7 de diciembre 2025.
Por Maximiliano Mendez.
Fotografías por Diego Fuentes.
Este domingo 7 de diciembre, Los Jaivas regresaron al Estadio Nacional, un recinto que los acogió por última vez hace más de veinte años. La banda se presentó acompañada de numerosos invitados y con un repertorio amplio y bien elegido. La noche comenzó con un homenaje a René Olivares, el pintor que creó diversas carátulas de la banda, como las de El indio o Alturas de Machu Picchu. Uno de sus personajes, un niño llamado “Huairuro”, apareció recorriendo Chile y encontrándose con los álbumes del grupo en su camino. Tras esta introducción, la banda dio inicio al concierto con gran energía, interpretando el alegre tema “Takirari del Puerto” del álbum Aconcagua.
A continuación, ejecutaron “Arauco tiene una pena”, una versión de la famosa canción de Violeta Parra que extiende la obra original a unos épicos once minutos y que es una de las joyas quizás menos conocidas de la agrupación. Esta magnífica pieza fue el puntapié perfecto que sugirió de inmediato la riqueza y amplitud del catálogo que la banda iba a interpretar. Luego de esta gran obra, llegó el primer invitado: Matías Peñailillo, un joven percusionista que tocó los timbales en “Corre que te pillo”, una canción repleta de percusiones. En este tema, Juanita Parra y Francisco Bosco también ofrecieron sus propios y muy intensos solos. La emoción continuó con la aparición del siguiente invitado, Roberto Márquez de Illapu, quien fue la voz de “El centinela”, una bella composición dominada por el sonido del charango, interpretado por el mismo Márquez y Carlos Cabezas.

El ambiente del concierto viró hacia un tono más melancólico con “Canción del sur”, otro de los grandes temas del disco homónimo de Los Jaivas. La canción fue interpretada con profunda emoción, y la progresión in crescendo de la pieza se ejecutó a la perfección, alcanzando un clímax realmente hermoso. Experimentamos otro cambio de ánimo con la llegada de Aldo “Macha” Asenjo, quien nos cantó “Vergüenza ajena”, una canción que forma parte de la banda sonora de Palomita Blanca. Su estilo armoniza muy bien con el de El Macha y su Bloque Depresivo, logrando una interpretación que hizo cantar a todo el estadio. Continuando con los invitados especiales, le tocó el turno al cantautor Nano Stern, quien interpretó “Indio hermano” muy apasionadamente, mientras la banda realizaba un gran trabajo con los instrumentos de viento que dominan la instrumentación.
Enseguida subieron al escenario Pancho Sazo y Sergio “Tilo” González de la banda Congreso, quienes tocaron “Valparaíso”, cover de la obra de Osvaldo Rodríguez. Los intérpretes demostraron una gran sinergia, trayendo lo mejor del universo musical de estas dos grandes bandas chilenas. El último invitado de este bloque fue Joe Vasconcellos, que eligió cantar “Un mar de gente” del álbum Los Jaivas (conocido también como El indio). Esta canción fue dominada por las percusiones llenas de vitalidad tocadas por diversos miembros, entre ellos el propio Vasconcellos, quien tras su participación demostró su cariño a la banda.

Después de una breve pausa, se dio paso al segmento más importante del concierto, donde se interpretó en su totalidad el álbum Alturas de Machu Picchu. En esta sección, los músicos en las pantallas fueron reemplazados por una serie de animaciones bellas y bien pensadas para cada canción. El álbum fue introducido por la aparición de bailarines de la Tirana en los techos del estadio, envueltos en humo y luces rojas. Como un hermoso gesto para enmarcar el sentido del álbum y del poema en el que se basa, uno de estos bailarines apareció en la sección de las graderías dispuestas en homenaje a las víctimas de la dictadura chilena. Allí se encendió un fuego que perduró hasta el final del concierto, y que permitió ver la frase escrita en su muro: “Un pueblo sin memoria es un pueblo sin futuro”. De esta interpretación del disco, cabe destacar “La poderosa muerte”, una canción larga y épica que fue ejecutada con gran fuerza y un notable trabajo vocal de los cantantes. También hay que mencionar “Águila sideral”, un tema muy climático y psicodélico, interpretado con gran cuidado en los detalles y que fue coreado animadamente por todos los espectadores.
Posteriormente, se pasó al último tramo del recital, donde sonaron varios de sus grandes éxitos, como la poderosa “La conquistada”, una de las canciones más emblemáticas de Los Jaivas, cantada con mucha emoción por Mario Mutis. En ella, Alan Reale ejecutó un solo de guitarra eléctrica espectacular, totalmente a la altura de su versión de estudio. Finalmente, y con la participación del último invitado de la noche, Álvaro Henríquez, la banda nos ofreció “Mira niñita”, interpretada con mucha fuerza y con un extraordinario solo de flauta de Francisco Bosco. Este concierto, de casi tres horas de duración, fue una muestra magistral del arte de Los Jaivas y celebró con toda la fuerza la trayectoria de décadas de la banda. La selección de canciones fue espectacular; esta vuelta al Estadio Nacional no pareció ser un sello final a una larga carrera, sino un punto alto para continuar su trabajo con renovada energía.
Setlist:
Takirari del Puerto
Arauco tiene una pena
Corre que te pillo
La centinela
Canción del sur
Vergüenza ajena
Indio hermano
Valparaíso
Un mar de gente
Del aire al aire
La poderosa muerte
Amor americano
Águila sideral
Antigua América
Sube a nacer conmigo hermano
Final
La conquistada
La Quebrá del Ají
Desde un barrial
Pregón para iluminarse
Hijos de la tierra
Mambo del Machaguay
Mira niñita
Todos juntos
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