La niña astronauta: Ternura y drama
Matucana 100. 14 de mayo 2016.

Por Felipe Tapia.

Nicole es una niña que sufre una extraña enfermedad en la que su piel es sumamente sensible a la luz del sol, y los daños ocasionados por esta no se regeneran. A causa de eso, ha sido forzada a vivir confinada en su propia casa, sin posibilidad de interactuar con el mundo exterior o tener algún tipo de interacción social, más allá de la que le ofrece su amigo Vittorio.

Dirigida y escrita por Eduardo Luna, la obra explota el drama del confinamiento y aislamiento social y material, desde un enfoque infantil pero no por ello superfluo, tierno pero no meloso, y colocando a la esperanza como el eje principal del argumento. Nicole se aferra con todas sus fuerzas a la posibilidad de que le entreguen un traje especial que le permitirá salir al mundo exterior y recuperar su vida, lo que la hace alimentar una fantasía en la que ella es una astronauta como Neil Armstrong. Alentada por Vittorio, darán rienda suelta a esta fantasía, mientras debaten mediante una mirada inocente conceptos adultos, dramáticos y complejos como lo que significa verdaderamente ser normal, lo importante que es sentirse aceptado o parte de un grupo, el amor, la compasión, entre otros.

La historia está inspirada en un caso popularizado por los medios allá por el año 2006, cuando a Nicole Aravena, diagnosticada con Xerodermia Pigmentosa, se le brindó la esperanza de salir al exterior por medio de un complejo traje de la NASA que repelía los rayos ultravioleta que dañaban su piel. En la obra, Nicole sueña con dejar de ser un fantasma, quiere ser conocida como Neil Armstrong, pues el no interactuar con otros la deprime y desmotiva. En la obra la luz representa una metáfora bastante interesante y multifacética, pues significa no solo la luz que daña a Nicole, sino también el Dios que hizo de ella una niña diferente, la verdad, y la posibilidad de ser conocida y vista por todos en lugar de permanecer en las tinieblas que es su soledad y aislamiento.

El espacio narrativo es, en todo momento, la pieza de Nicole, y los únicos personajes son ella y Vittorio, todo esto para acentuar la sensación de aislamiento y soledad que padecen ambos, pues Vittorio también parece a todas luces igual de confinado que su amiga.

El personaje de Vittorio también es interesante y complejo: Sus motivaciones para acompañar a Nicole en su esperanza y fantasía parecen ser la compasión, la lástima, pero también una sugerida pero nunca confirmada del todo atracción hacia su amiga, así como quizá el sentimiento mutuo de no encajar o ser un marginado, pues todo parece indicar que Vittorio tampoco pertenece o se siente a gusto en el mundo exterior, porque a su manera y de forma muy distinta a Nicole, Vittorio tampoco encaja.

La obra sí adolece en algunos momentos de un conflicto más potente que le dé dinamismo a la historia, lo que la vuelve un tanto errática en su estructura narrativa, sin embargo, su fuerte es, sin duda, que logra abordar temas profundos y tremendamente dramáticos desde una óptica inocente, infantil y hasta humorística, de manera bastante amena, inteligente y poco pretenciosa. Quizá la mezcla de humor y tragedia pudo haber sido mixturada de mejor manera para que lo primero no sofoque a lo segundo, pero no es un defecto que arruine la temática principal, y a pesar de eso es una historia que sigue siendo interesante.