Por Carlos Barahona.
Este jueves 8 de mayo, la banda estadounidense Touché Amoré aterriza por primera vez en suelo nacional para presentarse en la Sala Metrónomo, un evento largamente esperado por los seguidores del post-hardcore y el screamo más introspectivo y poético. Su debut marca no solo una celebración de casi dos décadas de trayectoria, sino también el encuentro entre una comunidad de oyentes profundamente conectada con su propuesta emocional y una de las agrupaciones más influyentes del movimiento alternativo de la última década.
Formada en 2007 en Los Angeles, California, la banda nació en un contexto de renovación del hardcore emocional. En un panorama dominado por el agotamiento del screamo más tradicional, el quinteto encabezado por Jeremy Bolm encontró una vía expresiva única que combinaba la crudeza del hardcore con una sensibilidad lírica íntima y dolorosamente humana. Junto a bandas como La Dispute, Pianos Become the Teeth, Defeater y Make Do and Mend, formaron parte de una escena que revitalizó y complejizó el panorama del post-hardcore norteamericano al incorporar narrativas existenciales, poesía confesional y estructuras musicales más elaboradas, sin perder la urgencia propia del género.
La formación actual —y estable desde hace más de una década— está compuesta por Jeremy Bolm (voz), Clayton Stevens (guitarra), Nick Steinhardt (guitarra), Tyler Kirby (bajo) y Elliot Babin (batería). Esta continuidad ha permitido una evolución sonora coherente y profunda, que ha oscilado entre la furia cruda del primer álbum y la sofisticación emocional de sus trabajos más recientes. A lo largo de los años, la agrupación ha sabido mantenerse fiel a su identidad, mientras explora nuevas formas de narrar el sufrimiento, la pérdida y la búsqueda de sentido en un mundo fragmentado.
Su discografía inicia con …To the Beat of a Dead Horse (2009), una carta de presentación feroz y breve que ya delineaba su estilo: canciones directas, letras existenciales y una interpretación vocal desgarradora. Con Parting the Sea Between Brightness and Me (2011), producido por Ed Rose, el conjunto comenzó a encontrar una estética más melódica sin perder intensidad, un equilibrio que se afianzó en Is Survived By (2013), donde Bolm reflexiona sobre el legado, la muerte y la permanencia. Sin embargo, fue Stage Four (2016) el disco que marcó un antes y un después en su historia: escrito tras la muerte de la madre de Bolm por cáncer, este álbum convirtió el dolor del duelo en una obra conmovedora, directa y, paradójicamente, luminosa. Su sucesor, Lament (2020), producido por Ross Robinson (conocido por su trabajo con At the Drive-In y Slipknot), reforzó ese tono de sanación y resiliencia, abriendo aún más su paleta sonora hacia terrenos melódicos, incluso cercanos al indie rock.
En 2024, la banda lanzó Spiral in a Straight Line, un trabajo que continúa esta línea de crecimiento introspectivo, con colaboraciones destacadas como Julien Baker (Boygenius) y Lou Barlow (Sebadoh, Dinosaur Jr.), sumando matices más cálidos y ambientales a su sonido, sin abandonar la emoción punzante que los caracteriza. La evolución de su propuesta no ha implicado una renuncia a sus raíces hardcore, sino una expansión que ha sabido integrar lo melódico, lo narrativo y lo íntimo en proporciones cada vez más ricas.
Las letras de Touché Amoré son uno de sus sellos distintivos. Lejos de los tópicos agresivos o nihilistas del hardcore más tradicional, Bolm escribe como quien exorciza: su voz narra duelos personales, ansiedad, cuestionamientos espirituales, incomodidad social y la complejidad de las relaciones humanas. Canciones como “Just Exist”, “Flowers and You”, “Limelight” o “New Halloween” son testimonio de esta escritura cruda y honesta, que ha convertido sus shows en espacios de catarsis colectiva. La voz de Bolm no es solo un grito, es una confesión desgarradora que encuentra eco en miles de personas que han vivido pérdidas, confusión o dolor, y han encontrado en esta música un refugio y un lugar de resonancia emocional.
Los norteamericanos han compartido escena y giras con bandas como Thursday, mewithoutYou, Deafheaven y Circa Survive, ampliando sus vínculos hacia otras escenas alternativas como el blackgaze, el emo experimental y el indie rock. También han publicado splits notables, como el EP compartido con La Dispute (Searching for a Pulse/The Worth of the World), una joya del diálogo entre dos de las bandas más representativas de la sensibilidad screamo contemporánea.
La llegada de Touché Amoré a Chile es, en muchos sentidos, la confirmación de su estatus como referente emocional de una generación que encontró en el post-hardcore no solo una estética, sino una forma de canalizar el dolor, la memoria y la lucha por seguir adelante. Su presentación en Sala Metrónomo promete ser un ritual compartido, donde el grito, la palabra y la música se funden en un acto de resistencia afectiva. Será, sin duda, una noche para recordar.