Primavera Sound Santiago 2022, sábado: Una canción de lluvia y fuego
Parque Bicentenario de Cerrillos, 12 de Noviembre 2022.

Por Jaime Farfán.
Fotografías por Francisco Aguilar / Primavera Sound.

Toda la tensión acumulada durante la semana, con las nubes grises cargadas a punto de reventar, encontró resolución en un par de horas al final del sábado. Arriba en el escenario, Lorde secó su rostro empapado con una toalla. Gruesas gotas caían sobre su cabello, y también encima del público, quienes, embriagados en la euforia, no le temían a la lluvia declarada. Con el maquillaje corrido, viéndose aún más encantadora, la estrella pop neozelandesa brincó bajo el agua cayendo incesante – No sientan que tienen que quedarse. Está frío, húmedo. Yo entiendo. – les dijo a sus seguidores. Nadie se movió un centímetro. – Pero si van a quedarse, vamos a empaparnos – los gritos ardieron a su alrededor.

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“Ya lo ves, la vida es así” cantaba anoche el público junto a Rocío Durcal, momentos antes de que Beach House diera su presentación. Y así, lo que podría haber sido un fin de semana de calor implacable, de esos que caracterizan a Santiago, pasó a ser una tarde sacada de mediados de junio. Sin embargo, ni el frío ni las posibilidades de que lloviera frenaron los ánimos de los seguidores, que se acercaron nuevamente al Parque Bicentenario de Cerrillos. Cerca de 35 mil personas, recargadas y dispuestas para lo que fue el segundo día del Festival Primavera Sound. La primera jornada más establecida, podríamos decir, y que trajo una amplia parrilla de artistas, escogidas entre propuestas destacadas, interesantes y novedosas de la música moderna.

Una de las sorpresas de la tarde, sin duda, fue la magnética presentación de las japonesas Chai, quienes se repetían el plato tras haberse presentado el día anterior. Ahora encima del Santander Stage, portadoras de una energía contagiosa, el cuarteto de pop rock y rock experimental entregó una performance memorable. Autodenominadas representantes de la estética neo kawaii, donde declaran “que todos somos bonitos”, el mensaje de empoderamiento se sintió con la capacidad de despliegue que tienen sobre el escenario. A lo largo del espectáculo, que incluyó un DJ set, varias referencias a la cultura pop, toques de chiptune e incluso un cover de “Wannabe”, mostraron sus habilidades como talentosas animadoras, bailarinas precisas y desafiantes panketas, enfundadas de rosa y coloridos accesorios.

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Al otro lado del Parque Bicentenario, en el escondido Primavera Stage, pasadas las 17:20 inició una íntima fiesta queer, bajo el alero del estimulante proyecto musical de la británica Blane Muise. Es un público pequeño pero conocedor, el que se reunió a disfrutar la sensual propuesta sonora de Shygirl, quien controló la situación arriba de sus largas botas, deslizando su profunda voz sobre beats oscuros y dinámicos.

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Mientras tanto, algo totalmente distinto sucedía en los escenarios principales. Las primeras gotas daban la bienvenida a Japanese Breakfast, quienes en menos de una hora dieron una lección de impecable y lustroso indie pop, celebrando el éxito comercial del que han sido merecedores. Alegría se palpaba en la gran cantidad de público que se concentró para disfrutar de la presentación, que incluyó varios cortes de su álbum más reciente Jubilee, lanzado el 2021. Partiendo con “Paprika”, canción que abre el último disco, la banda de cinco integrantes, liderada por Michelle Zauner como vocalista, sintetizó suaves armonías para acompañar las delicadas melodías de la cantante. Resistiendo el viento que aumentaba su potencia, el saxofonista Adam Schatz sacudió la atmósfera, en el denso jam de “Diving Woman”.

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Clásicos e impecables, precisos como una máquina de relojería del rock, a las 19:00 en punto se cumplió la cita con Interpol. Con escuetas interacciones, Paul Banks y compañía se lanzaron a la vena del fanaticado iniciando con “Untitled”. Luego continuaron con “Toni”, tema proveniente del disco cuya promoción los trajo de regreso al país, “The Other Side of Make-Believe”. Con las gotas cada vez más frecuentes, la hipnótica poesía que la vibra post punk de los norteamericanos sienta perfecto, la tarde estaba lista para cantar letras melancólicas. – Siempre es un placer estar en Chile – declaró un encantador Banks, finalizando una pulcra y sobria presentación con otro corte nostálgico “Slow Hands”.

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Ni el sol quiso perderse el debut de uno de los fenómenos del momento, la talentosa cantante de indie folk, Phoebe Bridgers. Abriéndose paso por momentos suficientes para montar un cautivante arrebol, se transformó en el telón de fondo perfecto para una emocionante presentación por parte de la exitosa norteamericana. Vistiendo un hermoso traje de dos piezas blanco, con encaje y varias perlas, Bridgers trajo el calor faltante a los corazones presentes con “Motion Sickness”, para continuar con “DVD Menu”, en un combo de melancolía que te sacude. En la subida del suave coro de “Punisher”, los anaranjados tonos del atarceder filtraron a través de las mallas del escenario, montando una de las postales más hermosas de la tarde. Siempre cercana a sus seguidores, la interprete brilló con su propio resplandor en el Santander Stage.

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Por un momento las amenazas de lluvia parecían olvidadas, y varios se prepararon para recibir a la siguiente estrella de la tarde, la neozelandesa Lorde. Promocionando su más reciente incursión musical, el disco Solar Power del 2021, donde abrazó una vibra relajada, acústica y enfocada en el verano, parecía paradójico que lloviera justo en su presentación. No obstante, los planes de la naturaleza son misteriosos, y apenas los músicos subieron al escenario iniciando con los elegantes acordes de “The Path”, el cielo lanzó el agua sin descanso.

Sin embargo, la lluvia resultó ser un efecto especial espectacular, y no intimidó en ningún minuto a la aguerrida cantante. Segura bailando arriba el escenario y disfrutando las gotas que caían firmemente sobre su delicado traje, no escatimó en energía, y, es más, pareció fortalecerse con la magia del momento. Se mostró encantada y comunicativa, en absoluto control de la conexión con su público y del espacio. Fanáticos empapados saltaron cada una las canciones, como en la bailable “Homemade Dynamite”. Además, la teatralidad estuvo apoyada por una puesta en escena deslumbrante, como una larga escalera al centro, varios focos de múltiples colores y amplios círculos, capaces de girar según la necesidad de la canción.

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La versatilidad del escenario permitió una buena visibilidad para los encantados fanáticos, quienes valoraron la entrega de Lorde con ardiente fervor y se entregaron a la catarsis de cantar bajo la copiosa lluvia. En poco menos de media hora, donde no faltó casi ningún hit, incluyendo una dramática “Ribs” o el combo eléctrico de “Perfect Places y “Green Light” la estrella neozelandesa responde a la devoción que recibe con una pasión absoluta y alta calidad vocal, en un show definitivamente inolvidable para muchos de los presentes.

Partiendo con “There’d Better be a Mirrorball”, del recientemente lanzado The Car, se presentaron los más esperados de la jornada, los británicos Arctic Monkeys. Sólidos y demostrando su madurez artística, inician con uno de los temás más deliciosos de su ambiciosa última producción. No obstante, aún son capaces de invocar los rayos con electrificantes rendiciones de “Brianstorm” o “Crying Lightning”, recompensando a los fieles fanáticos, quienes resistieron el frío desde temprano para tomar el mejor puesto para recibir la bendición de Alex Turner.

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Y si aún quedaba dinamita, toda explotó cuando la imponente figura de Arca toma control del Primavera Stage. La talentosa productora venezolana, esgrimió un nivel de desplante y soltura que ya quisiera cualquier cabeza de cartel de Creamfields, a través de un DJ set que incluyó varios cortes de trap y reggaetón, electrónica experimental e incluso folclor sudamericano. Orgullosa sacudiendo su largo cabello, transformó el irregular suelo de polvo y pasto, en una caliente pista de baile, cerrando con varias producciones propias, dando frenéticas versiones de “Incendio” y “El Alma que me trajo”. Con fuego desde la mesa mezcladora finaliza un emocionante sábado del festival Primavera Sound, un día donde la pasión y el amor por la música ardieron más fuertes que nunca.

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