Premios Pulsar 2017: Un gigante con pies de barro
Teatro Teletón, 31 de mayo 2017.

Por Nicolás Morán.
Fotografías por Felipe Morales.

Para cerrar el mes más largo del año, tuvimos la oportunidad de estar en los Premios Pulsar 2017, los cuales son convocados por la Sociedad Chilena del Derecho de Autor (SCD). Estos premios son los únicos galardones que entrega el país a la expresión y a la industria de la música chilena, ya que no sólo es la premiación de los mejores por género, sino todo lo relacionado a este mundo, como lo puede ser la literatura, concepto audiovisual o el arte en un disco, por ejemplo.

En esta tercera entrega, hubo muchas sorpresas y pormenores relacionados a grupos tanto en formación, como de artistas consolidados. 1.100 participantes y de esos, 102 nominados, acudieron al Teatro Teletón, esperando llevarse alguna de las 24 estatuillas que estaban aguardando a los ganadores.

A las 21 horas, la calle estaba repleta de personajes. Músicos, productores y público en general, se agolpaban fuera del edificio, impacientes y ansiosos por ingresar luego. Yo diría que la entrada fue de todo, lo menos ordenado. Mucha gente no sabía dónde formarse, y eso inevitablemente formó una congestión en la puerta del teatro, que daba justamente hacia la alfombra roja, por donde transitaron diversos miembros del negocio musical.

El espectáculo se dividió en dos. Por un lado, el no televisado, que mostraba a través de streaming las primeras categorías, que son, por decirlo de algún modo, menos populares, y luego, a las 22:30 empezó la transmisión televisiva por TVN.

El animador designado fue Cristián Sánchez, que en su papel de hombre fuerte de la noche hizo un buen trabajo. Se mostró seguro y confiado al presentar el show, aunque se le cuestionó en su momento, por no ser del mundillo relacionado a la música. Los puristas consideran que para que alguien sepa de música, debe ser músico o al menos tener nociones contundentes de la industria.

Durante la primera hora, hubo artistas presentando a sus colegas. Dentro de los que me parecieron más relevantes, estuvo el carismático Rodrigo “Don Rorro» Osorio, quién, con la sencillez que da usar traje y Jockey, encantó al mostrar a los nominados para “Mejor música para audiovisuales”, galardón que tuvo de campeón a Jorge Aliaga. También estuvo el grupo De Kiruza, mostrando al ganador de “Mejor Artista Fusión”. Dentro de los artistas que más destacaron en este primer segmento, fueron los ganadores de “Mejor Artista de Jazz”, los chicos de la Mapocho Orquesta, que dieron un discurso sobre las inteligencias múltiples y de la educación inclusiva enfocada en la música, considerándola como elemento de surgimiento social.

Apenas las cámaras se encendieron, y el encargado de piso dio el vamos, la magia de la televisión mostró cómo la emoción y nerviosismo de los artistas se veía reflejado en la pantalla, a la usanza de los Premios Oscar.

El show de apertura fue de Beto Cuevas, quién, a dúo con Denise Rosenthal, interpretaron “El duelo”. Personalmente creo que tuvieron una actuación de buen nivel, que motivó a la gente a seguir mirando la premiación y auguraba que músicos de gran nivel harían gala de sus dotes.

Como primera instancia, Cecilia Echeñique y Nano Stern presentaron al “Mejor Cantautor”, premio que dio por ganador a Demian Rodríguez, mostrando la fuerza de las nuevas generaciones de artistas nacionales. Ya en la siguiente categoría, Denise, de Aguaturbia, y Jean Philippe Cretton, nos trajeron el “Mejor Artista de Rock”, contando con un gran sentido del humor en su conversación previa con el público. El triunfador fue el grupo Kuervos del Sur, grupo curicano que va en alza con su rock de raíz, que pretende rescatar sonidos típicos y mezclarlos en un sincretismo potente.

Luego, vino Consuelo Schuster y Marty Palacios, los que, de forma muy tibia, presentaron al “Mejor Artista Música Tropical”, ganando Juana Fe. Siento que, en este aspecto, pudo ser una presentación mucho más alegre y que hiciera juego con el sabor del trópico, porque incluso me sonó fúnebre la entrega de este galardón.

La segunda presentación de la velada estuvo a cargo de los nietos de Violeta Parra. Ángel y Javiera mostraron una versión de “Gracias a la Vida” que, en lo personal, me parece que pudo ser mucho mejor, porque considerando lo que representa Violeta para todos en Chile, creo que no hubo un desarrollo emotivo, cosa que sí logró otro show dentro de la noche, el de Anita Tijoux con la incomparable Cecilia, quien luego de un receso por problemas de salud, volvió a los escenarios.

Ese dúo se presentó con lo puesto, y logró que la gente derramara una que otra lágrima al escucharlas. La potente voz de Anita, que me enamora cada vez que tengo la fortuna de asistir a uno de sus shows, alzaba la ya desgastada, pero no por eso, menos potente voz de Cecilia, quién con hidalguía se paró en el escenario y se robó los corazones de todos, como lo hiciera hace ya muchos años.

El gran ganador de la noche fue, sin lugar a dudas, Álex Anwandter, que terminó arrasando y llevándose 4 estatuillas. “Mejor Productor Musical”, “Mejor Artista Pop”, “Mejor Álbum” y “Mejor Canción del Año” fueron sus trofeos. Creo hablar por todos, cuando afirmo que “Amiga” hizo de este año que pasó, una revelación de la música pop, que incluyó, no solamente temas movidos sino, además, letras con una fuerte carga social y de crítica a lo normativo y lo establecido.

Otra de las presentaciones que tuvo a la gente contenta fue la colaboración de Nicole con Los Tetas, cantando “Loca” de Chico Trujillo. Su versión tuvo bastante aceptación entre los asistentes y, junto al homenaje al gran Jorge González, que se realizó a través de un documental y luego por medio de una presentación de Matorral, Nano Stern y Quique Neira, dejaron la vara alta para lo que quedaba por ver.

Dos de los premios más esperados fueron los de “Mejor Artista del Año”, entregado por el público, y que contó con más de 16.000 votos por internet, cuyos ganadores fueron los muchachos de Villa Cariño y el “Premio SCD a la canción más Tocada del Año”, que se la llevó “Me Gusta Todo de Ti” de Noche de Brujas.

Luego de premiar a Álex, la jornada se cerró con, lo que a mi gusto, fue lo mejor que pudimos ver en los Premios Pulsar. Gepe cantando su single, “Hablar de ti”, caballito de batalla de su nuevo disco, y “Bomba Chaya” junto a Roberto Márquez, emblemático miembro y líder de Illapu. Con eso finalizó otra entrega a lo mejor de la música chilena, aunque todavía estamos al debe. Si bien hay varias categorías, que intentan, de algún modo, ser inclusivas y abarcar la mayor cantidad de expresiones relacionadas a la música, falta un control férreo de la ceremonia. Se siente que aún no está consolidada como la fiesta que debería ser, dejando un saborcillo a poco, ya que se presentan cerca de mil discos al año, y muchos artistas y géneros ni siquiera están considerados.

Es nuestro deber, como sociedad, darle al arte el espacio que se merece, porque ahí sí le estaremos entregando un tributo real a los grandes artistas. Acciones concretas como buscar que la educación conciba el arte como parte vital de la formación de los jóvenes chilenos es una de las esenciales.

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