Glass Animals en Lollapalooza Chile 2017: Un debut esperado
Parque O’Higgins, 1 de abril 2017

Por Nicolás Morán
Fotografías por Francisco Aguilar

Dentro de los muchos grupos que pudimos ver, creo que Glass Animals es uno de los fácilmente podría llenar próximamente cualquier escenario de Chile, debido a que mucha gente los esperaba con impaciencia.

El concierto que nos ofrecieron este sábado es, sin duda, una pequeña muestra de que estos chicos tienen mucho que ofrecer en los próximos años. Los británicos de Oxford hicieron del Lollapalooza una fiesta digna de repetirse.

Para abrir el show, la banda partió con “Premade Sandwiches”. Por primera vez en nuestro país, llegaron a mostrar su disco más reciente “How to a human being” del 2016. Hubo harto de esa entrega el día de su presentación, como “Youth”, “Season 2 Episode 3” y “The Other Side Of Paradise”. “Pork Soda”, su más reciente lanzamiento como single movió al público con su ritmo contagioso. Pero creo que uno de los temas que más me gustaron de esta entrega fue “Take a Slice”, por su parecido al estilo del AM de los Arctic Monkeys, sobre todo en la intro.

En aproximadamente una hora de concierto, Glass Animals tocó con el sol pegando fuerte a momentos, pero a la gente eso le daba lo mismo. El espíritu es más fuerte en esos momentos, porque muchos esperábamos a la banda desde hace tiempo.

Aunque recién el 2014 lanzaron su primer disco, “Zaba”, venían desde el 2010 intentando hacerse un hueco en la industria mientras estaban en la universidad; cuando ya el 2012 lanzaron su EP “Leaflings”, se empezaron a abrir los espacios, hasta que, en 2013, nos ofrecen “Black Mambo”, uno de los temas que dan forma a “Zaba”. Al momento que empiezan a tirar nuevos sencillos como “Pools» y «Hazey”, podríamos decir que tenían armado el disco, que luego se va a sacar como versión deluxe.

Los fans de la banda escucharon en gran medida sus temas favoritos. Si tuviera que hacer un primer lugar, me quedo con “The Other Side Of Paradise” y “Black Mambo”, porque apenas comenzaron, la gente enloqueció y saltó como desesperada.

Su presentación estuvo equilibrada. Buen sonido y, sobre todo, tocaron las canciones más emblemáticas de ambos discos, entre ellos “Gooey”, que motivó al público a subirse en los hombros de sus compañeros para estar más cerca de la banda británica. Desde la visión estética, el show fue simple, con una sencilla vestimenta, pero un sonido complejo, los 4 músicos prendieron a su gente, al punto de que muchos caían en trance mientras los acordes y el teclado sonaban.

De todos modos, es posible distinguir un cambio entre ambos discos y una evolución. Aunque algunos críticos piensan que este cambio y el lanzamiento de 2 discos en 2 años pueden ser algo prematuros. Soy de la opinión que la presentación más tirada a la percusión y con un sonido más “ruidoso” hicieron de segundo disco y de este show, algo increíblemente más potente, musicalmente hablando. Se nota que hay manejo y comodidad arriba del escenario, porque se movieron mucho y el vocalista coqueteó con el público en todo momento.

Lo mejor que tiene Glass Animals, es que no tiene miedo a equivocarse y a probar nuevos estilos. Puedes estar bailando una canción movida y de un momento a otro, estar disfrutando de un relajo musical. Mucha electrónica, trip hop y pop, combinadas en un grupo que dio un espectáculo digno de tener su propia fecha. Los fans deben haberse ido felices, porque nosotros nos quedamos con la impresión de que una montaña rusa nos pasó por encima.

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