Banda invitada: Sonora Chingona.
20 de diciembre 2025.
Por Ricardo Olivero.
Fotografías por Marcelo González.
El Estadio Nacional se transformó anoche en el escenario más emotivo del año. Macha y el Bloque Depresivo debutaron en el histórico recinto con un concierto de entradas agotadas, marcando un hito para una agrupación chilena que ha construido su trayectoria lejos de los circuitos comerciales tradicionales.
El orgullo se respiraba en el ambiente. No solo por el lleno total, sino por el peso simbólico de la cita: un proyecto nacido en bares, interpretando boleros desgastados y valses de cantina, terminó conquistando el coloso de Ñuñoa. Este salto no fue repentino, sino el fruto de años de giras, peñas y colaboraciones, sumado a esa capacidad única del “Bloque” para convertir la pena en fiesta y la nostalgia en una celebración colectiva. La agrupación posee la virtud de reversionar el cancionero popular latinoamericano y apropiarse de él —o mejor dicho, hacerlo de todos—, invitando a una comunión masiva. Fue la ceremonia más grande que han celebrado a la fecha, cerrando una velada inolvidable para miles de asistentes que regresaron a sus hogares con una sonrisa y el corazón conmovido.
El espectáculo comenzó con una introducción que honró los orígenes provincianos de la agrupación en la Región de Valparaíso. El sonido del mar y las gaviotas se entrelazó con un manifiesto social poético que invitaba a la resistencia ante la injusticia y la desigualdad, reafirmando la postura histórica de la banda. Con una puesta en escena sobria que evitó excesos visuales, las luces tenues y la disposición cercana de los músicos reforzaron la sensación de intimidad, incluso en la inmensidad del recinto. Desde el primer acorde, quedó claro que el objetivo no era la espectacularidad técnica, sino la emoción directa. El público respondió con fervor: coreó cada letra, improvisó segundas voces y acompañó con risas, lágrimas y brindis espontáneos en las graderías.

Musicalmente, el ensamble mostró madurez y cohesión. Los vientos entraban con precisión y las percusiones marcaban la cadencia de cada bolero, mientras el Macha dirigía con naturalidad, alternando la conducción con el gran Joselo Osses, quien aportó su habitual desplante sencillo y doméstico. Era el espíritu del bar, pero multiplicado por miles. El repertorio fue un karaoke incesante. Clásicos como “¿Qué es lo que pasa?”, “Procuro olvidarte / Pásalo bien”, “Échame la culpa” y “El gran tirano” desataron ovaciones que no cesaron hasta el final. La jornada cobró fuerza con invitados que ampliaron el espectro emocional, reflejando el espíritu colaborativo del grupo.
Cuando Álvaro Henríquez apareció en escena, el estadio reconoció el peso del momento. Sin discursos, se sumó con elegancia para entregar tres interpretaciones memorables: “Solo tú”, “El triste” y “Lo que no fue no será”. El cruce entre estos dos símbolos de la música nacional otorgó al concierto un aire histórico. Más tarde, la argentina Julia Lazo aportó un tono cálido y contenido en “Cada domingo a las 12”, ideal para el registro melancólico de la banda. Por su parte, Santaferia encendió los ánimos con “Una lágrima y un recuerdo”, el himno de Zalo Reyes que puso a bailar incluso a las tribunas. Las sorpresas continuaron con la participación de Movimiento Original y, como coronación, la presencia de Manu Chao. El artista franco-español sumó su guitarra itinerante y su voz cargada de barrio en una intervención breve pero eléctrica, que dio cuenta de su estrecha relación con el país y los músicos locales.

El acompañamiento femenino del Cuarteto Austral añadió una profundidad sonora inesperada. Sus cuerdas fueron delicadas y precisas, aportando una majestuosidad que encajó perfectamente con la esencia bohemia del conjunto. En uno de los pasajes más intensos, el Macha interrumpió el set para dedicar “Regresa” —popularizada por Lucha Reyes— a los familiares de detenidos desaparecidos. El estadio se sumergió en un silencio pesado y respetuoso, recordando que el recinto tiene una carga histórica de dolor, pero también de resistencia. También hubo espacio para los otros proyectos de Aldo “Macha” Asenjo. Chico Trujillo se hizo presente con versiones “bolerísticas” de “Loca” y “Si no fuera”, demostrando que desde La Floripondio hasta hoy, su obra es una amalgama con identidad propia. Incluso hubo lugar para la modernidad: su versión de “Tití me preguntó” (referenciada como “Turista”) de Bad Bunny ya se perfila como un neoclásico que evidencia la versatilidad de su popurrí latinoamericano.
Uno de los instantes más sentidos fue el homenaje al fallecido músico “Pajarito” Araya, integrante de Chico Trujillo y del Bloque. En lugar de un minuto de silencio, el público y la banda le brindaron un minuto de estruendosa ovación, honrando su trayectoria con saludos para su familia. Hacia el final, la conexión alcanzó su punto máximo con “Continentales”, donde el Cuarteto Austral elevó la épica de la canción sin perder la intimidad del ritual. Tras esto, llegó el remate con “Óleo de una mujer con sombrero”, junto a Vicente Cifuentes, y el cierre definitivo con “Canción de las cosas simples”. No hubo estridencias ni golpes finales; fue una despedida humilde y sincera.

Ver el Estadio Nacional repleto para escuchar boleros y valses no es un detalle menor. Significa que la identidad chilena sigue viva y que un proyecto nacido desde la autogestión puede llegar a lo más alto sin traicionar su esencia. Anoche no solo se celebró un concierto; se reafirmó un vínculo cultural y afectivo, un abrazo multitudinario desde la melancolía y la promesa de no soltarse.
Setlist:
Qué es lo que pasa
Procuro olvidarte / Pásalo bien
Échame a mí la culpa
Trátame suavemente
El gran tirano
Hoy tengo ganas de ti
Loca (chico Trujillo)
Amiga
Y si no fuera (chico Trujillo)
Solo tú (con Álvaro Henríquez)
El triste (con Álvaro Henríquez)
Lo que no fue no será (con Álvaro Henríquez)
Turista
Cada domingo a las 12
Que me quemen tus ojos (con Santa Feria y Julia Lazo)
Una lagrima y un recuerdo
Sabor a mi
Regresa
La nave del olvido
Amiga
La Despedida (con Manu Chao)
La nave del olvido
La carretera
Déjame decirte algo
Continentales
Óleo de mujer con sombrero (con Vicente Cifuentes)
Perros y gatos
Las cosas simples
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