20 años de La Dieta del Lagarto de Chancho en Piedra: La calidad marrana es incombustible
Teatro Caupolicán, 25 de agosto 2017.

Por Jorge Fernández.
Fotografías por Francisco Aguilar A.

¡Maestro! Si menor, por favor. Dice así:

El concierto al cual tuve la oportunidad de asistir, a primera vista, parecía ser la celebración de un disco de gran categoría a nivel nacional. Sin embargo, el espectáculo, conformado por un grupo de artistas ya no tan inocentes ni tan jóvenes, daría cuenta de mucho más.

El público estaba expectante y ansioso desde el primer minuto. Los “Viva Chile mierda y los Chancho en Piedra” se repetían de manera continua. Había “Juanitos” multiformes y heterogéneos. Era la noche del 25 de agosto. El Caupolicán se había transformado en un corral atiborrado de marranos, miles de fanáticos de la banda que se dieron cita en el lugar para celebrar los 20 años del siempre elogiado disco La Dieta del Lagarto.

Todo comenzó, pasadas las 20:00 hrs. con la presentación del grupo emergente Mangoré, quienes, en aproximadamente media hora sobre el escenario, quedaron felices ante la buena acogida del público hacia su música. Y es que la versatilidad bufonesca de estos muchachos, contagió de principio a fin. Esto, sumado a buenas interpretaciones y una energía desbordante por parte de todos sus integrantes hizo que canciones como “Armas” y “Taxidermista” fuesen recibidas de forma magistral.

El show de Chancho en Piedra partió puntual con respecto a la hora señalada. La primera parte de la presentación estaba dedicada a toda su carrera adicional al disco celebrado. Es por ello, que tuvimos la oportunidad de recorrer sus 23 años a cuestas, por medio de sonidos divergentes que siempre llegan a un punto de encuentro donde se mantiene su calidad indiscutible. Desde la lejana “Funky tu Madre” perteneciente al disco debut Peor es Mascar Lauchas (1995) hasta la vitalidad siempre presente en su último disco Funkybarítico, Hedónico, Fantástico (2016) donde destacaron temas como “Tren a la Luna”, “Dejando Libre el Amor” y “Solo”, canción paradojal esta última porque siempre que se hace en vivo, hay alguien que los acompaña. Para esta ocasión, el invitado fue Mario García, bajista de Papanegro.

De entremedio de los extremos, surgieron éxitos de otros discos que fueron cantados a todo pulmón por los fanáticos. “Yakuza”, “El Impostor”, “Historias de Amor y Condón” también estuvieron presentes en esa primera hora que tuvo su broche de oro al culminar con la siempre ovacionada “Locura Espacial”. A esa altura de la noche, el agradecimiento hacia esta tremenda banda nacional ya era magnánimo, pero, además, sabíamos que venía el plato fuerte de una noche que seguramente se guardará en el recuerdo de todos los hermanos marranos.

La segunda parte, la esperada por todos, fue la que puso la nota alta de la jornada. Empieza la carrera hacia el escenario y no importa quién entró al último, pues esa noche, como suele suceder con esta agrupación, todos son igual de protagonistas. Los cuatro integrantes visten la clásica indumentaria de sus antiguas presentaciones con el disco. Cabeza de espermatozoides y un blanco imperante. Luces que brillan en sus zapatos. Micrófono, baquetas, guitarra y bajo en las manos de cada cual. Alistados y dispuestos. No le temen al ridículo y con letras irónicas y sátiras constantes desordenan las ideas y las lanzan afuera.

Situaciones significativas que se vivieron durante la presentación fue, por ejemplo, la magistral inclusión de Carlos Pinto, quien por medio de un archivo audiovisual hizo la intro “Mea Chucha” con la cual comienza el disco. Además, hubo vientos que continuamente soplaban a su favor. El mejor de ellos fue, claramente, el que expulsaba Héctor “Parquímetro” Briceño desde su trombón, lo que llenó de nostalgia y alegría al Caupolicán.

Hay canciones en este disco que no debiesen estar presentes sólo para ocasiones especiales, pues su calidad musical y letra dan para que sean más frecuentes de los que han sido. En “Sami”, por ejemplo, se provoca una catarsis contemplativa al ver la melancolía de un animal olvidado por su amo. La melodía es envolvente y te lleva a un trance de buena factura. “Realizo Todo Bien” tiene una letra con actitud en que las energías fluyen a favor de quien la visualiza de buena manera. Aparece el Quijote y su Dulcinea, aunque sólo sea una idea. Aparece Rocinante y un camino largo donde “No importa caer sino levantarse”. En el escenario, Chancho en Piedra no cayó ni menos se calló, porque la energía pura corre por sus venas en todo momento.

“Voy y Vuelvo” requiere un punto aparte. Aquí se respira la sensación agridulce de la vida y la muerte, la de los sinsabores de la separación que parece perentoria pero que se hace soportable con el título y con parte de la letra donde se dice por ejemplo “No lloro por alguien que va a morir para mí siempre va a existir” y, además, se da cátedra de un listado de actitudes frente a la vida en rigor absoluto para con la muerte. La canción no dejó indiferente a ninguno y eso se notó en los rostros embobados de quienes escuchaban con placer.

La Dieta del Lagarto es, además, un disco que despelleja con bisturí oxidado a la sociedad primitiva y vetusta. La manoseada belleza femenina para lograr fama en “Güeina”, la explotación laboral en “Empresaurio”, el detestable espectáculo funesto explicitado por medio de “Cacho” y la actitud inexplicable de aquellos que le dan la espalda al lugar que los vio nacer en “Huasónico” son sólo muestras de esta premisa que se vislumbró en esta maratónica jornada musical.

Es poco más lo que se puede decir sobre los otros temas que adornaron la presentación, pues son canciones caladas que el público coreó con una fuerza implacable y sostenida. La graciosa “Del Porqué se Cohíbe el Ano en Casa ´Jena”, la alegórica “Comiendo Banana”, El funk y las pinceladas de onda disco llevadas a su máxima expresión en “Viejo Diablo” o la siempre adictiva “Da la Claridad a Nuestro Sol” dan muestras insoslayables de que este disco es, sin duda, el mejor de la nutrida carrera de Chancho en Piedra.

Cabe destacar, además, que el viaje por esta rememoración musical también incluyó otras canciones y sonidos que maravillaron a los espectadores. “Acuario”, “Por Qué Duele mi Pichi”, “RRRRROCK!” o la intervención divina de Cornell a través del bajo de Felipe Ilabaca, sólo por nombrar algunas de las más significativas.

El periplo de canciones pretendía seguir un orden estructural conforme a la posición en el disco. Pero, las fiestas eternas debían ser las que cerraran esta maratónica jornada porque es ese cielo funk al que todos los mortales queremos ir y en el cual pretendemos permanecer.

“No me compares con nadie, el único que te acepto soy yo hace algunos años para saber si estoy creciendo” reza mi canción favorita y este es el sello que marca Chancho en Piedra, porque son ellos y nunca han dejado de serlo. Creciendo o decreciendo la actitud es la misma y ese sello de garantía es el que los mantiene en la cima de la música nacional.

Señor lector, por favor, si hay marranos junto a usted, haga que lean esta intervención. ¿Las razones? Revivir un momento de gran calidad musical una y otra vez.

Setlist Chancho en Piedra 2017
Vientre fuerte
Funky tu madre
Yakuza
Funkybaritico
Ratones de cola pelá
Tren a la luna
Dejando libre el amor
El impostor
Www
Sólo
Historias de amor y condón
Locura Espacial

Setlist Chancho en Piedra «La dieta del lagarto»
Hacia el ovusol
Huevos revueltos
Yo pongo el rock y tu pones la casa
Güeina
Realizo todo bien
Empresario
Rojito veo el mundo
Sami
Maestro las casitas
Cacho
Por que duele mi pichí
Huasónico
Comiendo banana
Da la claridad a nuestro sol
Viejo diablo
Del porqué se cohibe el ano en casa ‘jena

Encore:
Voy y vuelvo
Acuario
Edén

>>> REVISA NUESTRA RESEÑA FOTOGRÁFICA DE MANGORÉ Y LA PRIMERA PARTE DEL SHOW DE CHANCHO EN PIEDRA <<<

>>> REVISA NUESTRA RESEÑA FOTOGRÁFICA CHANCHO EN PIEDRA TOCANDO LA DIETA DEL LAGARTO <<<