Divididos en Teatro Coliseo: Honestidad rockera brutal

20 de noviembre 2025.

Por Sebastián Allende.
Fotografías por Javier Martínez.

Este jueves 20 de noviembre, el Teatro Coliseo vibró con la energía del rock gracias a la presentación de Divididos, la icónica banda argentina conocida como “La Aplanadora del Rock”. El trío, conformado por Ricardo Mollo, Diego Arnedo y Catriel Ciavarella, llegó a Santiago para celebrar sus 35 años de carrera, ofreciendo la primera de dos fechas programadas en Chile (la segunda se anunció para el sábado 22 de noviembre en el mismo recinto). Desde temprano, la fanaticada demostraba su impaciencia por la presencia de los trasandinos, coreando a todo pulmón: “Escúchenlo, escúchenlo, escúchenlo, la aplanadora del rock and roll, es Divididos y la puta que lo parió…”, creando un ambiente festivo que anticipaba una velada histórica.

Cuando las luces se apagaron y el rugido del público marcó el inicio de la fiesta, el power trío arrancó con “Haciendo cosas raras”, dando el puntapié inicial a un repaso de más de dos horas de clásicos en un clima cargado de emoción y nostalgia. Sonaron piezas como “Cuadros colgados”, “Paisano de Hurlingham”, “Casi estatua”, “Tanto anteojo” y “Salir a comprar”, reafirmando por qué Divididos sigue siendo una referencia indiscutida en la música latinoamericana: potencia, diversidad y raíces. Más adelante, “Salir a asustar” y la tripleta “Azulejo / Qué tal / La rubia tarada” prepararon el terreno para uno de los grandes momentos de la noche: una intensa y apasionada interpretación de “¿Qué ves?”, que sirvió como desahogo colectivo y emocionó incluso al propio Ricardo Mollo.

Luego llegó un respiro necesario: versiones más íntimas de “Spaghetti del rock”, “Dame un limón”, “Ortega y gases” y “El burrito”, que dieron espacio a la calma antes de que Catriel Ciavarella desatara una demoledora exhibición en la batería, dejando a todos boquiabiertos. El regreso a la potencia se dio con “El arriero”, una magistral versión del clásico de Atahualpa Yupanqui que justificó por sí sola el precio de la entrada. La recta final incluyó “Nene de antes”, “Sábado” y “Tengo” (tributo a Sandro), seguidas por homenajes a otros gigantes del rock: “Sucio y desprolijo” (de Pappo), “Crua Chan” (y el pogo eterno de Sumo), además de “Paraguay”, “Rasputín” y “El 38”, todas coreadas por un público diverso en edades. Esta multitud variopinta, reflejo del legado intergeneracional de Divididos, estaba unida por la misma pasión: jóvenes que los descubrieron en plataformas digitales y veteranos que los siguen desde los tiempos de Sumo.

Para cerrar, “Ala Delta” y un medley de Sumo pusieron el broche de oro a este primer capítulo de Divididos en el Teatro Coliseo, que continuará el sábado 22 de noviembre. Porque lo vivido no fue solo un concierto: fue una declaración de principios. Divididos sigue siendo, después de 35 años, la banda que no negocia su esencia. Cada acorde, cada golpe de batería, cada verso coreado por cientos de gargantas confirmó que el rock, cuando se hace con honestidad y fuerza, trasciende generaciones.

Setlist:
Haciendo cosas raras
Cuadros colgados
Paisano de Hurlingham
Casi estatua
Tanto anteojo
Salir a comprar
Salir a asustar
Azulejo / Qué tal / La rubia tarada
¿Qué ves?
Spaghetti del rock
Dame un limón
Ortega y gases
El burrito
Drum Solo
El arriero
Nene de antes
Sábado
Tengo
Cielito lindo
Sucio y Desprolijo
Crua Chan
Paraguay
Rasputín / Hey Jude
El 38
Ala delta
SUMO