Napalm Death en Teatro Cariola: Ruido inmortal y protesta constante

Banda invitada: Defragment.
4 de diciembre 2025.

Por Ricardo Olivero.
Fotografías por Javier Martínez.

Napalm Death, la banda oriunda de Birmingham, Inglaterra, nos visitó una vez más para devastar y demostrar que siguen siendo los pioneros indiscutibles del ruido dentro de la música extrema mundial. La agrupación no es un nombre cualquiera: desde su primera visita a Chile allá por 1997, se han ganado un lugar casi doméstico en la escena local. Hoy, volverlos a tener en el Teatro Cariola significa revivir décadas de ruido, rabia, sudor y fidelidad incondicional. Esta recurrencia en venir —y el hecho de que siempre haya alguien esperándolos— los ha transformado en una verdadera banda de la casa, que tiene afianzado un público que reconoce su trayectoria y su legado como el grupo que empujó los límites del underground mundial, en crudeza, en rapidez y también en conciencia lírica. Napalm Death está en el selecto grupo de bandas que inventaron algo nuevo, algo que no existía antes, aunque esto fuera la expresión más brutal y extrema que había parido la música hasta ese momento.

Los europeos está entre los nombres fundacionales del grindcore, esa mezcla salvaje de punk, hardcore, metal y ruido que rompió todos los esquemas previos: velocidad extrema, blast-beats demoledores, canciones brevísimas, guitarras destrozadas, bajo y batería aplastantes, voces desgarradas y letras filosas cargadas de crítica social. Con más de cuatro décadas de carrera y una discografía que incluye hitos como su álbum debut, Scum, la banda mantiene su vigencia con la misma urgencia y crudeza que los definió desde sus primeros años.

En esta nueva gira latinoamericana, sin embargo, hay un matiz inevitable: la ausencia de Shane Embury. El histórico bajista, uno de los pilares más importantes del sonido y la identidad de Napalm Death, no participó de varias fechas por razones personales vinculadas a su salud mental. Su presencia, siempre sólida y representativa del legado de la banda, se extrañó esta noche. Aun así, el resto del grupo llegó completamente afilado y listo para desatar el caos habitual en Santiago.

La masacre comenzó con la banda chileno-colombiana Defragment, quienes cultivan una amalgama de música extrema que sorprendió a todos. En su música podemos apreciar toques del viejo y querido Death Metal, pero con tintes brutales: a ratos grind, a ratos gore, que empalman con una entrega avasalladora en el escenario que impactó al público que no estaba familiarizado con su material. La banda tiene un nuevo EP titulado Made of Chaos que le hace honor a su expresión musical: caos puro y brutalidad a prueba de balas. Los nacionales no defraudaron y demostraron con brutalidad y precisión técnica que fueron amplios merecedores de ser la banda soporte de la noche, consolidando su base de fanáticos y ganando otros que tuvieron el brutal placer de conocerlos por primera vez.

El setlist de Napalm Death nunca es fijo, y esa variabilidad es parte de su encanto. Para esta jornada se esperaba un arranque demoledor, y así ocurrió con “Multinational Corporations part II”, esa intro alternativa, continuadora del disco Scum que se encontraba en rarezas como el split con los japoneses S.O.B., fue lo que dio comienzo al show para luego atacar con “Silence Is Deafening”, dando el puntapié inicial con una descarga directa de ruido y velocidad que prendió el ambiente desde el primer minuto. La banda no dejó espacio para acomodarse: la intención fue clara, partir con un golpe seco en el pecho.

Como mencionamos, el setlist de Napalm Death es trabajado y meditado; no son una banda que repite fórmulas probadas, sino que se arriesga y ofrece un show distinto para un público que se acostumbró a verlos regularmente. Es por eso que nos encontramos con joyas como “The World Keeps Turning” del disco Utopia Banished o “Twist the Knife (Slowly)” de su experimental álbum Fear, Emptiness, Despair, poniendo esos toques de una banda que se preocupa de cuidar la entrega de su material, mostrando frescura y preocupación en un ambiente plagado de conformismo.

A lo largo del show, los británicos mezclaron épocas y estilos dentro de su propio universo, por lo que hubo espacio para clásicos imprescindibles como “Suffer the Children” del disco Harmony Corruption, que marcó el ciclo cargado al Death Metal de la banda, clásico que fue cantado por todo el Teatro con bengala incluida; “Scum”, que sigue siendo un himno del caos absoluto; y como siempre, el incendiario cover “Nazi Punks Fuck Off” de los Dead Kennedys, que levantó puños, gargantas y rabia colectiva.

Sobre aquello, la banda siempre se toma su tiempo para dar a conocer sus posiciones y recalcar que lo suyo es más que solo ruido. Su mítico frontman Barney Greenway no tuvo pelos en la lengua para decir claramente “No a la ultraderecha” con un mensaje claro a los próximos comicios electorales en nuestro país, pero también como parte de su bandera de lucha mundial; Napalm siempre ha sido una banda antifascista y nunca ha tenido miedo de declararlo, y esta vez no fue la excepción. “Amoral”, “Backlash Just Because”, “Contagion” y “Fuck the Factoid” fueron los temas escogidos de su última placa a la fecha, Throes of Joy in the Jaws of Defeatism, insistiendo en que lo innovador de la banda no cesa ni tiene miedo a mostrarse, demostrando su vigencia en la música extrema mundial.

Para el cierre, “Unchallenged Hate” del disco From Enslavement to Obliteration, álbum que creemos estableció los parámetros del grindcore mundial, funcionó como un broche brutal, una descarga final que dejó al público agotado pero encendido, fiel a la tradición de los amantes del género más brutal del underground musical. En conclusión, Napalm Death reafirmó por qué, después de tantas visitas, siguen siendo una banda imprescindible para el público chileno. Su intensidad, su mensaje y su entrega construyen un lazo difícil de romper. Aunque la ausencia de Embury se sintió, la banda logró sostener el espíritu feroz que los ha convertido en referentes totales del grindcore. El Teatro Cariola vivió otra noche marcada por la furia, la energía y la comunión metalera. Una jornada que no se olvida, porque Napalm, una vez más, dejó claro que Santiago es —y seguirá siendo— una de sus casas en el mundo.

Setlist:
Multinational Corporations, Part II
Silence Is Deafening
Lowpoint
Vision Conquest
Contagion
Twist the Knife (Slowly)
Resentment Always Simmers
Narcoleptic
When All Is Said and Done
Amoral
The World Keeps Turning
Retreat to Nowhere
Social Sterility
Dead
Suffer the Children
Pride Assassin
Necessary Evil
Backlash Just Because
Fuck the Factoid
Scum
Prison Without Walls
You Suffer
Nazi Punks Fuck Off
(Dead Kennedys cover)
Unchallenged Hate

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