto prosiguió con la enérgica «Star Roving», seguida por «Slowdive», donde la combinación de las guitarras etéreas y las voces melódicas transportaron a la audiencia a un trance musical. La banda recorrió su extenso repertorio, abarcando éxitos de sus álbumes más emblemáticos como Slowdive y Souvlaki.

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“Catch the Breeze” y “Souvlaki Space Station” nos rememoraron ese sonido más shoegaze que les popularizó, emulando una cordillera de sonidos imberbes, convirtiendo al Coliseo en un trance sonoro imperturbable. “Crazy For You” desató la locura del público, quiénes en todo momento no dejaron de cantar, aplaudir, saltar y vitorear, sobre todo a Rachel. Importante destacar que el sonido de la banda sigue siendo imponente y que también sus exploraciones musicales en sus nuevas placas han atravesado su sonido clásico, creando nuevas capas sonoras, que siguen siendo igual de aclamadas. “Sugar For The Pill” y “kisses” fueron las elegidas para darnos una probada de esta nueva versión del quinteto.

De ahí en adelante, todo fue una bala certera de hits que se dedicó a atravesar espíritus indomables. Con “Alison” y la famosísima “When The Sun Hits”, la que con su frase icónica “It matters where you are” hizo que todo el teatro reverberara de emoción. Después, un breve encore nos despidió de la banda: “Slomo” de su primera placa homónima, “Dagger” y una íntima versión, para cerrar con la frente en alto con la mítica “40 days”, las que, a pesar de las dificultades de Rachel, dejaron contentos a los parroquianos asistentes.

Y así, a los pies de la cordillera que nos cobija, hiere, limita y ama, Slowdive nos arrojó toda su sensibilidad sonora, aquella que nos conecta con los lugares recónditos de esa melancolía latinoamericana propia de esta parte del fin del mundo.

Setlist Slowdive:
shanty
Star Roving
Slowdive
Catch the Breeze
Souvlaki Space Station
Crazy for You
Sugar for the Pill
Blue Skied an’ Clear
kisses
Alison
When the Sun Hits

Encore:
Slomo
Dagger
40 Days

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