Bôa en Teatro Coliseo: Hipnotizados ante el crepúsculo

21 de noviembre 2025.

Por Eliseo Muñoz.
Fotografías por Javier Martínez.

Santiago ha sido escenario de innumerables veladas históricas, y la de anoche podría considerarse una de ellas. No todos los días una banda renace de las cenizas y vuelve a levantarse con un alcance mayor al de sus inicios. Nos referimos al debut en nuestro país de Bôa, la banda de rock alternativo fundada por los hermanos Steve y Jasmine Rodgers, que aterrizó en el escenario del Teatro Coliseo para la calurosa noche del 21 de noviembre.

La agrupación vivió su debut a principios de los 2000 con Twilight, publicado tras separarse de su disquera debido a diferencias contractuales. Poco después, cimentaron su éxito con la popularización de su canción “Duvet”, elegida como opening del anime de culto Serial Experiments Lain. En 2005 lanzaron su segundo álbum, Get There, fiel continuación del sonido de su predecesor, pero que lamentablemente no tuvo la repercusión esperada, ya que el proyecto se vio truncado por la salida de Steve Rodgers ese mismo año. A partir de entonces, la banda se sumergió en un silencio casi total, con apenas un par de reediciones, pero sin señales de vida nueva.

Gracias a internet y las redes sociales, en 2021 los internautas mostraron un renovado interés en su música —sobre todo por “Duvet”—, lo cual motivó a los miembros a reagruparse y volver al estudio. Así nació su tercer disco, Whiplash (2024), marcando el retorno de la banda a la escena y los escenarios tras casi 20 años de inactividad. Una situación inusual, pero gracias a ella la instancia logró gestarse, trayéndonos al fin a una de las bandas de culto del rock alternativo londinense.

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A las 21:00 horas, la presentación comenzó con potencia al ritmo de “Deeply”, ante la ovación de los asistentes que responden con gritos, saltos y teléfonos en mano. Es seguida por “Whiplash”, sencillo que da nombre al nuevo álbum: una balada dolorosa, contrastada luego con el tono fortalecedor de “Get There” y “Beautiful & Broken”. Estas canciones retratan la lucha interna en la búsqueda de la fortaleza, permitiendo divisar en su tumulto la belleza de lo imperfecto. “Seafarer” y “For Jasmine”, dos temas enérgicos con un tinte de rabia, resonaron en las paredes de un Teatro Coliseo abarrotado de almas danzantes que responden a los rápidos rasgueos de las guitarras.

De pronto, las luces cambian. Un rojo intenso cubre la sala transformando la atmósfera en algo casi ritual, creando el ambiente adecuado para que la oscuridad de “A Girl” prospere y tome la energía del recinto. El bajo de Alex Caird predomina como una guía para navegar el hipnótico canto de Jasmine, similar a una sirena que atrae al marinero a su perdición. La hipnosis resulta exitosa: el público, rendido, acompaña firmemente los coros de “Strange Few”; por cada “Written in Black” pronunciado, se alzan puños al aire. “Welcome” transporta a latitudes diferentes, fuera de lo terrenal, a esos mundos que solo se materializan en el plano de los sueños; son canciones que invitan a cerrar los ojos y mecerse en silencio. Las letras, siempre íntimas, relatan la sensación de no pertenecer, la duda y el deseo de ser mejor, resonando desde el alma de Jasmine como una radiografía emocional.

Acercándose el final, las canciones más esperadas comienzan a manifestarse. Primero con “Elephant”, marcada por el dulce sonido de la guitarra acústica y el violín —replicado esta vez con teclado—. Le sigue “Fool”, cargada de emociones fuertes y cantos magnéticos, desatando la locura en la cancha, con el público saltando y coreando a todo pulmón en el momento de mayor euforia y conexión de la velada. Con “Twilight”, estremecedora desde el primer acorde, la voz de Jasmine se torna inquietante, abrazando la oscuridad. Luego, “Walk With Me” permite que la luz y la fortaleza se abran paso en la pared sonora, preparando el terreno para el himno responsable de todo lo vivido.

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Jasmine comenta: “Tenemos una canción más, imagino ya saben cuál es”. Sin esperar respuesta, dicta el inicio de “Duvet”. Coreada en su totalidad por los asistentes, goza de una interpretación prístina, con ambas guitarras deslumbrando claridad. La lluvia de aplausos no tarda en llegar; la presentación cierra en una cúspide difícil de superar. La banda se despide agradecida por la oportunidad y el recibimiento, mientras los asistentes de las primeras filas les entregan la infaltable bandera chilena con el logo del conjunto, alzada por Jasmine y Alex, quien también recoge un peluche de Lain, otro regalo de la fanaticada. Con los instrumentos en sus atriles y los micrófonos apagados, la banda vuelve a equiparse rápidamente para tocar una última canción no presente en el setlist: “Anna Maria”.

Setlist
Deeply
Whiplash
Get There
Beautiful & Broken
Seafarer
For Jasmine
A Girl
Strange Few
Welcome
Drinking
Frozen
Angry
Worry
Elephant
Fool
Twilight
Walk With Me
Duvet
Anna Maria