La Vela Puerca en Teatro Cariola: Tengo una banda amiga que me aguanta el corazón
25 de agosto 2017.

Por Johanna Dagnino.
Fotografías por Victor Santibañez.

Hablar de La Vela Puerca es referirse a un universo aparte. La banda uruguaya que hace poco celebró 20 años de trayectoria y cuyos siete discos de estudio hablan de la importancia de desafiarse constantemente y vivir intensamente aquello que amas se presentó este viernes 25 de agosto en un Teatro Cariola que difícilmente podría haber aguantado a un fanático más. El ambiente se sentía cargado de expectativas, La Vela no visitaba Chile desde el 2013 y esas ansias de los fanáticos se sentía en el aire, en cada bandera desplegada, donde danzaban los colores del Uruguay.

La fiesta inicia a la hora pactada. Los encargados de dar pie al evento es la banda nacional Kuervos del Sur, agrupación que ya nos tiene acostumbrados a un derroche de energía vital en cada presentación. Un repaso por puros puntos altos de sus diez años de recorrido musical como conjunto prepara una atmósfera de puras buenas vibras y se convierten en el puntapié ideal para la noche. Se escuchaban frases entre quienes no conocían a los nacionales como “qué buena banda” y “lleguemos a escucharlos”, prueba de que su sonido y su lenguaje propio se gana fácilmente a quien puede entrar en contacto con cada vibración que comparten en escena. Una presentación que irradia la importancia de amar y gozar lo que haces, una presentación que hace saltar y aplaudir a la gente presente anticipando el ambiente delirante que vendría a continuación.

Los Kuervos terminan su presentación cerca de las 21:50 y, desde ahí, la expectación de un público que corea sin cansarse “¡Vamos, vamos la Vela, vamos la Vela de mi corazón!” durante extendidos minutos se vuelve parte del rito de espera. Tal como Penélope esperó diez años por el regreso de Ulises, aquí en Chile esperábamos por la Vela desde el 2013 y la espera se intensificó después de la fallida venida de los uruguayos para el Frontera del 2016: ocho meses de espera que terminaron en una explosión única la noche del 25, ocho meses de ánimo guardado, ocho meses de ansias crecientes y fanatismo vertiginoso.

La espera terminó a las 22:25, La Vela sube al escenario y sin previo aviso comienzan a tocar con una velocidad y una energía que no necesitó descanso en el recorrido por los veintiséis temas que tocarían sin tregua, sin paz, para un público febril que parece sacado de un estadio vibrando con algún superclásico. Todo empieza “Sin avisar” y el primer grito del público es “quiero pedirte un favor, quiero volverte a ver”. El fanático reconoce en cada intro lo que se viene y gritan con euforia: “Soldado de plomo”, “Buenas mascotas” para transitar luego por “La calle adicción”. Termina “Ves” y, tras los primeros cinco temas que fueron cantados con toda la fuerza de cada garganta presente, la banda se da uno de los pocos espacios para hablar y agradecer el aguante de los asistentes y a los Kuervos del Sur por hacerse presentes en esta jornada de celebración: una deuda que se sentía pendiente y que sirve para desempolvar las telarañas después de algunos meses de receso.

Sigue la algarabía y la fiesta con “Un frasco”, “Todo el karma” y “La teoría”. El público vuelve a tomar la voz con cánticos de guerra y estadio para celebrar a la Vela de su corazón. Inicia “Zafar”, un himno más de la banda que se reconoce por el éxtasis que provoca: una canción que alucina aún más a los asistentes quienes se apoderan de la letra mientras la banda los acompaña con un sonido que sólo se puede lograr tras veinte años de compañerismo y música del corazón. El canto proviene desde el alma: “No voy a tolerar, que ya no tengan fe, que se bajen los brazos, que no haya lucidez”. Continúan la vorágine con “El primero” y “La madeja”, entre la audiencia ondea una bandera del club uruguayo Peñarol, el ambiente se mezcla entre hinchada y concierto, el ambiente es un espectáculo en sí. Suenan entonces “Mi tensión”, “Habeo” y “Los reyes de los buzones”. Suena otro clásico de la banda, “Para no verme más”, una canción que ayuda a bajar las revoluciones y a poner un ambiente dulce y de melancolía temporal entre tanta fiesta: “el corazón de algún sufrido me acompaña hasta la terminal y me iré, para no verme más”. Para compensar, continúan con “Y así vivir” y “Sigo creyendo”, este último tema lo cantan junto a un personaje infaltable en sus conciertos, Juan Manuel Ferreiro ‘El Manolo’. Los saltos y mosh vuelven a apoderarse del teatro, la energía no decae, por el contrario, se intensifica cuando suena “Colabore”, tema que cambia las visuales de fondo con fotos de desaparecidos, la furia se refleja en el piso que vibra con los pies del público.

Se acerca el final de la velada, La Vela Puerca continúa con «Canción para uno», «Va a escampar» y «Por la ciudad». El público no falla y acompaña cada palabra pese al todo el ejercicio que significa alentar a esta banda. Camisetas al aire, torsos desnudos, chicas sobre los hombros de sus acompañantes: difícil es explicar el fuego que irradia la fanaticada. Citando a otro uruguayo, el tremendo Eduardo Galeano: “Aquí, el hincha agita el pañuelo, traga saliva, glup, traga veneno, se come la gorra, susurra plegarias y maldiciones y de pronto se rompe la garganta en una ovación y salta como pulga abrazando al desconocido que grita el gol a su lado”. Con La Vela Puerca es algo similar, salvo que no gritan gol sino que cada letra ferviente que la banda ha puesto en la mente de sus seguidores. Termina la tanda con “Llenos de magia”, la voz de los hinchas se hace una con los sonidos de la banda, el ambiente está lleno de vida, lleno de magia.

Las luces se apagan, la banda se baja, vuelven los cánticos febriles de quienes están bajo el escenario pero que, de algún modo, son grandes protagonistas de la velada. Tras unos minutos la banda vuelve a subir para despedirse y viene uno de los momentos más lindos de la noche. Suena “Mi Semilla”, el público comienza a sentarse desde el fondo, quienes están más al frente escuchan el llamado de la masa y terminan todos en el piso contemplando las notas de un tema dulce que fue cantado con el alma honesta de quienes acompañaron a los uruguayos en una mística muy especial: “Te juro no te voy a mentir ni te voy a vender, te voy a curar, lo mío es pa’ vos, lo tuyo es pa’ dar”. El fin viene con “Madre”, “El viejo” (tema donde vuelve a subir ‘El Manolo’) y “El profeta”. La noche fue redonda, mezcla de un público efervescente y una banda llena de historia y energía. Las luces se encienden para despedirnos, pero La Vela Puerca se encarga de encandilarte y cargarte de fuegos artificiales interiores, de demostrarte que, cuando la música nace del disfrutar y vibrar y vivir lo que amas, nada puede salir mal, aunque tengas que esperar ocho meses por una cita perfecta.

Setlist:
Sin avisar
Soldado de plomo
Buenas mascotas
La calle adicción
Ves
Un frasco
Todo el karma
La teoría
Zafar
El primero
La madeja
Mi tensión
Habeo
Los reyes de los buzones
Para no verme más
Y así vivir
Sigo creyendo
Colabore
Canción para uno
Va a escampar
Por la ciudad
Llenos de magia

Encore
Mi semilla
Madre
El viejo
El profeta

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