Flema y la celebración de sus 30 años en Chile: Más que una banda de rock, un sentimiento
Arena Recoleta, 16 de noviembre 2018.

Por Francisca Neira.
Fotografías por Paz Bustos.

Cuando una persona está de cumpleaños y “cambia de folio” la celebración tiende a ser más efusiva que de costumbre y hasta pareciera que es una festividad más importante que otras. Con las bandas musicales no es tan distinto y eso quedó más que demostrado anoche en el concierto de celebración de los 30 años de vida de la mítica banda punk argentina, Flema.

Todo comenzó antes, una noche antes, de hecho, cuando los transandinos se presentaron en el bar La Juguera en un inesperado show íntimo anunciado el mismo día y que convocó a la gente suficiente para repletar el lugar y armar una fiesta de esas de las que se sale cansado, sonriente y con la garganta en un hilo después de corear a todo pulmón las canciones que se persiguieron una tras otra en los altoparlantes y que, lejos de dejarnos satisfechos, funcionaron como la previa perfecta de lo que sería una nueva gran jornada dedicada al punk rock.

Los encargados de abrir la tarde del viernes en Arena Recoleta fueron los rancagüinos de Punktruka, quienes con una energía que transmitían sin mayores dificultades se presentaron ante un público aún escaso pero que coreó animadamente cada uno de los temas que el quinteto dejó fluir como parte de su setlist, uno que mezclaba las armonías musicales con letras contestatarias y rescatadas de la vida cotidiana personal y nacional, haciendo alusión al más reciente asesinato ocurrido en La Araucanía, el de Camilo Catrillanca, reivindicando con furia, música y compañerismo su vida, su muerte y la dignidad de un pueblo entero.

Tras un accidentado primer tema, a las 20.45 hrs. subió al escenario la ametralladora que es Malacura, herederos indiscutidos del sonido de los homenajeados de la noche que con su batería a toda velocidad, el bajo metálico y potente y los coros melódicos que los caracterizan invitaron a todos a seguirlos y acompañarlos. “Me Hundo” y “Sename”, tema que interpela directamente a la vulneración que provoca la irresponsabilidad de quienes ocupan el poder estatal, sonaron antes de que el vocalista, Américo Pinilla, invitara a todos a bailar haciendo girar su mano y dejando claro que “esperamos mucho para estar acá” e invitar a unirse a la banda a dos invitados, uno a cargo del saxo y una encargada de la trompeta y así llenar de ska el recinto que cada vez dejaba menos espacios vacíos. Casi al final, dos tributos a sus influencias: “Causalidad” de Ricky Espinoza, fallecido vocalista original de Flema y “Usted y su Ambición” de Los Prisioneros sonaron en los instrumentos y voces del quinteto nacional que dejó los ánimos más que listos para recibir al siguiente conjunto.

Los Peores de Chile llegaron al Arena Recoleta cuando la noche ya estaba instalada y con la energía que los caracteriza y que se hace presente desde el primer acorde que suena y que pone a todos a bailar. Desde el primer momento, el cuarteto dejó fluir toda su artillería de un rock simple, rápido, de letras agudas e irónicas que tanto furor causaron en el mainstream de los 90 y que se ha mantenido en el oído punckrockero a través de los años. “Síndrome Camboya” y “Hollywood Boulevard” sonaron raudas antes de lo que varias veces el público pidió desde abajo del escenario: “Chicholina” que llegó anunciada por el sonido clásico de la armónica de Pogo. Ahora sí, el cuerpo colectivo ubicado casi un metro más abajo de la tarima que acogía a los músicos, había entrado en calor y se disponía al disfrute máximo con una de las bandas más queridas del punk latinoamericano.

En medio del cántico “no murió, Ricky no murió” aparecieron en escena los cinco integrantes de Flema, quienes sin mayor preámbulo sueltan, como si fuera una declaración de principios, “Si Yo Soy Así” que suena en las gargantas de todos los presentes al ritmo de un mosh rápido y creciente que giraba bajo la luz de la primera bengala de la noche. Poquísimos minutos después, Fernando Rossi saluda con un “gracias, cabros” y hace referencia al conflicto mapuche y la muerte de Catrillanca, cerrando su intervención con un “éxito en la lucha” que levantó los puños del público y sacó aplausos y vítores en masa. Esa sería la tónica, en todo caso, de la presentación, ya que más adelante en el show, cedieron un espacio para que, primero Claudia, profesora con 19 años de servicio se explayara acerca del cuestionamiento implícito que la Ley de Aula Segura establece sobre los profesores y la precarización que de esta profesión se hace desde el gobierno a nivel central. En un segundo momento, el espacio fue abierto a que un asistente de ascendencia mapuche expresara en muy pocas pero significativas palabras “lo único que pido es respeto” que fue acompañado de un grito común al son de “que el pueblo escuche, mataron al mapuche”.

Así, continuó la velada y las muestras de hermandad se sucedían en el mosh cada vez que alguien perdía el equilibrio y el resto lo ponía de pie y sobre el escenario, cuando los argentinos invitaron a Américo Pinilla, vocalista de Malacura a interpretar “Más Feliz que la Mierda” y abrir el espacio para las dos canciones más sentidas de toda la noche: “Vahos del Ayer” y “Nunca Seré Policía” que enardecieron los ánimos y evidenciaron que Flema más que una banda de rock, es un sentimiento, algo difícil de superar en un poco menos de una hora y tan solo 20 canciones que llevaron la pasión y la nostalgia a un punto de éxtasis insospechado. Definitivamente, Flema hay para rato.

Setlist:
Si yo Soy Así
Recordándote
Punkrock sobre Beethoven
Metamorfosis Adolescente
Tiempo de Morir
El Sueño Americano
Y Aún yo te Recuerdo
Más Feliz que la Mierda
Cáncer
Chicas Judías
Hombre Vicioso
Siempre Estoy Dado Vuelta
No te Dejaré
Quizás
No Quiero ir a la Guerra
Lejos de Casa
Vahos del Ayer
No Pasa Nada
El Linyera
Nunca Seré Policía

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