The Chainsmokers en Movistar Arena: Una fiesta itinerante
4 de octubre 2018.

Por Valentina Gilabert.
Fotografías por Camila Amigo.

Anoche fue la primera vez que la banda neoyorkina The Chainsmokers pisaba Chile. Lo hizo con un Movistar Arena a medio llenar, pero rodeados de un público fiel y fanático que saltó, cantó y bailó como si estuviera en medio de una masiva fiesta electrónica.

El DJ chileno Bitman fue el encargado de calentar el ambiente y poco después de su presentación apareció The Chainsmokers sobre el escenario. La banda compuesta por Andrew Taggar y Alex Pall dio luces diez minutos más tarde de lo esperado frente a un público expectante y al acecho para darlo todo en aquella calurosa noche de jueves.

Apenas el dúo se sube al escenario aparecen los gritos y la Arena se viene abajo. Alex se sube sobre la mesa de sonido y prepara a los asistentes para el derroche de energía que está por venir. Así, lo que parece ser una mezcla musical cualquiera se transforma en la antesala de una noche llena de éxitos, covers y dance. “¡Santiago City!” grita Andrew en su primera interacción con el público y entonces comienza a sonar “Everybody Hates Me”, canción de su reciente disco Sick boy… This feeling lanzado hace solo unas semanas. “Hola Santiago, esta es la primera vez que estamos en Chile”, dice Andrew en un fluido español y luego de una pincelada de “Closer” se reinicia la fiesta. “Everybody fucking jump”, dice Alex como si no tuviera suficiente y logra volver a los asistentes aún más locos. El Movistar se viene abajo.

“Roses”, su primer tema en llegar al top 10 en el Billboard Hot 100, es cantada por toda la gente, incluso se le da un pequeño espacio a capela. De fondo se proyecta una película romántica de los años 50, todo un clima para uno de los éxitos de la banda neoyorkina. Con “Something Just Like This”, originalmente una colaboración junto a Coldplay, aparecen nuevamente los celulares a registrarlo todo y a lo lejos se escucha la voz de Chris Martin, pero luego Taggar se apropia de la canción y la hace suya, baja de la mesa de sonido y juega con el público, se mueve de un lado a otro dejando entrever lo mucho que disfruta estar sobre el escenario.

Tras media hora de show, Andrew se pone de pie sobre la tarima y se presenta. También a su compañero Alex. “Esta noche está hermosa, ¿no? Hagamos esto” dice antes de comenzar a bailar y hacer brevemente el paso swish swish. Luego suena “All We Know”, “Save Yourself” y uno de sus hits, “Side Effects”, que comparten con la cantante estadounidense Emily Warren. Su voz suena, pero es mixeada de forma que el pop se pierde y la electrónica prima.

“Yo sé que estamos en Chile pero la próxima canción es de una ciudad en Francia”, dice Andrew para presentar el próximo tema, “Paris”. Los asistentes se vuelven locos al escuchar el anuncio. Todos cantan como si estuvieran en un karaoke. Sin duda, uno de los más conocidos del dúo. “Sick Boy”, también de su último disco, es el momento más íntimo de la noche, donde Taggar se toma el escenario y olvida por unos minutos su trabajo sobre las mesas de sonido.

“This is How We Do It” de Montell Jordan es uno de los primeros covers de la jornada y más tarde hacen lo propio con “Zombie” de The Cranberries, “Yellow” de Coldplay, “What is Love” de Haddaway y “El Ciclo Sin Fin” uno de los temas más recordados de la película El Rey León. Todos estos momentos hicieron disfrutar el público asistente, pero no más que las producciones originales de la banda, aquellos que transformaron a la mejor Arena de Latinoamérica en una sólida pista de baile.

“Esta es de hace dos semanas y quiero saber si la conocen” dice Andrew antes de comenzar con “This Feeling”, su última canción. Lamentablemente su anhelo no se cumple ya que pocos parecen conocerla aunque, de todas maneras, disfrutan de la presentación. Después, el neoyorkino invita al público a tener un momento especial, señalando que “voy a intentar algo, quiero que canten conmigo”, les dice y así todos en el lugar entonan “Closer”, que The Chainsmokers comparte con Halsey, y que se convierte en el tema más coreado de la noche.

Poco a poco comienza a acabarse la fiesta, no sin antes sonar una canción esperada por todos los asistentes, “Don’t Let Me Down”, con la que por última vez en la noche el Movistar retumba en canto, baile, fuego, humo y confeti. Todo un espectáculo que, tras hora y media de show, cuenta con su explosivo final.

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