Por Paulo Domic.

Como parte de una nueva versión de In-Edit, 16° Festival Internacional de Cine y Documental Musical, tuvimos la oportunidad de ver el documental Rolling Stone: Life and Death of Brian Jones. Dirigido por el español Danny García, quien también tiene a su haber el documental sobre el auge y caída de The Clash y que se encuentra en proceso de filmación de un documental sobre Sid Vicious de Sex Pistols, en 90 minutos revela detalles inéditos y contextualiza las razones que llevaron a Brian Jones, fundador de los Rolling Stones, a transitar por una existencia de indisciplina y carente de límites que no sólo lo pusieron fuera de la misma legendaria banda que creó, sino también lo encaminaron a su muerte, a través de conductas tremendamente autodestructivas.

Jones fue un motor creativo inicial importantísimo para los Rolling Stones. Y su carisma le ayudó mucho a ser y parecer a ojos de todo el mundo, el líder de la banda. Sin embargo, el éxito y el protagonismo compartido que fueron ganando y consolidando Mick Jagger y Keith Richards, tanto como personajes como compositores de canciones, fueron generando muchos resentimientos en Brian. Con el éxito de «Satisfaction», canción en la que no participó como compositor, y que fue la que realmente les abrió las grandes puertas de la fama, la autoestima de Jones tuvo un golpe tremendo y desde ahí en adelante, sus excesos de drogas y alcohol se redoblaron a niveles peligrosos.

El documental relata con claridad su viaje hacia la fragilidad psicológica, desde los primeros años de su vida. Incluso llega a declarar que probablemente sufría de algún trastorno psiquiátrico no diagnosticado. De luces y de sombras, su sensibilidad y genio le permitían ser un músico excepcional, capaz de tocar casi cualquier instrumento que se le pusiera enfrente y de ser amigo decano de Lennon, Hendrix y Dylan. Sin embargo, su cara oscura lo condujo por una carretera sin límite de velocidad y sin cinturón de seguridad. Peor aún, cuando la mujer que más amó, Anita Pallenberg, lo deja y se escapa para comenzar una relación con Keith Richards. Parece sacado de un guión de teleserie. La guinda de la torta: es arrestado por posesión de drogas, se declara culpable y es sentenciado a 9 meses de prisión en 1967. Una situación que según el documental, fue una conspiración desde la policía, la prensa y los poderosos que no veían en los Rolling Stones, ni en ninguna banda de rock, los modelos de rol para la sociedad y estaban decididos a sacarlos del mapa. De hecho, por esos años también los Beatles sufrieron redada y fueron arrestados. La psiquis menos resiliente y más sensible de Brian Jones, sufrió muchísimo con esta situación, que sumado a todos los otros factores mencionados, llevaron a Jones a pasar sus últimos días en condiciones muy tristes.

El último tercio del documental, se adentra en la enigmática muerte de Jones, el 3 de Julio de 1969. Fue encontrado muerto en la piscina de la casa de campo en donde se aisló durante sus últimos meses de vida, inicialmente se dijo que a causa de exceso de drogas y alcohol, pero las pericias forenses y el tratamiento en que estaba, no le daban a esa teoría un sentido concluyente. Y ante muchísimas evidencias de una muerte causada por terceras personas, el documental se adentra en explicar las varias razones por las que la idea de que la muerte de Jones fue producto de las drogas y el alcohol, era una muy buena historia para contar por parte de los poderes fácticos a quienes ese mensaje les convenía.

Este es un material audiovisual muy valioso y recomendable, no sólo para quienes sean fanático de los Stones, sino para todos quienes gusten del rock de todos los tiempos y que se interesen también en las implicancias políticas y sociales que esta contracultura tuvo durante la década de los 60. La figura de Brian Jones encarnó muchos de los aspectos esenciales de este movimiento y por ello es que el mito de su muerte es relevante e icónico. Uno más del club de los 27 que murió a esa edad en forma muy prematura, pero también habiendo contribuido mucho a través de su historial y conductas, a la idea de que ese es el destino de quienes optan vivir una vida de rock and roll. Sin embargo, y ante las enormes manos negras que manejan a voluntad el destino de millones a través de mentiras y maquinaciones, realmente estamos ciegos frente a las verdades absolutas, en la medida de que haya tantísimos intereses para los cuales es demasiado conveniente que todo lo contracultural, tenga encima un manto de negatividad y satanización.