Dios Salve a la Reina en Enjoy Santiago: Un tributo a Queen muy bien logrado
19 de agosto 2016.

Por Jorge Tello.
Fotografías por Francisco Aguilar A.

La noche de ayer, nos dirigimos a uno de los escenarios más distantes, dentro de nuestros habituales recorridos nocturnos, aquellos lugares en donde semana a semana se presentan las bandas y solistas que acarician los oídos de cada Parlanteano. Es que ir al Casino, no es algo recurrente en nuestro itinerario cargado de música y otras artes, pero los escenarios están en muchos lados, y en Los Andes no es la excepción.

Dios Salve a la Reina, la banda tributo a Queen, se presentó ayer ante un recinto repleto, donde cada asistente sabía que escucharía un setlist “calado”, lleno de hits, porque hablar de Queen, significa reconocer canción a canción, sin ser un fanático, una vida de huellas que se mantendrán para siempre, siendo parte de la historia universal de la música que, posterior a la muerte de Freddie Mercury y de todo lo que rodeó su deceso es acompañado de nostalgia e imaginación al concebir lo que pudo haber logrado la banda si ese capítulo hubiese sido postergado en el tiempo, pero no fue tal, por lo que muchas bandas han querido llenar en parte aquel vacío y Dios Salve a la Reina, es una de las que mejor lo ha logrado. Liderada por Pablo Padín, la banda Argentina tributo, posee más de quince años sobre los escenarios, siendo ascendente la calidad de sus performances con el pasar del tiempo, lo cual se agradece, ya que, anoche cuando los veía, pensaba en lo triste que es perder artistas o bandas como Queen que no son lo mismo sin su vocalista, su alma, lo que nos lleva con el tiempo a sólo verlos por Youtube o en algún dvd por ahí, siendo aquí donde las bandas tributo adquieren un matiz atractivo, a mi parecer, cuando la agrupación se extingue, no me imaginaba que era el mismísimo Freddie Mercury al que veía anoche, pero si disfrutaba lo que observaba en el escenario y esperaba dentro de mí escuchar alguno de los temas que me trasladarían a mi niñez, cuando mi papá ponía los discos de Queen en los viajes y yo en el asiento de atrás con mi, en aquel entonces, único hermano, descubría y disfrutaba temas como “Flash” o “Bicycle Race”. Ese recuerdo sin dudas fue logrado, porque lo que queremos no es sólo una banda que suene bien, eso se lo pedimos a todos los demás artistas, aquí queremos que suenen idéntico y se vean iguales a quienes imitan, lo que gracias a la vestimenta, voz, movimientos y toda la puesta en escena es posible después de la última canción, decir: lo disfruté y “Freddie Mercury” (Pablo Padín) era igual al original.

Con canciones como “Love of my life”, “Under Pressure” y “We Will Rock You” con un guitarreo muy bien logrado, completaron dos horas de show, que al igual a los registros existentes, tuvo momentos muy representativos de lo que fue Queen, como por ejemplo el uso de implantes por parte de Freddie Mercury bajo un chaleco rosado en “I Want To Break Free” o el uso en casi todo el show de la polera de Betty Boop y pantalones blancos con rayas laterales que usó en Wembley ’86.

El show finalizó alrededor de las cero horas, con el publico de pies, acompañando la interpretación de “We Are The Champions”, con un vocalista a torso desnudo que luego de finalizar la canción acudió tras bambalinas para volver con el atuendo monárquico de God save the Queen, al igual como lo hizo en el mítico estadio inglés, hace treinta años atrás.

En una fría noche en Los Andes, cerramos los ojos por unos instantes para revivir en nuestra imaginación a uno de los grandes.

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