26 de noviembre 2025.
Por Rocío Belén.
Fotografías por Francisco Aguilar A.
Que dichosa es la oportunidad de ver a uno de los intérpretes contemporáneos más importantes de la música clásica en nuestro pequeño y recóndito rincón del planeta, aquí mismo donde el elitismo siempre ha sido tópico ante el limitado acceso para este tipo de espectáculos. El costo de los shows y su logística hacen por lo general muy difícil traer a estos artistas a nuestro país, sin embargo la producción a cargo se la jugó por el alemán y nos trajo a David Garrett desde Europa a nuestro maravilloso Teatro Municipal de Santiago.
Cálida tarde de un miércoles 26 de noviembre y el salón se abre con invitaciones de cortesía en colaboración con Kross, permitiendo a los asistentes degustar de un brebaje ancestral en la antesala del show, mientras que en el escenario principal se presentaba el saxofonista nacional Eden Carrasco, encargado del opening act, junto a una modesta performance solista para dar bienvenida a la audiencia, que con sobrada elegancia repletó lentamente la sede santiaguina.
La estrella de las 4 cuerdas nace de un poderoso arcoíris que hace alusión al concepto de su gira Millenium Symphony, junto al cuarteto de músicos que lo acompañan en formato de banda, con batería, bajo y guitarra eléctrica incluídas, una combinación poco usual para este tipo de presentaciones y que desde hace más de 15 años lo ha acompañado al rededor del mundo marcando una identidad única dentro de la música clásica, abriendo fuego nada más y nada menos que con “Seven nation army” de The White Stripes.
Con una tenida infinitamente más casual que la del público, Garrett deslumbra en jeans rajados y un polerón blanco con un Spiderman pintado a mano, destacando como sus obras tienen este ADN que lo caracteriza en sus arreglos, deslumbrando junto a “Moves like Jagger” de Maroon 5 y “Señorita” de Shawn Méndez y Camila Cabello, acompañado de una guitarra acústica con una versión más bossa nova, mostrando la versatilidad de mezclar géneros sin perder la esencia de la canción. A ratos juega con el público fémino, dice que tiene calor y que quiere sacarse el polerón mostrando que no lleva nada debajo, provocando a la audiencia femenina al tope de los gritos.

La siguiente sección fue muy popera, con temas como “As it was” de Harry Styles, “Dance monkey” de Tones and I con arreglos muy Tchaikovsky y por supuesto la dramática “Take me to church” de Hozier, bien pesadita, una versión que realmente te hace cabecear. “Dios se llevó muy rápido a los grandes, como Chopin, Kurt y Amy” y con este enunciado presenta la próxima canción: un himno de Aviici, y quién más que Garrett para romper con toda etiqueta o protocolo y mandar al teatro completo a ponerse de pie para saltar y aplaudir al ritmo de “Wake me up”.
Aunque bajen las revoluciones, la emoción se intensifica mientras el violinista camina por el pasillo central de platea, regalándonos un acercamiento único y caluroso. Poco duró la pausa ejecutiva porque en segundos, full acústico y a cajón peruano el quinteto interpretó “Despacito” de Luis Fonsi, con un acompañamiento tímido del público que coreaba a un volumen moderado la canción. Tragedia, drama total, algo de Ludvig y el estilo pianissimo alemán; con este menjunje presenta la próxima joya de Rammstein. Yo creo que el groso demográfico que asistió no dimensiona lo extraño que es pasar de un reggaeton latino a un reggaetón alemán, y eso pasó con “Mein herz brennt” que todos cabecearon a gusto. “Shape of you” de Ed Sheeran sonó muy latino también, con palmas y coros del público como acompañamiento que suman gran complemento a los juegos de luces que oscilan en vibrantes colores y pintan de arcoiris el teatro completo.
El segundo acto de esta obra musical llega tras una pausa de casi 20 minutos, la que retoma con dicha y fuerza para salir caminando desde la mesa de sonido con un arco luminoso para dar vida a “Blinding lights” de The Weekend, seguido inmediatamente de la misteriosa “Russian roulette” de Rihanna. David menciona que “Survivor” de Destiny’s Child siempre ha sido un desafío, tanto para versionar como para ensayar y tocar en vivo, por lo que inmuta una disculpa entre líneas y ejecuta sin quitar los ojos de su preciado violín Stradivarius de 1718 encordado con las dulces Pirastro Evah Pirazzi Gold que visten de metal su instrumento.

Definitivamente no estaba en nuestra carta de bingo 2025 escuchar la desgarradora “The loneliest” de Måneskin versionada por el alemán parado sobre el piano de cola a la luz de las linternas, y es que después del sold out de Damiano David en Caupolicán, no esperábamos tal balada en el set, que tras explicarnos que el productor local no aseguraba que fuera seguro subirse al instrumento, lo hizo de todas maneras con tal de felicitar a su compañero y pianista John Haywood quien cumplía años ese día.
El medley compuesto por “Smeels like teen spirit” de Nirvana y “Walk this way” de Aerosmith para los más rockeros, seguida de “Smooth criminal” de Michael Jackson, la 5ta de Beethoven, un poderoso solo de batería y “He’s a pirate” de Hans Zimmer, finaliza con una cariñosa ovación de pie. A pesar de que aún quedaban canciones, el transatlántico agradeció humildemente el acto. “Titanium” de David Guetta y Sia sonando a prueba balas y “Shake it off” para mover el esqueleto swiftie antes del grande finale, paseándose nuevamente entre el público para cerrar finalmente con, según él, uno de sus himnos favoritos del pop punk rock, dando nota a “Welcome to the black parade” de My chemical romance con magna intensidad.
El cierre clásico junto a “Viva la vida” fue la guinda de la torta, donde Garrett va loopeando su violín entre distintas capas hasta llegar a 8 violines sonando simultáneamente, construyendo una red musical que invita al espectador a pararse en la primera fila y saltar al ritmo de lo que ya es un clásico de Coldplay, cerrando así la jornada musical. El show abarcó grandes clásicos del pop y uno que otro gustito que quiso darse, y es que de eso se trataba esta gira, re-versionar los más grandes clásicos del pop de los últimos 15 años y llevarlos a este formato semi-orquestal en una reinterpretación que sobre todo caracteriza su música y desplante. Un aclamado rockstar que definitivamente conoce el escenario y se nota a leguas lo cómodo que se siente interpretando en vivo, sin chistar ni destemplar ni una sola nota, ganándose sin asco y con abultada razón el título de uno de los mejores violinistas del mundo. Sólo esperemos no tengan que pasar 8 años más para volver a verlo en nuestras tierras.
Setlist:
Seven nation army (The white stripes)
Naughty girl (Beyonce)
Moves like Jagger (Maroon 5)
Señorita (Shawn Mendez & Camila Cabello)
As it was (Harry Styles)
Dance monkey (Tones and I)
Take me to church (Hozier)
Wake me up (Aviici)
The joker and the queen (Ed Sheeran)
Despacito (Luis Fonsi)
Mein herz brennt (Rammstein)
Shape of you (Ed Sheeran)
Blinding lights (The Weekend)
Russian roulette (Rihanna)
Survivor (Destiny’s Child)
The loneliest (Maneskin)
Smells like teen spirit (Nirvana)
Walk this way (Aerosmith)
Smooth Criminal (Michael Jackson)
Quinta sinfonía (Beethoven)
He’s a pirate (Hans Zimmer)
Titanium (David Guetta & Sia)
Shake it off (Taylor Swift)
Welcome to the black parade (My Chemical Romance)
Viva la vida (Coldplay)
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