22 de Abril 2023.
Por Jorge Fernández.
Fotografías por Michelle Cepeda.
El masivo evento realizado este pasado sábado 22 de abril, había sido anunciado hace mucho tiempo atrás. El cartel lo conformaban, en principio, cuatro bandas nacionales surgidas de entre las tres décadas pasadas. El público, entonces, fue ecléctico, aunque tenían como denominador común el rock como bandera de lucha. A los cabezas de cartel, se sumó, además, un par de bandas que abrieron los fuegos con alto nivel y buen sabor de boca. Jornada intensa, maratónica, que alcanzó las siete horas de música estridente y biensonante.
Entradas a reloj. Cada artista ingresó en el momento en que se había anunciado. Quizás unos pequeños minutos antes, acción mediada sólo para cumplir con los tiempos acordados. En realidad, fue un gusto comprobar cómo, con una buena organización, se pueden realizar festivales con precisión de alto estándar.
La primera banda en presentarse fue Miles de Aves de reciente aparición en la escena nacional y con varios sencillos dando vueltas en las plataformas de música. Era la agrupación menos conocida del cartel, la que debía presentarse en la hora menos auspiciosa y donde el público empieza a aparecer tímidamente. No obstante, cumplieron a cabalidad más allá de las expectativas que se trazan los que les gusta escuchar nueva música. Es una banda, no sólo para tomar en cuenta, sino para disfrutar desde ya. Sus canciones son pegajosas y su estilo musical llama a entrar en su dinámica performática. Fueron sólo treinta minutos y se quedó con gustó a poco. “El último día”, “Antes te creía” o su homónima “Miles de Aves” son sólo muestras de lo que se viene en su primer disco que verá la luz en los próximos días.
Cabe destacar que no es una banda aparecida de la nada. Tres de sus integrantes conformaban Primavera de Praga y participaron, indistintamente, en bandas como Pettinellis y Fother Muckers, mientras que Ale Castillo, su vocalista, es también guitarrista de la banda Slowkiss. Sin duda, futuro auspicioso para Miles de Aves. Así por lo menos lo dejaron en claro en su presentación.
Luego fue el turno de unos viejos conocidos del blues nacional. Con una cantidad de éxitos bajo el brazo, El Cruce no necesita de mayores introducciones. A la hora de su presentación, la cancha ya tomó más ribetes de concurrencia. Cuarenta minutos de fiesta bluesera que se desperdigó en el escenario con canciones como “Me gustan todas” con la que abrieron y pasando por sus clásicos “A encender el blues” y “La chinita y yo”, para rematar casi al final con “Me tienes loco”. Los comandados por Felipe Toro y Claudio Valenzuela tienen una fanaticada devota que se dejó ver en cada coro gritado y en los aplausos constantes tras cada interpretación.
Saiko se va acercando sigilosamente al cuarto de siglo de carrera musical. Mucha agua bajo el puente que sólo marca un curso ligado a la buena recepción de sus canciones y al hecho de seguir haciendo lo que siempre les ha gustado hacer. Denisse Malebrán, su frontwoman tiene una sincronía especial con sus fanáticos y logra atrapar su completa atención sensorial. A esto se le suma, la inmensa cantidad de canciones clásicas que han marcado su carrera. Así, por ejemplo, el batatazo final estuvo marcado por las canciones “Cuando miro en tus ojos”, “Limito con el sol”, “Debilidad” y “Lo que mereces”. Cabe destacar, además, la inclusión de “Estrechez de corazón” en honor a Los Prisioneros y su más reciente sencillo “Se nos hace tarde”, que no hizo más que confirmar su vigencia.
Kuervos del sur crea un aura diferente, un tanto mística. Su eterno transitar sureño, pasando por la identidad, por las raíces, por las creencias, hace de su presentación una ceremonia, un ritual que llama a algo que hay más allá del escenario. Así lo entienden sus simpatizantes, donde el rock potente converge con el respeto inquebrantable por letras que representan una cosmovisión completa de una parte de nuestro país. Atravesando todos sus discos, los Kuervos asoman sus alas con canciones como “Anciano sol” y “Hasta poder respirar” de su placa Porvenir, para luego nominalizar sujetos con “El brujo” y “El bandido” de su reciente Canto a lo brujo. Por su parte, de su exitoso El vuelo del pillán se desprenden canciones ya clásicas como “Los Cometas” y “Cenizas”.
Pettinellis ya cuenta con un público en su plenitud. Y si, por un lado, pareciera que las altas horas de rock van aletargando los ánimos, todo queda en nada cuando hacen su aparición en el escenario los comandados por el querido Álvaro Henríquez. Al frontman siempre se le quiere ver tocar, independiente de con quién sea. Más aún ahora, luego de la reciente noticia de que su banda emblemática Los tres, colgará los botines de manera indefinida. Pettinellis no es una carta de segunda mano ni nada por el estilo. Todo lo contrario, es un grupo que extrañamos por mucho tiempo antes de verlos renacer el año recién pasado. Sus canciones son inmensamente coreadas y reconocibles. “No hables tanto”, “Niña” y “Hospital” son solo muestra de ello. Hay que sumar a su listado, la siempre bien apreciada “Y arriba quemando el sol” cover de la gran Violeta Parra y su más reciente éxito “Caballo sin dueño”, canción que se ha acoplado perfecto al catálogo de éxitos de la banda. En el escenario, músicos con un gran talento al que se les suma de grata manera la incorporación de Nicanor Henríquez, sobrino del vocalista. Es una fiesta familiar y es una fiesta que se agradece.
El fenómeno con Chancho en Piedra, los encargados de cerrar la jornada, va por ribetes distintos. Hay alegría, claro, y también hay deseos de escucharlos, ansiedad por corear sus letras guardadas en nuestro inconsciente colectivo. Pero más que todo, hay una incipiente nostalgia que empieza a aflorar en el corazón de la familia marrana. Esto, debido a su inminente receso/final, anunciado hace algún tiempo atrás. Por eso cada letra, cada rasgueo se vive de una forma diferente. Chancho en piedra bien lo sabe y, entendiendo que formaba parte de un festival y que los tiempos son más acotados que presentarse en solitario, aturdió a los espectadores con canción tras canción, la mayoría no tocadas completas con el fin de que cupieran más. El recorrido, como siempre ocurre, atravesó toda su discografía, provocando una fiesta de coros de principio a fin. Cuando ves a jóvenes y no tan jóvenes cantar, a todo pulmón y de la misma manera, “Sinfonía de cuna” y “Mi mejor momento” te das cuenta que la huella que la agrupación ha dejado en sus miles de fanáticos es imperecedera. Canciones como “Guach Perry”, “Edén” y “Locura espacial”, aunque esté de más decirlo también, son de las más ovacionadas, esperadas y cantadas a rabiar.
Un encuentro de rock de alta envergadura. Bien organizado y ameno. En todo momento, hubo niñas y niños revoloteando por aquí y por allá. Recordemos que, en un gesto del festival, los niños menores de 10 años entraban gratis. La tarde del sábado fue una instancia donde se reunió parte de la familia del rock nacional y los asistentes así lo hicieron ver. Se agradecen instancias así, llenas de vitalidad para un género que constantemente dan por muerto. El nombre del festival no estaba hecho al azar, el rock vive y las guitarras criollas permanecen afiladas.
Setlist Miles de aves:
Somos aire
Huracán
El último día
Reset
Miles de aves
Me quedo solo
Setlist El Cruce:
Me gustan todas
A encender el blues
Amor intermitente
Billetera o puñalada
Hoy no lloraré por ti
La Chinita y yo
Todo se devuelve
Se nos fue el amor
Me tienes loco
La gata
Setlist Saiko:
Azar
La fábula
Happy Hour
Es tan lógico
Arder el cielo
Amor que no es
El cielo entre mis manos
Se nos hace tarde
Estrechez de corazón
Viaje estelar
Cuando miro en tus ojos
Limito con el sol
Debilidad
Lo que mereces
Setlist Kuervos del sur:
Anciano sol
Los cometas
El bandido
El brujo
Porvenir
Enredadera
El árbol del desierto
Aves
Cenizas
Todavía
Hasta poder respirar
Setlist Pettinellis:
A go go
No hables tanto
Niña
Hospital
El desquite
Amparax
Sexo con amor
Caballo sin dueño
Asesino bendito
Arriba quemando el sol
Un hombre muerto en el ring
Ch bah puta la güeá
Setlist Chancho en piedra:
Bola de fuego
Mi mejor momento
Sinfonía de cuna
Me vuelvo mono
Cóndor
Huevos revueltos
Tren a la luna
Calentón
El impostor
Multirricachón
Volantín
Guach Perry
Historias de amor y condón
Eligiendo una reina
Discojapi
Edén
Locura espacial
