Lollapalooza Chile 2019, día 2: los artistas del cambio generacional
30 de marzo.

Por Amaranta Cartes.
Fotografías por Felipe Morales / Lotus Producciones.

Desde el año 2011 que el festival Lollapalooza se realiza en nuestro territorio, pero sabemos que su arranque data de los años 90 por allá por el estado de Illinois, en Norteamérica. Para los amantes del rock alternativo, fue una novedad y un motivo de alegría, en su momento, poder contar con el mítico evento de tan alta producción en Santiago, siendo la primera ciudad a la cual se exportaba esta fiesta, incluso antes que Brasil o Europa abriéndonos la posibilidad de contar con la presencia de muchos de los mismos artistas que pasaban por Lolla en Estados Unidos cada año. Se ha hablado incluso de una “generación Lollapalooza”, jóvenes noventeros que, tanto desde Chicago como desde el resto del mundo, esperaban con ansias ver reunidos a varios de sus artistas favoritos en el mismo recinto. La expectativa siempre era un sueño para el rockero de antaño y para los jóvenes universitarios de la primera década del 2000.

Hoy, sin embargo, el panorama ha cambiado. Y cómo no, hablamos del festival de música más importante en Chile, con una denominación que no necesariamente se concentra en un estilo musical y que, como todo, evoluciona hacia donde la música lo lleve. Hay un cambio generacional y aquella “Generación Lollapalooza”, en Latinoamérica al menos, coincide hoy en día mucho más con la Generación Z que con aquellos Millenials que alcanzaron a celebrar la importación de su festival favorito hace ocho años. ¿A qué nos referimos con esto? A que lo que hemos visto en la primera y segunda jornada de este noveno encuentro en el Parque O’Higgins corresponde a un grupo humano liderado principalmente por jóvenes de entre 14 y 19 años. Hablamos de maquillaje y atuendos especiales para la ocasión, hablamos de dibujos y escarcha en la cara, relieves y pañuelos en el cuello. Son fanáticos del trap, la electrónica y el pop, andan en grandes grupos mixtos y son de un estrato social más bien acomodado. Y esto no puede ser de otra manera, dado que Lollapalooza se ha convertido en el evento social del primer semestre al que no se puede faltar a pesar del valor de la entrada. Más que un mero concierto, ya es un carrete, un espacio con infinitud de material para publicar en Instagram, un lugar para encontrarse con amigos, para comprar y conocer productos y culturas alternativas y, por supuesto, para estar cara a cara con sus músicos favoritos. Lollapalooza Chile 2019 es un planeta creado y conquistado por los jóvenes que durante tres días gozan con el alto volumen de sus parlantes, reúnen anécdotas para contar el lunes en el colegio y generan su discurso político-social a partir de los artistas que envían mensajes a través de su música y que coinciden con sus sueños y aspiraciones.

Al llegar, nos encontramos con los colombianos Monsieur Periné en uno de los escenarios principales haciendo bailar ya a varios miles de personas. Su propuesta primaveral, popera, pero con toques del folclor latinoamericano, entrega un mensaje de alegría y amor a sus seguidores. Entre las sorpresas de su show estuvo la participación de Camilo y Abel Zicavo de La Moral Distraída para acompañar uno de los temas más tropicales, así como también la presencia de Denise Rosenthal en la canción “Mi libertad”, la que usaron como pedestal para rendir homenaje a las mujeres chilenas y a “todas las mujeres que se suben a un escenario y abren su voz por esas que no lo pueden hacer”, como dijo su talentosa y carismática vocalista, Catalina García. Mientras esto ocurría en la explanada principal, en el Lotus Stage, lugar que recibió a la mayoría de los artistas nacionales de la jornada, Gianluca representaba al trap nacional más alternativo y melódico, sorprendiendo con la masividad de su fanaticada.

null
null

A segundos de terminada la presentación en VTR Stage, comenzaban a sonar en el escenario de en frente los vientos de Kamasi Washington. El saxofonista más excéntrico del recinto (no es que haya tantos, tampoco), dio clase y dejó a todos despeinados con su jazz con tintes de funk y hip hop, siendo uno de los números más sobresalientes y diferentes del día. Ya por la segunda canción, como si estuviera en el clímax del show, presentaba a su baterista quien nos mostró un solo que anticipaba el talento que los otros seis músicos que conformaban la banda demostrarían a lo largo de 45 minutos. Destaca, sobre todo, su cantante, una mujer que fue el enchufe para conectar con el público, derrochando energía frente a un cielo cada vez más nublado. Mientras esto ocurría, hacia la cordillera los Ases Falsos representaban al rock nacional en el tercer escenario más grande, el mismo donde ya se habían presentado hace dos años. La energía otoñal que fluía entre ambos escenarios trajo las primeras gotas de lluvia mientras los chilenos interpretaban “Así es Como Termina”, canción que se relaciona con el calentamiento global. Cristóbal Briceño sorprendió con un pequeño chascarro al olvidar parte de la letra en “Subyugado”, algo que no suele pasarle, pero que le dio un tono divertido a la presentación. Mientras tanto, Kamasi se despedía de Chile con un poderoso mensaje de tolerancia frente a la diversidad, con lluvia y un gran cariño por el público nacional.

null
null

Tres y media de la tarde, aparece el número uno de la prole de Bob Marley en el escenario. Nos referimos a Ziggy, el mayor de los Marley, sucesor con una vibra más cercana a la esencia de su padre. El rastafari regaló su reggae desde el alma y junto a sus hijos llamó a rebelarse contra el sistema desde el amor. Su timbre de voz revive de manera casi escalofriante a Bob, sobre todo en momentos donde interpreta sus canciones, las que en esta ocasión fueron “Get up, stand up”, apuntando al respeto por los Derechos Humanos, y “One love”. Detuvo la lluvia por un momento y Jamaica se materializó en la explanada principal del parque. Casi en la mitad de su show notamos que una marea de jóvenes se dirigían al Movistar Arena, cuya entrada está junto al escenario. Jetlag se preparaba dentro del domo, pero ya no podía entrar más gente. Fue una de las muchas veces que el Perry’s Stage cerró por haber completado su capacidad y no por protegerse de la lluvia, que comenzaba de nuevo, sino que por un público que necesitaba formar parte de la fiesta electrónica del dúo brasileño.

null

Podemos decir que uno de los shows más llamativos hasta ahora fue el que comenzó a las 16:30 en el escenario Banco de Chile. Portugal. The Man, la agrupación estadounidense, se plantó con increíbles gráficas en el escenario a disparar mensajes políticos sin dobles interpretaciones. Con consignas como “no todos somos Chadwicks”, “mi cuerpo, mi decisión”, “el agua no es un privilegio, es un DERECHO” y otras apuntando al caso Catrillanca, abofetearon a las autoridades chilenas y se hicieron dueños de los problemas del Chile de hoy para darles visibilidad con la música como intermediario. Demostraron estar al tanto de la contingencia y marcaron la diferencia frente a la tendencia de los mensajes de amor sin trasfondo de la mayoría de las bandas que se presentaron hasta ahora. Sumemos a esto, partes de “The Wall” de Pink Floyd y otro cover de “Children of the revolution” de T-Rex bajo el mismo tono combativo. En el tono opuesto, Hippie Sabotage, dos hermanos que parecen profetas del antiguo testamento, hacían bailar a sus devotos desbordando el Movistar Arena con miles de jóvenes que saltaban desenfrenados y movían la cabellera cual concierto de rock pesado frente al santo barbón que gritaba cosas ininteligibles desde la cancha, inmerso en el público.

null
null

Afuera, Bring Me the Horizon convocó a miles de los más rockeros jovenzuelos hacia lo que podríamos considerar un rock alternativo con colores metalcore que, si no es muy osado decirlo, parecieran ser los herederos de Linkin Park. El hombre de los tatuajes, su vocalista Oliver Sykes, dominó el escenario durante una hora, desencadenando la locura de su fanaticada.

null

Lo mágico de este tipo de festivales, es lo variopinto de su oferta artística y las opciones que hay para recorrer. El problema ocurre cuando dos tercios del público quieren ver el mismo show y éste se presenta en el escenario más pequeño y alejado para durar sólo 20 minutos. Esto, sin exagerar demasiado, es lo que ocurrió con Paloma Mami, a quien no pudimos llegar a ver aunque lo intentamos. Las críticas cayeron sobre la organización por no prever el fenómeno y lo que podía provocar la pequeña entrega que la trappera nacional iba a realizar. Por lo mismo, sólo diremos que Paloma Mami remeció el festival desde muchos aspectos y dejó contentos a quienes pudieron verla, pero con ganas de más al resto.

null

Salir del tumulto proveniente del Lotus Stage llevaba directo a los ojos azules de Olly Alexander, líder del trío de pop londinense Years and Years, quienes con una enorme puesta en escena deslumbraron a adolescentes y adultos con su carisma y su calidad musical. Este tipo de bandas demuestran que el pop ha dejado de ser música de segunda categoría hace mucho tiempo y que evoluciona hacia su cercanía con la electrónica, con una estética propia y profundidad en sus contenidos. Tanto fue el fervor del público que obligó a Alexander a callar mientras cantaba para contener la emoción.

null

Una vez despejado el camino al Lotus Stage, muchos asiduos a la música nacional de escuela más tradicional, se dirigieron a ver el show de Pillanes entre los árboles. La súper banda nacional logra reunir cada vez a más personas en su órbita, las que cantan y piden canciones de su primer disco. Mientras esto ocurría en el bosque, Interpol daba la bienvenida a la noche desde el escenario VTR. Los neoyorkinos desplegaron su repertorio desde la década de los noventa hasta canciones nuevas como “The Rover”. La única decoración del escenario, una bola disco y una estética oscura, ambientaban temas como “The Heinrich Maneuver”, “Evil” y “Rest my chemestry”. Paul Banks se dirigió al público en un español casi perfecto y cerró la noche para los más rockeros, ya que el número siguiente fue el trap de Post Malone. Sin pantallas, sin nada en el escenario, salió a armar la fiesta a eso de las 20:30 y terminó antes de lo esperado con uno de sus más grandes hits, “Congratulations”. Su show se caracterizó por la pirotecnia y el mensaje que más apela a la nueva generación: “no dejes que nadie te diga que no puedes hacer algo, porque eres increíble”.

null
null

La noche llegó a su fin con Twenty One Pilots quienes, con una escenografía llamativa, un auto en llamas y la banda encapuchada, marcaron la llegada del otoño en Santiago haciendo que el público se olvidara de la lluvia que volvía con más fuerza y del frío que era cada vez más notorio. A la mitad del show ya habían tocado varias de las canciones más queridas por sus jóvenes fanáticos como “Heathens”, “Stressed out” y “We don’t believe what’s on TV”, en la que Tyler Joseph hizo participar al público cometiendo el error de compararlo con el público de Lollapalooza Argentina. Sin embargo, sus fans lo perdonaron y la noche terminó con “Trees” y una intensa lluvia. La tercera jornada esperaría por el mismo ánimo juvenil de la segunda.

null

>>> REVISA NUESTRA RESEÑA FOTOGRÁFICA DE KAMASI WASHINGTON <<<

>>> REVISA NUESTRA RESEÑA FOTOGRÁFICA DE BRING ME THE HORIZON <<<

>>> REVISA NUESTRA RESEÑA FOTOGRÁFICA DE INTERPOL <<<

>>> REVISA NUESTRA RESEÑA FOTOGRÁFICA DE POST MALONE <<<

>>> REVISA NUESTRA RESEÑA FOTOGRÁFICA DE PORTUGAL. THE MAN <<<

>>> REVISA NUESTRA RESEÑA FOTOGRÁFICA DE YEARS & YEARS <<<

>>> REVISA NUESTRA RESEÑA FOTOGRÁFICA DE POST MALONE <<<

>>> REVISA NUESTRA RESEÑA FOTOGRÁFICA DE TWENTY ONE PILOTS <<<

Una Respuesta