Miranda! presentó «Sin restricciones» en Blondie: reviviendo la adolescencia
11 de septiembre 2016.

Por Nicolás Morán.
Fotografías por María Loreto Plaza.

Cuesta creer que un concierto en día domingo, más aún 11 de septiembre, pueda tener un gran éxito. Uno podría pensar que fue mala idea agendarlo justo en esta fecha tan compleja para el país, pero la verdad es que es una señal de que aún dentro de la pena y el sufrimiento que nos provoca esta jornada, existen pequeñas alegrías que nos puedan transportar a un mundo más feliz.

Estuvimos en un show que dejó la sensación de que el disco “Sin Restricciones” -interpretado íntegramente- nos lo sabíamos entero por una cosa de subconsciente. Ya sea porque te encanta Miranda! o porque son canciones muy pegajosas, lo cierto es que temas como “Don», “Yo te diré”, “El profe», “Traición” y tantas más que tenemos alojadas en lo más profundo de la memoria radial desde que apareciera el disco en 2004, hicieron del concierto un punto de baile, canto y algarabía. El desafío era borrar el mal paso que tuvo la vocalista en la emisión de The Voice y mostrar que están plenamente vigentes.

La Blondie prácticamente repleta. Hubo mucha gente esperando por entrar, ansiosos por ver a los trasandinos nuevamente. Considerando que se celebraban los 23 años del local y los 15 años del grupo.

El recital comenzó a las 18:25 y tuvo una duración aproximada de 1 hora y media en los cuales los artistas lograron satisfacer el hambre musical de la gente, cosa que los fanáticos retribuyeron con el gesto de corear todos y cada uno de los temas.

Desde el punto de vista estético, hubo un cuidado, que se notó. Entraron con unos trajes brillantes, llenos de lentejuelas, que en conjunto al encargado de iluminación, dieron un buen espectáculo a los presentes.

El toque diferente fue que era un recital de índole familiar. Niños de no más de 10 años estaban entre el público con sus padres y cantaban felices de la vida. Uno de los puntos a destacar fue el acierto de hacerlo en Blondie, que por su acústica y espacio físico, hizo muy agradable la experiencia para los fans y le dio ese toque íntimo, necesario para poder crear un ambiente donde incluso los que no éramos asiduos a su música, nos dieran ganas de cantar y movernos al son de sus éxitos.

De hecho, cuando escuché pronunciar el mítico “Es un solo, es la guitarra de Lolo», me transporté automáticamente a mis años mozos. Volví a sentirme en primero Medio, a quedarme lampiño y tener miedo de las pruebas que se me venían esta semana que viene. Todo eso me pasaba mientras cantaban el que quizás sea el más famoso de sus versos.

En definitiva, fue un concierto que dejó extasiados a los fanáticos, sobre todo cuando Sergi comenzó a recordar los inicios de la banda y de cómo comenzaron, y a los que no teníamos a Miranda! en el playlist, bueno, a nosotros nos dejó una lección de potencia escénica, un manejo de los tiempos y del público que muestra porqué hubo un sold out en esta ocasión.

Eso fue Miranda!, mi amor.

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